Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Alto Comisionado para los Derechos Humanos Volker Türk concluye su visita oficial a Bangladesh
30 octubre 2024
Lugar
Dhaka
Buenas noches y gracias a todos y todas por haber venido.
Esta ha sido una visita breve, pero el estrecho compromiso de mi Oficina y mi conexión personal, y me atrevería a decir que afecto, por este país vibrante y por el pueblo resiliente de Bangladesh, se remonta a mucho tiempo atrás.
Este momento único y sin precedentes en la historia de Bangladesh es el resultado de que los y las jóvenes hayan salido a las calles, con gran riesgo para su integridad física, para expresar que estaban cansados de ser ignorados y marginados.
Cansados del silenciamiento de las voces disidentes.
Cansados de la extrema desigualdad, discriminación, corrupción y abuso de poder que se ha adueñado del país.
Los derechos humanos y la justicia social se encontraban en el centro de sus reivindicaciones.
Pese al dolor y la sensación de pérdida, en mis conversaciones con la sociedad civil, así como con estudiantes, funcionarios y otras personas en los últimos dos días, se palpaba la esperanza de que esta vez las cosas serán diferentes durante esta transición.
Esta vez debe impartirse justicia. Esta vez las reformas deben ser sostenibles y duraderas, de forma que no se repitan las prácticas abusivas de las últimas décadas.
Existen oportunidades auténticas, y desde luego grandes expectativas, de realizar un cambio fundamental a mejor: un nuevo enfoque de la gobernanza, el desarrollo y las políticas económicas basados en los derechos humanos, que recurra a los logros obtenidos por el movimiento reciente y que siente las bases sólidas para superar la división, la discriminación y la impunidad.
La desigualdad, los ciclos de venganza y represalia, la marginación, la corrupción y las graves violaciones de los derechos humanos deben quedar relegados al pasado. Y mi Oficina, la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, se encuentra aquí para hacer todo lo posible para que Bangladesh lo logre.
Los estudiantes me trasladaron que no tenían más alternativa que salir a las calles al no haber ninguna salida mediante los mecanismos nacionales para atender sus peticiones. A fin de restablecer la cohesión social y la confianza en las instituciones del Estado, será fundamental reconstruir el espacio cívico que se restringió progresivamente en los últimos años.
Esto exigirá una reforma de las leyes represivas, así como de las instituciones estatales que han caído en el hábito de reprimir las voces disidentes. Las antiguas costumbres no se erradican fácilmente, solo el cambio sistémico garantizará el respeto de las libertades de expresión, asociación y reunión pacífica y el derecho a la participación política. Acojo con agrado las medidas adoptadas para derogar la Ley de seguridad cibernética y para retirar los antiguos casos de delitos de expresión en virtud de esta ley y la Ley de seguridad digital.
Un enfoque integrador, en el que todas las voces se escuchen y valoren con independencia de la clase, género, raza, ideología política, identidad o religión, resultará clave, al mismo tiempo que refleja las aspiraciones y la diversidad del movimiento que suscitó esta transición.
Las mujeres se encuentran en el centro de los movimientos por la justicia social, incluyendo las protestas de julio. Quiero rendirles homenaje. Deben situarse en primera línea durante la transición y después de la misma. Las mujeres necesitan visibilidad, en especial en lo que respecta a los puestos de liderazgo y toma de decisiones.
La participación de las minorías étnicas y religiosas en la reforma de las estructuras, así como de los pueblos indígenas, también resulta vital.
Acojo con agrado las declaraciones del Consejero principal, el Dr. Muhammad Yunus, que refuerzan el compromiso del país en torno a los derechos humanos, la justicia social, y la rendición de cuentas, y que reconocen la necesidad de implantar reformas integrales en diversas instituciones, incluyendo la aplicación de la ley, así como la necesidad de tratar las desigualdades económicas.
El establecimiento rápido de comisiones para recomendar reformas en el poder judicial, el sistema electoral, la administración, la policía, la constitución y una comisión anticorrupción es encomiable, y tengo entendido que están creándose otras comisiones sobre sanidad, medios de comunicación, derechos laborales y asuntos de la mujer. En mis conversaciones de hoy con varios de los comisarios, hemos hablado de la importancia del fomento de la confianza, la inclusividad y las lecciones que Bangladesh puede extraer de las experiencias en otros países que han enfrentado cuestiones similares.
Todas estas reformas pueden suponer un paso poderoso para aliviar décadas de división política intensa en el país y frenar el nepotismo político que ha debilitado sus cimientos democráticos.
La impartición de justicia por la violencia brutal contra los manifestantes y otras personas, entre ellas, niños, asesinados y heridos gravemente en julio y agosto es una prioridad.
Hoy he visitado el hospital de Nitol, donde algunos de los estudiantes que recibieron disparos mientras participaban en las protestas de julio siguen bajo tratamiento, el cual a menudo implica someterse a varias cirugías.
Después de un periodo de represión, turbulencia y violencia, tiene que darse un proceso nacional de verdad y sanación para avanzar. Con tantos casos que tratar desde el pasado reciente, la justicia penal solo puede proporcionar parte de la respuesta. El dolor y furia legítimos de las víctimas, sus seres queridos, y la sociedad en general exige un enfoque integral que incluya juicios justos, procesos de búsqueda de la verdad, reparaciones a las víctimas e iniciativas para conmemorar y preservar la historia.
Los grafitis en torno a las protestas y la visita del Dr. Yunus a un famoso centro de detención secreto, Aynaghor, que ahora se convertirá en museo, son unas aportaciones poderosas para la conmemoración.
Aparte de esto, deben darse garantías de no repetición, medidas para asegurar que esto no suceda nunca más. Aliento el diálogo nacional para diseñar un proceso de este tipo, que puede inspirarse en algunas de las iniciativas adoptadas por los estudiantes para garantizar la reconciliación.
Acojo con satisfacción la ratificación por parte de Bangladesh de la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas, y la designación de una comisión de investigación. Me reuní con la comisión, la cual necesita de pleno apoyo, a nivel nacional e internacional, y suficiente tiempo para esclarecer el paradero de las víctimas y apoyar a los supervivientes.
La justicia penal resulta fundamental, pero es importante garantizar que las acusaciones no se formulan apresuradamente y que el proceso justo y las garantías procesales se respetan en todo momento, como en el Tribunal Internacional de Crímenes. Pude comprobar que el gobierno interino era consciente de los problemas relacionados con los procedimientos en el Tribunal Internacional de Crímenes en el pasado. Mi Oficina ha proporcionado varios comentarios para enmendar la legislación del TIC, con el fin de adaptarla a la normativa internacional y asegurar el derecho a un juicio imparcial y que se hace justicia sin poner en compromiso el proceso debido. Tenemos en mente analizar otras vías que puedan servir de acompañamiento y apoyo para este proceso. Yo confío también en que haya un debate público sobre el uso de la pena de muerte en el futuro. Mi propia opinión, que viene respaldada por la legislación y las pruebas, es muy clara al respecto: la pena de muerte debe ser relegada como algo del pasado.
Es fundamental que no se presenten causas penales contra personas fundadas exclusivamente en su afiliación política previa, incluyendo a miembros o partidarios de la Liga Awami.
Existen dudas de que algunas de las acusaciones no se hayan basado en una investigación adecuada, entre las que se incluyen un gran número de acusaciones de asesinato presentadas contra periodistas. Es importante que no repitamos los patrones del pasado. Celebro la creación por parte del gobierno interino de un comité dedicado a analizar este asunto como medio para abordar la posible proliferación de acusaciones falsas. Es crucial dar prioridad al debido proceso.
Las transiciones siempre se presentan cargadas de riesgos, y esta realidad es aún más acuciante para aquellos grupos vulnerables. Aplaudo las iniciativas puestas en marcha por estudiantes y otros colectivos para proteger a las minorías. Además, nuestra misión de determinación de los hechos está investigando acusaciones de ataques contra minorías ocurridos entre el 5 y el 15 de agosto. Es imprescindible que las autoridades respondan inmediatamente ante cualquier incidente que se denuncie, llevando a cabo investigaciones exhaustivas y exigiendo responsabilidades a los autores. Esto ayudará a generar confianza en las comunidades minoritarias, de forma especial ante las campañas inquietantes de desinformación y las campañas de odio en las redes sociales.
En mis conversaciones con las autoridades interinas les transmití también mi apoyo y solidaridad con Bangladesh a la hora de acoger a refugiados Rohingya. La situación en el Estado de Rakhine, la cual estoy seguro que todos ustedes conocen bien, empeora cada día que pasa, y además he sido informado que está habiendo nuevas llegadas a Bangladesh. Es importante que adoptemos un enfoque flexible y humanitario, y que garanticemos que no existe devolución y que se protegen a las personas recién llegadas. Es vital garantizar la seguridad en los campamentos, así como el acceso a medios de vida y a educación. Estoy haciendo todo lo que está en mis manos para movilizar a la comunidad internacional para que preste atención a esta cuestión, para que preste apoyo a Bangladesh, y para que intensifique la búsqueda de soluciones.
El gobierno interino ha heredado numerosos desafíos en todos los frentes, incluyendo el plano económico, el de desarrollo, el social, el político y el estado de derecho. Las transiciones son siempre complejas. Y las expectativas son siempre muy altas. El tiempo apremia, pero aquellos problemas de larga data necesitan de tiempo para ser resueltos.
Los próximos meses no van a ser fáciles, pero no obstante es necesario que mantengamos el espíritu de las protestas estudiantiles y el impulso actual por un cambio duradero. Hacer realidad la promesa de los derechos humanos va a exigir de valentía y esfuerzo, pero también generará confianza y ayudará a superar las antiguas divisiones.
Es indispensable que los fuertes vientos de cambio que soplan sean correctamente encauzados y dirigidos usando a los derechos humanos como brújula.
Me alentó comprobar que en muchas de las conversaciones que mantuve hubo un llamamiento sostenido reclamando un mayor apoyo de mi Oficina, el cual debería incluir una presencia nuestra más afianzada. Estamos deseosos de concluir los debates para analizar las distintas modalidades de nuestra presencia reforzada en Bangladesh junto con el gobierno interino.
La invitación recibida para que mi Oficina despliegue una misión de determinación de los hechos sobre violaciones de derechos humanos en el contexto de las protestas que se desarrollaron en julio y agosto de este año supuso una iniciativa de peso por parte de las autoridades interinas. Una presencia mayor en Bangladesh permitirá a mi Oficina acompañar y respaldar el proceso de transición en este campo y en otras áreas, el cual habrá de incluir la oferta de asesoramiento sobre reformas legales, institucionales, económicas y sociales, justicia de transición, y procesos de reconciliación.
Es una prioridad para mi Oficina el dar apoyo a este país dinámico y diverso, así como a su pueblo, durante este período de transición, además de hacer todo lo que esté en nuestras manos para ayudar a garantizar la protección y promoción de los derechos humanos para todas las personas en Bangladesh.
Gracias.
Lea aquí el discurso del Alto Comisionado en la Universidad de Dhaka: Alto Comisionado: los estudiantes de Bangladesh se han alzado para reclamar los derechos humanos, la igualdad y la justicia | OHCHR
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