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Declaraciones Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Conferencia Europea de Alto Nivel sobre «Protección ante la Discriminación Racial y formas conexas de intolerancia» (Organizada por la Presidencia de Portugal de la UE 2021)

20 abril 2021

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Declaración por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet

20 de abril de 2021

Ministro Santos Silva, 
Vicepresidente Schinas, 
Distinguidos participantes, 
Colegas, Amigos,

Me complace poder unirme a ustedes en esta conferencia. 

El año pasado supuso un hito global importante contra la plaga del racismo, la discriminación racial, la xenofobia y formas conexas de intolerancia. 

En Europa y en todo el mundo, contemplamos un aumento de movimientos anti-racistas y de defensores de los derechos humanos, entre los que se cuentan muchos jóvenes, quienen se lanzaron a las calles con valentía para exigir justicia racial, equidad e igualdad, además de derechos humanos para todos. 

Tras décadas de lucha, sus voces han sido escuchadas. 

Me anima ver que en todo el mundo, a muchos niveles diferentes, se están adoptado pasos considerables para abordar la discriminación racial sistémica y formas de conexas de intolerancia. 

A este respecto, la Unión Europea ha aprobado recientemente varias medidas alentadoras. 

Estas incluyen el Plan de Acción de la UE contra el Racismo 2020-2025, el cual apela a todos sus Estados Miembro a adoptar planes nacionales de acción contra el racismo antes del año próximo, así como la declaración sobre la integración de la lucha contra el antisemitismo en distintos ámbitos de política a diversos niveles de gobierno. 

También doy la bienvenida al Marco Estratégico de la UE para los romaníes para luchar contra el antigitanismo y fomentar la verdad y reconciliación, así como la recomendación relacionada realizada por el Consejo de la Unión Europea a principios de marzo.  

También celebro la primera conmemoración en la UE el pasado diciembre del Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud y los debates posteriores sobre el legado del colonialismo y la trata de esclavos, en especial para reconocer el pasado, reparar el presente y construir el futuro. 

Les animo a ustedes a continuar con la fundamental labor de abordar las causas profundas de la discriminación racial y las formas conexas de intolerancia, asociándose con comunidades implicadas y la sociedad civil. 

Colegas, 

El asesinato de George Floyd se ha convertido en un emblema del modelo de injusticia racial al que se enfrentan los afrodescendientes en numerosos países de todo el planeta. En junio de 2021, presentaré un informe sobre racismo sistémico y el uso de la fuerza por las fuerzas policiales, de conformidad con la solicitud del Consejo de Derechos Humanos. 

El informe presentará un programa transformador por la justicia racial, el cual espero que contribuya a ayudar a los Estados a desmantelar el racismo sistémico; a acabar con la impunidad para la violencia policial; a volver a inventar políticas y reformar el sistema de justicia penal; además de confrontar el legado del pasado mediante la aprobación de medidas destinadas a conseguir la justicia mediante reparaciones. 

La situación de los derechos humanos de los romanís en todo el mundo ha sido durante mucho tiempo una cuestión de seria preocupación. Durante siglos, se han enfrentado a discriminación, exclusión social y marginalización en todos los ámbitos de la vida.  El alarmante aumento del discurso de odio y el uso de los romanís como chivos expiatorios en el contexto de la pandemia de la COVID-19 es especialmente preocupante.  Mi Oficina ha publicado directrices en respuesta a las numerosas denuncias de violencia, así como a muchas otras consecuencias negativas discriminatorias de la COVID-19 sobre diversos grupos de minorías. 

En todas ellas el mensaje principal es:  Los Estados deben situar los derechos humanos en el centro de su respuesta y esfuerzos de recuperación. 

Detrás de las manfiestaciones de hoy de antigitanismo, al igual que otras formas de odio y discriminación, se esconde el fracaso a la hora de reconocer y confrontar el legado del pasado, el cual es fundamental para lograr una inclusión, reconciliación y cohesión social verdaderas. 

Este año se celebra el 50 º Aniversario del Día Internacional de los Romanís.  Mi Oficina tiene el compromiso de trabajar conjuntamente con la sociedad civil romaní y otros socios para reforzar la protección de sus derechos humanos.  Seguiremos alzando nuestra voz contra el antigitanismo y apoyando los esfuerzos para asegurar la inclusión real de los romanís en las sociedades de todo el mundo. 

El antisemitismo también supone una amenaza para todas las sociedades. Una encuesta reciente de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea reveló que nueve de cada 10 (89%) de los encuestados sienten que el antisemitismo ha crecido en su país y más de ocho de cada 10 (85%) lo consideran un problema serio.   

De hecho, el año pasado ha sido testigo de un aumento del antisemitismo y la islamofobia en Europa. 

En virtud del derecho internacional, las personas tienen derecho a protección legal ante la incitación al odio y la violencia.  El incremento de los ataques contra judíos, musulmanes y otros grupos que son atacados por su raza o religión, preocupa profundamente. 

Hace veinte años, la Conferencia Mundial contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia celebrada en Durban reconoció y lamentó profundamente el sufrimiento indescriptible y los males que aquejan a millones de hombres, mujeres y niños víctimas de esclavitud, trata de esclavos, apartheid y genocidio.

También se acordó la necesidad de hacer justicia y de abordar el legado de estos crímenes contra la humanidad, incluyendo las manifestaciones actuales de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia. 

Me uno al Relator Especial sobre Racismo, el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas de Expertos en Afrodescendientes, y otros mecanismos de seguimiento de Durban quienes están reclamando justicia basada en reparaciones. Esto exige reparar siglos de violencia y discriminación, incluso a través de disculpas formales, procesos de declaración de la verdad, y reparaciones de distintos tipos. 

Unas disculpas significativas exigen un reconocimiento auténtico de responsabilidad por infracciones cometidas por el Estado.  Es importante garantizar que procesos para abordar crímenes históricos comienzan haciendo consultas generales e inclusivas a los afectados por los daños realizados. 

El examen de mitad de período del Decenio Internacional de las Personas Afrodescendientes es también una oportunidad para que los Estados renueven su compromiso de abordar las causas originarias y las manifestaciones actuales de racismo.  

El Decenio Internacional proporciona un importante marco para adoptar medidas en cuestiones estructurales de acceso a la justicia, creación de perfiles raciales y el reconocimiento de tanto la contribución de personas afrodescendientes así como de las arraigadas disparidades socioeconómicas que les afectan.

Ahora debemos concluir las negociaciones para crear el Foro Permanente sobre los afrodescendientes y elaborar una declaración de las Naciones Unidas sobre la promoción y el pleno respeto de los derechos humanos de personas afrodescendientes, en plena colaboración con personas afrodescendientes. 

Como Coordinadora del Decenio Internacional, acojo con satisfacción los pasos adoptados por los facilitadores hacia la creación del Foro Permanente este año. 
Debemos aprovechar este momento para abordar injusticias históricas y combatir la impunidad por la discriminación racial y formas conexas de intolerancia. 

Por eso, debemos poner en práctica normas y estándares internacionales de derechos humanos.

La Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, así como la Declaración y el Programa de Acción de Durban, son compromisos suscritos a nivel internacional contra la discriminación racial en todos los ámbitos de la vida.  Estos comprometen a los Estados a adoptar medidas concretas, en legislación, políticas y en la práctica, para garantizar derechos plenos e iguales para aquellos que han tenido que enfrentarse a discriminación en el pasado y en la actualidad. 

La Declaración detalla medidas que los Estados deben adoptar en colaboración con parlamentos, instituciones nacionales, la sociedad civil y otros agentes. 
 También contempla estrategias para una incorporación y mejora de la cooperación internacional la cual implica a las Naciones Unidas y otros mecanismos internacionales. 

Como ya sabéis, la pandemia de COVID-19 ha dejado al descubierto y ampliado la discriminación racial y las desigualdades a una escala mayor. 
Debemos recuperarnos mejor. 

El primer paso consiste en adoptar un enfoque basado en los derechos humanos en la recuperación, el cual sitúa a las personas en el centro de todos los esfuerzos. 

Para una recuperación mejor se necesitarán de esfuerzos concertados para devolver la confianza en las instituciones de gobernanza, con un compromiso renovado para eliminar el racismo y la discriminación racial, promoviendo una participación amplia y la rendición de cuentas, además de proteger libertades fundamentales. 

Debemos reducir la distancia entre la legislación y las políticas y adoptar medidas concretas para poner en práctica estos compromisos con recursos adecuados y lograr un cambio real. 

Las políticas y los programas necesitan usar datos desglosados con el objeto de identificar quién se queda atrás. 

La situación es urgente y debemos actuar ya.

Mi Oficina está preparada para apoyar todos los esfuerzos para eliminar las causas fundamentales de la discriminación racial y las formas conexas de intolerancia con el fin de conseguir avances reales hacia la igualdad y los derechos humanos para todos.