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Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Las medidas centradas en los derechos humanos pueden rescatar los ODS, aseguró el Alto Comisionado Türk

19 enero 2023

Pronunciado por

Mensaje en vídeo de Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

En

Quinta reunión del período entre sesiones del Consejo de Derechos Humanos sobre los Derechos Humanos y la Agenda 2030

Lugar

Ginebra

Superando crisis múltiples: Haciendo realidad la Agenda 2030 a través de una economía que impulse los derechos humanos

Excelencias, distinguidos y distinguidas delegados y delegadas, colegas y amigos,

En 2015, los y las líderes mundiales se reunieron bajo una misma consigna.

El compromiso de acabar con la pobreza, proteger el planeta y asegurar que todas las personas disfrutan de paz y prosperidad antes de 2030.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 representaban un llamamiento a la acción ejemplar y verdaderamente universal.

No obstante, a pesar de algunos avances tempranos y valiosos, el progreso de la puesta en práctica de los ODS se ha estancado.

De hecho, ha ido para atrás.

Múltiples crisis, incluyendo una pandemia global, han arrojado a otros 93 millones de personas a la extrema pobreza en 2020.

Las consecuencias para todo el planeta y las incertidumbres económicas se han visto agravadas por la guerra en Europa.

La inseguridad alimentaria y la crisis del aumento del coste de la vida está dejando a muchas personas sin saber cómo van a poder sobrevivir hasta el día siguiente.

Las desigualdades se han disparado.

En la actualidad, un número abrumador de 828 millones de personas padece desnutrición. Un incremento desde los 150 millones en solo tres años.

Las consecuencias devastadoras de la emergencia climática continúan estando presentes.

El 60 por ciento de los países de ingresos bajos y el 30 por ciento de las economías de mercado emergentes están en una situación insostenible o casi insostenible de endeudamiento, en medio de una recesión global que amenaza el futuro.

Todo esto solo consigue limitar aún más la capacidad de los Estados de prestar servicios de salud, educación, protección social y otros derechos humanos, lo que afecta a los sectores más desfavorecidos de la sociedad y a las mujeres y las niñas en particular.

La corrupción y las corrientes financieras ilícitas relacionadas con la misma continúan violando muchos de los derechos de las personas a la salud, educación, protección social, además de socavar los derechos democráticos y por ende socavar el estado de derecho.

Esta es una crisis de derechos humanos.

Pero aun no es demasiado tarde.

Para corregir el curso y movilizar la voluntad política de poner en práctica el cambio transformador que vislumbraba la Agenda 2030, para todas las personas y todos los países.

Un par de reflexiones:

En primer lugar, hemos de trabajar juntos y con mayor ahínco para situar de verdad a los derechos humanos en el centro de todas las dimensiones del desarrollo sostenible.

Dando poder a las personas para que actúen como agentes activos del desarrollo sostenible; protegiendo los movimientos sociales y las organizaciones comunitarias ante las dificultades; y dando prioridad a la recopilación de datos desglosados.

Estas medidas pueden suponer factores de inflexión reales.

En segundo lugar, hemos de integrar los derechos humanos en nuestras economías.

No es una exageración afirmar que el futuro de los derechos humanos se decidirá en los ministerios de economía y hacienda.

Las previsiones indican que, en 2023, 143 gobiernos reducirán el gasto, lo que afectará al 85% de la población.

Esto supone 6,7 mil millones de personas que probablemente resultarán afectadas de forma negativa por las medidas de austeridad, que incluirán recortes en el sector sanitario, con repercusiones igualmente preocupantes para las mujeres, quienes son las mayores contribuyentes a la economía asistencial en especial.

Los derechos humanos suponen vallas de contención útiles para asegurar que se da prioridad a las inversiones necesarias centrándose en las personas más marginadas.

Con el fin de conducir la planificación de los presupuestos públicos a reducir las desigualdades y hacer frente a los patrones de discriminación.

Para generar economías que se centren en las personas, los derechos humanos, así como en la seguridad, salud y sostenibilidad del planeta.

Además, las iniciativas a nivel nacional han de venir acompañadas de una solidaridad global entre todos los actores, incluyendo a las instituciones financieras internacionales.

Es necesario dotar de plena financiación y capacidad de maniobra a mecanismos de financiación internacionales con el fin de que respalden respuestas fiscales nacionales integrales y así cumplir con los ODS.

Y finalmente, necesitamos de un marco económico y financiero internacional que sea adecuado para cumplir con su propósito.

La Primera Ministra de Barbados, Mia Mottley, ha puesto en marcha la Iniciativa Bridgetown, la cual nos parece un hecho muy positivo.

Esta iniciativa permite, en lugar de limitar, a los Estados ampliar el espacio fiscal para incorporar los derechos humanos y el desarrollo sostenible.

Distinguidos y distinguidas participantes,

La Cumbre de ODS del próximo septiembre, que señalará el punto intermedio hacia 2030, es un momento crítico para diseñar un plan global que trace vías para acelerar la puesta en práctica de los ODS.

En esta planificación, les invito a todos y todas ustedes a sacar provecho de la promesa, el impulso y la energía universales que contiene la Declaración Universal de Derechos Humanos, la cual cumple 75 años este año.

Debemos esforzarnos más para rescatar la Agenda 2030, y para ellos los derechos humanos, todos los derechos humanos, son el arma necesaria para ello.

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