Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Afganistán puede optar por introducir más derechos, o seguir fracasando en este aspecto, declara Türk
09 septiembre 2024
Pronunciado por
Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
En
57º Período de Sesiones del Consejo de Derechos Humanos - Diálogo Interactivo Mejorado sobre Afganistán
Sr. Vicepresidente,
Distinguidos ponentes,
Excelencias,
Colegas, amigos y amigas,
Ya han transcurrido tres años desde que las actuales autoridades de facto se hicieran con el control de Afganistán: tres años de caída libre en el respeto de los derechos de la población del país, lo que viene a sumarse a un trasfondo de décadas de sufrimiento debido al conflicto armado.
El informe que tienen ustedes delante analiza de forma particular el período que abarca desde septiembre de 2023 hasta julio de este año, con recomendaciones y opciones para garantizar la rendición de cuentas por las violaciones y abusos de derechos humanos que se han cometido durante décadas. El informe se centra en la igualdad y los derechos de mujeres y niñas; la crisis humanitaria y su impacto sobre los derechos económicos, sociales y culturales; las restricciones contra la libertad de los medios de comunicación y el espacio cívico; ejecuciones, castigos corporales y malos tratos contra detenidos; ataques contra antiguos funcionarios y defensores de derechos humanos, grupos de la oposición e individuos que son considerados como críticos por parte de las autoridades; además de los daños resultantes del conflicto, los cuales han afectado principalmente a la comunidad Hazara. El informe también analiza las actividades llevadas a cabo por el "Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio" de facto, así como las repercusiones para la población afgana expulsada de países vecinos.
Si bien el informe no incluye la nueva promulgación el mes pasado de las denominadas leyes de la "moralidad", quiero dejar claro mi oposición frontal a estas últimas medidas, las cuales incluyen limitar el traslado de mujeres que desean viajar sin la compañía de un varón llamado "guardián"; obligar a silenciar las voces de las mujeres en público; prohibir incluso el contacto visual entre mujeres y hombres que no estén relacionados; además de imponer que las mujeres se cubran de manera obligatoria desde la cabeza hasta los talones, incluyendo la cara.
Medidas anteriores que ya se aplican incluyen prohibir que las niñas asistan a la escuela secundaria, y que las mujeres estudien en la universidad; denegar los derechos de las mujeres a libertad de reunión pacífica, opinión, expresión y libertad de movimiento; además de restringir seriamente los derechos de las mujeres a buscar empleo. Aquellas mujeres que han protestado por estas leyes o han expresado alguna opinión diferente o han expresado alguna forma de desacuerdo han tenido que enfrentarse a castigos severos.
Me da miedo pensar cuál será el siguiente paso que tendrán que soportar las mujeres y niñas de Afganistán.
Este control represivo sobre la mitad de la población del país no tiene equivalente en el mundo actual. Se trata de una ruptura básica del contrato social. Es indignante y equivale a una persecución sistemática de género. También compromete el futuro del país, frenando de manera considerable su desarrollo. Todo esto está arrojando a Afganistán aun más a una senda de aislamiento, dolor y sufrimiento.
Hoy, la amplia mayoría de la población vive atrapada en la pobreza y privada de derechos esenciales, incluyendo el derecho a una alimentación adecuada. La situación es especialmente catastrófica y angustiosa para los niños, ya que 12,4 millones de niños y niñas necesitan ayuda de forma desesperada. En conjunto, se calcula que 23,7 millones de personas necesitarán ayuda humanitaria este año, ante un panorama donde la pobreza y las consecuencias de la represión y la violencia se ven agravadas por desastres naturales y el cambio climático. Y a pesar de esta situación, un déficit colosal de financiación está minando gravemente la respuesta que puede ofrecer las Naciones Unidas y sus socios.
Excelencias,
Un factor clave que subyace bajo estas y otras violaciones es la continua ausencia de rendición de cuentas en Afganistán, lo que lleva sucediendo durante décadas, por violaciones y abusos de derechos humanos cometidos por actores múltiples. Tal como señala el informe, a generaciones de afganos y afganas, bajo administraciones sucesivas, se les ha denegado la verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición por el sufrimiento que han tenido que padecer.
La rendición de cuentas actúa como un elemento disuasorio de gran poder para posibles violaciones futuras. Dada la necesidad imperiosa de tomar medidas para prevenir que se vuelvan a producir violaciones y abusos de derechos humanos, y con el fin de compensar el rápido deterioro de derechos y libertades en todo el país, yo creo que es necesario adoptar un enfoque integral para propiciar la rendición de cuentas, y que ha de conllevar planes de acción a nivel nacional e internacional.
Las autoridades de facto no pueden seguir por esta vía. Estas han de adoptar pasos decisivos para garantizar el cumplimiento con la normativa de derechos humanos. Estas son obligaciones que pertenecen al Estado: no son negociables y no dependen de los caprichos de aquel que ejerza el control sobre el territorio y la población. Es importante también introducir medidas dirigidas a proteger a las víctimas de violaciones y abusos de derechos humanos, independientemente de quién o cuándo se cometan; y que se exijan responsabilidades a los autores, en línea con las normas internacionales.
Yo también aliento a las autoridades de facto a permitir que vuelva a operar una institución nacional de derechos humanos creíble e independiente.
Yo apelo a todos los Estados que hayan estado implicados en el pasado en el conflicto armado en Afganistán a que garanticen la investigación y procesamiento de violaciones cometidas por sus miembros. También celebro los pasos adoptados de forma creíble por algunos Estados en esta dirección.
La investigación en curso por parte del Fiscal de la Corte Penal Internacional, dentro de los límites que establece su competencia, es un elemento fundamental, y yo hago un llamamiento a todos los Estados a que cooperen plenamente con ese proceso. También quiero resaltar el ámbito de aplicación conforme al derecho internacional que afecta a terceros Estados, a la hora de aplicar principios reconocidos de jurisdicción extraterritorial y universal, con el objeto de investigar y procesar infracciones graves del derecho internacional, cuando sea pertinente, para garantizar una debida rendición de cuentas.
Señor Vicepresidente,
Los derechos humanos no son solamente un requisito legal, son un requisito indispensable para la paz, la seguridad, la cohesión social y el desarrollo.
Afganistán cuenta con un enorme potencial en materia de desarrollo. Puede conseguir prosperidad, seguridad y justicia para todos. Puede contribuir de forma productiva con la comunidad internacional. Puede hacer realidad las esperanzas y derechos de su pueblo.
O puede sumirse aún más en el abismo que supone un estado fallido, con una economía hecha añicos y una sociedad afectada por distintas violaciones, que entraña todo el espectro de los derechos humanos.
Tal como la experiencia ha venido a confirmar repetidamente, el respeto por los derechos humanos sirve para dar paso un gran número de ventajas para todas las sociedades, desde un desarrollo sostenible hasta la paz y la armonía social que pueda resistir al paso del tiempo.
Es fundamental que Afganistán respete la igualdad entre mujeres y hombres, y de hecho, los derechos de todas las personas.
Mi Oficina continuará cooperando con las autoridades de facto con el objeto de instarles a que den marcha atrás en las políticas actuales y a que adopten medidas de peso para hacer realidad los derechos humanos.
Gracias.