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Declaraciones

MENSAJE DEL SECRETARIO GENERAL DE LA ONU, KOFI ANNAN, CON MOTIVO DEL INICIO DEL AÑO DEL 50 ANIVERSARIO DE LA DECLARACION UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

10 diciembre 1997

10 de diciembre de 1997

Hoy comienza el año en el que celebramos el 50 Aniversario de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos. En todos los rincones del
mundo, hombres, mujeres y niños de diferente color y credo están se
reunirán para abrazar nuestros Derechos Humanos comunes.

Los Derechos Humanos son la base de la existencia y la co-existencia
humana. Son universales, indivisibles e interdependientes. Son eso que nos
hace humanos. Son los principios a partir de los cuales creamos el marco
sagrado de la dignidad humana.

Cuando hablamos del derecho a la vida, al desarrollo o del derecho a disentir
o a la diversidad, hablamos de tolerancia. Si promovemos, protegemos y
destacamos la tolerancia, nos aseguraremos todo tipo de libertades. Sin lo
anterior, ciertamente no tendremos ninguna.

Los Derechos Humanos son la expresión de todas aquellas tradiciones de
tolerancia de todas las religiones y culturas que son la base de la paz y el
progreso. Los Derechos Humanos no son ajenos a ninguna cultura y
pertenecen y nacen en cada nación. La tolerancia y la compasión han sido
siempre y en todas las cultruas ideales de la conducta humana e ideales a la
hora de ejercer liderazgo. Hoy todo eso lo llamamos Derechos Humanos.

Es su universalidad lo que les da fuerza. Les proporciona el poder para
trapasar cualquier frontera, sortear cualquier obstáculo y desafiar cualquier
fuerza.

La lucha por los Derechos Humanos universales ha sido siempre y en todas
partes una lucha contra toda forma de tiranía y de injusticia; contra la
esclavitud, el colonialismo y el Apartheid. Y ninguna de esas luchas tiene por
qué ser diferente ahora.

Jóvenes de todo el mundo,

Ustedes son los que tienen que conocer estos derechos, ahora y para
siempre. Su destino y su futuro está en sus manos. Los Derechos Humanos
son los derechos de ustedes. Háganlos suyos. Defiéndanlos. Promuévanlos.
Compréndanlos e insistan en que se cumplan. Aliméntenlos y
enriquézcanlos.

Son lo mejor que tenemos. Háganlos vivir.

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