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Declaraciones Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Conmemoración del 20º aniversario de la Declaración y Programa de Acción de Durban"Reparaciones, justicia racial e igualdad para los afrodescendientes»

22 septiembre 2021

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Declaración de Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos -- 22 de septiembre de 2021

 


Excelencias,
Colegas,

Hace veinte años la comunidad internacional se reunió en Durban, Sudáfrica, para tratar el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y la intolerancia conexa.

Eliminar estas violaciones de la dignidad humana, la igualdad y los derechos era una cuestión de suma urgencia.

Pero dos décadas más tarde, las desigualdades y el sufrimiento que originan para los africanos y los afrodescendientes; asiáticos y personas de ascendencia asiática; miembros de minorías étnicas y religiosas, incluyendo a víctimas de islamofobia y de anti-semitismo; pueblos indígenas y migrantes, continúan retrasando el avance de nuestras sociedades, y dañan tanto el desarrollo sostenible como la cohesión social.

Es vital que superemos las controversias del pasado y nos juntemos para combatir el racismo y la discriminación conexa que existe en el mundo actual.

Excelencias,

Hemos adoptado medidas que han supuesto un sólido cimiento para conseguir un cambio real. 

La proclamación por parte de esta Asamblea del Decenio Internacional para las Personas de Ascendencia Africana; la creación de un nuevo mecanismo de expertos para hacer avanzar la justicia racial en la aplicación de la ley, y la puesta en funcionamiento del Foro Permanente para los Afrodescendientes afianzan aun más nuestra arquitectura global contra el racismo.

En julio, tras nuestro informe integral sobre discriminación racial incluyendo en la aplicación de la ley, presenté una Agenda de cuatro puntos hacia un Cambio Transformador en pro de la Justicia e Igualdad Racial que creo que establece pilares para un progreso tangible y sostenible.

No obstante, millones de personas continúan soportando la carga de formas pasadas y contemporáneas de racismo y exclusión, incluyendo la negación histórica de su humanidad; el legado de la explotación colonial; así como la esclavización inhumana y criminal de generaciones de mujeres, hombres y niños de ascendencia africana. 

Es importante abordar estas consecuencias duraderas, incluyendo a través de formas adecuadas de reparaciones. 

Las reparaciones deben ser generalizadas, y tienen que incluir medidas que apunten a la restitución, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición. Estas pueden llegar a incluir un reconocimiento y disculpas formales, la conmemoración y reformas institucionales y educativas.  Para que las reparaciones sean eficaces, es necesario contar con todos estos elementos.

Debemos no obstante tener claro que estos esfuerzos deben ser algo más que un gesto simbólico, y que necesitan de capital político, humano y financiero.  Estos costes deben considerarse teniendo en cuenta el enriquecimiento que muchas economías consiguieron a través de la esclavitud y la explotación, y el reconocimiento de esta realidad debe animar a una consideración auténtica de reparaciones sustanciosas.

Tal como reconoce la DPAD, existe también la necesidad de reforzar y mejorar la cooperación internacional para aumentar la igualdad de oportunidades para el comercio, el crecimiento económico y el desarrollo sostenible. 

Para reconocer el pasado y no dejar de verdad a nadie atrás en el futuro, es esencial promover la igualdad no solamente dentro de, sino también entre países, transformando nuestro planeta hacia una sostenibilidad social, económica y medioambiental, y yo animaría a que hubiera un mayor compromiso internacional sobre estas cuestiones de justicia de reparación.  

Excelencias,

Nos encontramos en una coyuntura importante para avanzar en la agenda contra el racismo. 

Para solucionar eficazmente la discriminación y desigualdad raciales que sufren los afrodescendientes se necesita de un enfoque global, tal como detalla la DPAD y que se desarrolla en mi propia Agenda hacia un Cambio Transformador, con estrategias concretas y objetivos viables y con plazos determinados. 

También será importante abordar las múltiples e interrelacionadas manifestaciones de la discriminación racial.  Una mujer que sea migrante, que sea una persona de ascendencia africana, y que sea absolutamente pobre se enfrenta a formas múltiples e interrelacionadas de discriminación, y este reconocimiento por parte de la DPAD de las realidades de esta discriminación múltiple debe quedar integrada dentro de leyes y políticas para solventar y reparar la desigualdad y racismo que afectan a estas víctimas, incluyendo la integración de una perspectiva de género. 

Mi Oficina seguirá apoyando las medidas nacionales y la cooperación internacional destinadas a eliminar la discriminación racial y conseguir la justicia racial, incluso con la coordinación del Decenio Internacional de las Personas Afrodescendientes.

Pero la agenda contra la discriminación nos concierne y pertenece a todos nosotros, independientemente de la raza, color, descendencia, origen étnico o nacional, afiliación, religión o creencia. Todos los interesados deben realizar un esfuerzo aun mayor por implementar los objetivos que se exponen en Durban.

Rindo homenaje en especial a la valentía y resiliencia de las organizaciones de la sociedad civil que luchan contra el racismo en todo el mundo. La oleada de activismo de la actualidad trae consigo la promesa de que es posible alcanzar la justicia racial, para las personas afrodescendientes y para otras que sufren de discriminación racial. 

Gracias.