Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
El alimento es un derecho humano, no una mercancía: Alto Comisionado
22 octubre 2024
Pronunciado por
Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Lugar
Comité de Seguridad Alimentaria Mundial - 52º período de sesiones
Saludos cordiales desde Ginebra.
Hace veinte años, este Comité aprobó las Directrices Voluntarias en Apoyo de la Realización Progresiva del Derecho a una Alimentación Adecuada en el Contexto de la Seguridad Alimentaria Nacional.
Se trató de un paso crucial hacia la realización de este derecho humano fundamental. Estas Directrices han jugado un papel fundamental a la hora de impulsar un enfoque basado en los derechos humanos sobre la seguridad alimentaria y la nutrición.
No obstante, aún hoy en día, vivimos en un mundo repleto de alimentos con un desperdicio constante de comida, a la vez que 735 millones de personas sufren de hambre y malnutrición y otros millones más deambulan al borde de la hambruna, muy a menudo por razones que son completamente evitables.
En Sudán, el conflicto entre las Fuerzas Armadas de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido ha dejado a más de la mitad de la población, cerca de 26 millones de personas, enfrentándose a hambre aguda. En algunas partes del país, el 30 por ciento de los niños y niñas están gravemente desnutridos. Esto supone casi 1 de cada 3 niños y niñas.
En Gaza, el 96 por ciento de la población padece inseguridad alimentaria aguda, y además la amenaza de una hambruna se cierne sobre toda la población. Las restricciones persistentes sobre la ayuda humanitaria y la escalada de los ataques están dificultando el acceso a suministros alimentarios vitales.
En Chad, Haití, Mali, Myanmar, Sudán del Sur, Yemen y en otros lugares, la población está padeciendo niveles intolerables de hambre.
Es algo sencillamente imposible de tolerar, que en un mundo con tanta abundancia, tantas personas tengan tan poco, y además me temo que hemos desarrollado una relación profundamente desproporcionada en la manera en que se producen, se suministran y se consumen los alimentos.
Muy a menudo, los alimentos son tratados, no como un derecho humano, sino como una mercancía para su especulación o beneficio, además de como un arma de guerra. Los campesinos y trabajadores de las zonas rurales suelen encontrarse con frecuencia entre los más pobres y los que más hambre pasan, a pesar de ser los responsables ellos y ellas mismos del grueso de la producción de alimentos.
Necesitamos cambiar de manera urgente nuestro foco de atención y empezar a construir sistemas alimentarios mundiales y nacionales que den prioridad a la accesibilidad, la suficiencia y la sostenibilidad en consonancia con las normas internacionales de derechos humanos.
De manera paralela a las directrices legales formuladas por los organismos de derechos humanos de las Naciones Unidas, tales como el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, estas Directrices pueden emplearse para apoyar a los Estados en la defensa del derecho a la alimentación, y para hacer realidad esta transformación.
El Comité de Seguridad Alimentaria Mundial juega también un papel clave en este punto.
Con el fortalecimiento de las interrelaciones entre la labor que realiza el Consejo de Derechos Humanos y el Comité, podemos poner en marcha este cambio tan necesario y urgente.
Colegas,
El alimento es una de las necesidades humanas más básicas. A la vez que celebramos el 20º aniversario de las Directrices, ya es hora de que empleemos esfuerzos reales y apliquemos voluntad política para su puesta en práctica.
Eventos como este suponen pasos relevantes hacia un futuro más sostenible y más equitativo.
Es por eso que espero con impaciencia trabajar con ustedes para poder construir un mundo donde estén garantizados los alimentos, y estos no escaseen. Y un mundo donde el hambre global de niveles catastróficos sea una cosa del pasado.
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