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Declaraciones Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Conferencia de Viena sobre la Seguridad de los y las Periodistas, Declaración de Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

04 noviembre 2022

Pronunciado por

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

En

Conferencia de Alto Nivel para celebrar el 10º aniversario del Plan de Acción de las Naciones Unidas sobre la Seguridad de los Periodistas y la Cuestión de la Impunidad

Lugar

Se realizará en línea

Mi más sincero agradecimiento al gobierno de Austria por habernos reunido en esta conferencia de alto nivel.

Desde la adopción del Plan de Acción hace 10 años, nos hemos enfrentado a una serie de cambios y retos que nos han llevado a un momento crítico.

El crecimiento exponencial del uso de Internet y las redes sociales, aunque 2,9 mil millones de personas sigan sin estar conectadas.

El aumento de las disparidades económicas y sociales, entre los países y dentro de ellos, solo agravado por la pandemia de COVID-19.

El creciente desencanto político, el malestar social y la pérdida de confianza en las instituciones, sobre todo por parte de los jóvenes.

Y ahora nos enfrentamos a una crisis económica mundial con escasez de productos básicos como los alimentos y la energía.

En consecuencia, la información errónea y la desinformación están floreciendo tanto en línea como fuera de ella.

Penetran por cada hendidura, cada grieta, cada cavidad.

Las personas buscan pruebas, soluciones y esperanzas que les ayuden a moverse por este entorno incierto.

Los y las periodistas independientes y con ética transmiten al mundo información y hechos.

Y su papel es más importante que nunca.

Nos ayudan a decidir, a cambiar de opinión, a debatir y a participar.

Los y las periodistas sacan a la luz cuestiones que algunas personas preferirían mantener ocultas.

Escarban en los agujeros más recónditos y oscuros para buscar —y desentrañar— la información.

Son un antídoto contra la omisión de los hechos.

Pero esta labor importante les deja expuestos y expuestas.

Cada día, los y las periodistas reciben palizas, se les lleva a los tribunales, se les encarcela o ven cómo sus familias sufren daños por hacer su trabajo.

Las cifras son inaceptables.

En los últimos diez años: 958 periodistas asesinados y asesinadas. Más de 1.000 encarcelados y encarceladas. 64 desaparecidos y desaparecidas.

Y la historia nos ha demostrado que las amenazas a los y las periodistas suelen ser una "llamada de atención", un preludio sombrío de un mayor número de amenazas a los derechos humanos por venir.

En el aniversario de hoy hay algunos avances que celebrar.

Gracias al Plan de Acción de las Naciones Unidas sobre la Seguridad de los Periodistas, se han creado o reforzado mecanismos nacionales de seguridad para prevenir y castigar las agresiones a periodistas en casi 50 países.

La ampliación y el fortalecimiento de estos mecanismos deben estar al frente de nuestros esfuerzos.

Y veo tres áreas en las que se puede hacer más conforme a los tres pilares del Plan de Acción: la protección, el enjuiciamiento y la prevención.

En primer lugar, necesitamos una legislación nacional más sólida y completa para salvaguardar la libertad de los medios de comunicación, en virtud del derecho internacional de derechos humanos.

Para hacer frente a las demandas estratégicas contra la participación pública y el acoso en línea, especialmente contra las periodistas.

Para refrenar las tecnologías de vigilancia digital que socavan los derechos de los y las periodistas y sus fuentes cuando se utilizan indebidamente.

Pero, a falta de las garantías jurídicas adecuadas, reitero el llamamiento de mi predecesora a una moratoria a la exportación, la venta, la transferencia, el uso y el mantenimiento de las herramientas de vigilancia digital.

Y el apoyo médico, psicológico y jurídico debe encontrarse más disponible y accesible cuando se ataque a los y las periodistas.

Todo ello son pasos cruciales para proteger a estos y estas profesionales.

En segundo lugar, si creemos en la rendición de cuentas por los delitos contra los y las periodistas, tenemos que ver un aumento de los enjuiciamientos efectivos y la administración de justicia en general.

Aunque en los últimos años han disminuido los asesinatos de periodistas, la impunidad de los delitos contra periodistas sigue siendo generalizada.

Solo el 13 por ciento de los casos de periodistas asesinados y asesinadas desde 2006 se ha enjuiciado satisfactoriamente. 

Debemos reforzar los sistemas nacionales de justicia penal y dotarles de unidades especiales de investigación o de estructuras de investigación independientes.

Y velar porque cuenten con los conocimientos especializados y los recursos necesarios para abordar esos delitos, incluso si los cometen personas que están en el poder.

El ACNUDH, junto con la UNESCO en algunos casos, ha ayudado a los gobiernos a establecer esas unidades en varios países del mundo.

Asimismo, necesitamos una mejor recogida y análisis de datos, que son cruciales para llevar a cabo un enjuiciamiento efectivo.

La presentación de informes por parte de los Estados al sistema de derechos humanos sobre la situación de los casos también puede contribuir al seguimiento y enjuiciamiento de estos delitos.

Por último, tenemos que anticiparnos mejor a las violaciones y reaccionar con mayor rapidez en lo que respecta a la prevención.

Viendo las señales de alarma:
Las leyes aparentemente inofensivas, la ampliación de las herramientas de vigilancia.

Lo que restringe el espacio de actuación de los y las periodistas.

Seguiremos vigilando e informando sobre estos acontecimientos, a sabiendas del poder protector y preventivo de esa labor.

Juntos, debemos redoblar los esfuerzos para apoyar a los y las periodistas, a las asociaciones profesionales, a las organizaciones de la sociedad civil, para reforzar el conocimiento sobre sus derechos y sobre las medidas de protección a su disposición.

Y debemos colaborar con los gobiernos, las fuerzas del orden, los militares, los fiscales y el poder judicial para ayudarles a cumplir sus obligaciones en virtud del derecho internacional de derechos humanos.

Excelencias,

Estimados colegas, 

Los y las periodistas independientes y con ética son componentes importantes del ecosistema democrático y del funcionamiento del contrato social.

El aniversario de hoy es una ocasión para dar gran prioridad a la seguridad de los y las periodistas de todo el mundo.

Todas y cada una de las amenazas que recibe un o una periodista atenta contra los derechos de ustedes, contra los míos y contra los derechos de todos y todas a la libertad de información, opinión y expresión.

Actuemos en solidaridad con ellos y ellas para que puedan proseguir con su trabajo vital.