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Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Alto Comisionado presenta el Llamamiento Anual de 2023

20 enero 2023

Pronunciado por

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

En

Presentación del Llamamiento Anual de 2023

Lugar

Ginebra

Presentación del Llamamiento Anual de 2023

Excelencias, distinguidos delegados y delegadas,

Es un placer contar con la presencia de todos y todas en esta fresca mañana de viernes.

Me alegro mucho de estar con ustedes, y de hacerles llegar mis mejores deseos de un año nuevo de felicidad, paz y salud.

Este es el primer llamamiento anual que presento, y es de gran importancia.

Sabemos que sin derechos humanos no puede haber una paz duradera. Ni desarrollo sostenible. Ni tampoco justicia. Esa visión profunda de las interrelaciones, los principios y los propósitos de las Naciones Unidas es uno de los aspectos fundamentales de la Declaración Universal de Derechos Humanos y de la Carta de las Naciones Unidas.

El 75º aniversario de la adopción de la DUDH hace que este año sea esencial para nuestra Oficina y para las Naciones Unidas.

Pienso aprovechar la oportunidad de este aniversario para renovar nuestra determinación de dar vida a las palabras de la Declaración Universal.

Para ello, tenemos que garantizar los derechos económicos, sociales y culturales en pie de igualdad con los derechos civiles y políticos.

Tenemos que insistir en que se tomen medidas —a escala mundial, regional y nacional— que aborden las desigualdades; refuercen las protecciones sociales; y eliminen la discriminación en cualquiera de sus formas y otras causas profundas de los conflictos, las crisis medioambientales y la miseria.

Tenemos que reforzar la capacidad de mi Oficina para poder satisfacer las necesidades y las peticiones de los Estados y los socios. Y toda nuestra labor de derechos humanos debe ser lo más operativa posible para conseguir la máxima repercusión.

En los últimos años, mi Oficina ha intensificado el compromiso práctico para consolidar los derechos humanos en las leyes, las políticas, las economías y las prácticas.

Pero esto es solo el principio.

Hemos apoyado las iniciativas para restablecer la confianza en las instituciones, entre otros, movilizando la participación ciudadana, tomando medidas para mejorar el espacio cívico y reforzando la protección de los defensores y defensoras de derechos humanos.

Hemos desarrollado nuestra labor a favor de políticas económicas basadas en los derechos y con perspectiva de género que puedan atajar las desigualdades con eficacia.

Ello incluye trabajar para ampliar la cobertura de los sistemas de protección social y aprovechar las enseñanzas de los logros conseguidos como parte de la respuesta a la pandemia de la COVID-19.

Un seguimiento más detallado —sobre el terreno, pero también mediante datos a distancia y otros provenientes de libre acceso— nos ha permitido prestar más atención a las situaciones de crisis, así como a las comunidades vulnerables que corren el riesgo de quedarse más excluidas. En diversas situaciones, el despliegue de personal con capacidad de reacción ante señales de alerta temprana ha incrementado en gran medida nuestra labor preventiva.

Hemos mejorado nuestra capacidad para presentar datos periódicos, fiables y oficiales sobre discriminación, muertes de civiles en conflictos, asesinatos y desapariciones de defensores y defensoras de derechos humanos, periodistas y sindicalistas, así como los progresos alcanzados por las instituciones nacionales de derechos humanos. Todo esto nos convirtió en una fuente de información valiosa para nuestros socios en pro del desarrollo y para muchos otros. Y hemos aumentado nuestro apoyo a las investigaciones de derechos humanos.

Hoy en día, necesitamos con urgencia desarrollar y ampliar este enfoque proactivo y práctico.

Nuestra iniciativa DUDH75 incluirá varias acciones dirigidas a estimular y asegurar que los derechos humanos ofrezcan soluciones a algunos de nuestros retos más acuciantes.

Recientemente hice un llamamiento a los Estados para que liberen a todas las personas detenidas arbitrariamente. Este fue un primer paso para poner en práctica la DUDH75. Haremos un seguimiento de casos concretos que necesitan una solución. Y a lo largo del año, añadiremos más llamamientos a los Estados y a otros actores para que adopten medidas concretas y rigurosas que dejen patente su compromiso con la Declaración Universal de Derechos Humanos.

El 75º aniversario también puede servir de punto de partida con vistas al futuro. Juntos, me gustaría que nos embarcáramos en debates que ofrezcan soluciones prácticas a los retos existenciales y a las preocupaciones incipientes referentes a los derechos humanos que amenazan a la humanidad.

Estas y otras líneas de trabajo culminarán en diciembre, en una reunión de alto nivel para el futuro que congregará a gobiernos, sociedad civil y otros actores para debatir, comprometerse y mostrar medidas ambiciosas que están teniendo un impacto positivo en la vida de las personas.

Mi Oficina también aprovechará esta oportunidad para renovarse. Tengo previsto reforzar nuestros vínculos con el sistema de las Naciones Unidas en general y en el ecosistema internacional de derechos humanos.

Sabemos que los instrumentos y orientaciones en materia de derechos humanos deben servir de base en la concepción y la ejecución de las actividades de las Naciones Unidas de forma contundente, pragmática e ininterrumpida. Tenemos que seguir avanzando a partir del Llamamiento a la Acción del Secretario General y de Nuestra Agenda Común.

Es especialmente importante avanzar con rapidez para profundizar en nuestra labor con los actores del desarrollo en todas las Naciones Unidas y ayudar a encauzar de nuevo la Agenda de Desarrollo Sostenible para las personas y el planeta en 2030.

Nuestra Oficina ya ha conseguido efectos importantes en este ámbito. Hoy me gustaría exponer un ejemplo para poner de relieve que su apoyo puede marcar una gran diferencia en ese esfuerzo: la situación crítica actual que afrontamos en el envío de nuestros Asesores de Derechos Humanos.

  • El año pasado nuestros Asesores en Derechos Humanos proporcionaron orientaciones esenciales a los Equipos de las Naciones Unidas en los países y a gobiernos en 50 países sobre la elaboración de presupuestos basada en los derechos humanos; un enfoque de derechos humanos con respecto a la recopilación de datos; y políticas y programación que no dejen a nadie atrás. En el 70 % de los países a los que se enviaron Asesores de Derechos Humanos en 2021, los Marcos de Cooperación de las Naciones Unidas estaban vinculados a las recomendaciones del EPU, lo cual aumenta la probabilidad de que se apliquen con rapidez y eficacia.

En Kenia, nuestro Asesor de Derechos Humanos ayudó al equipo en el país a reforzar los vínculos con la institución nacional de derechos humanos y la oficina nacional de estadística, así como a colaborar entre ellos. La óptica de los derechos humanos resultante en la recopilación y el análisis de datos supuso que la programación —la ejecución operacional— pudiera identificar y dirigirse mejor a las personas que podrían quedarse más excluidas, como los pueblos indígenas, las personas con discapacidad y las personas con albinismo.

  • La promoción y el apoyo técnico de los Asesores de Derechos Humanos también contribuyeron a erradicar la pena capital. Resultó especialmente destacable en Guinea Ecuatorial, donde se abolió la pena de muerte para los delitos civiles; en Kazajistán, donde se abolió la pena de muerte por completo; y en Zambia, donde se anunció que se prevé hacer lo mismo.
  • Los Asesores de Derechos Humanos también ayudan a los Equipos de las Naciones Unidas en los países a reforzar su trabajo con las organizaciones de la sociedad civil, incluidos los representantes de las comunidades minoritarias.

Por ejemplo, en Guinea Bissau, nuestro Asesor de Derechos Humanos —junto con otros colegas— respaldó las consultas encabezadas por el gobierno con la sociedad civil en todas las regiones administrativas del país, así como en el sector autónomo de Bissau. Una gran variedad de partes interesadas, incluyendo a representantes de grupos a quienes tradicionalmente se les relegaba, identificaron de forma colectiva el trabajo prioritario para lograr los ODS. Sus debates tuvieron un impacto significativo en el examen nacional voluntario, en el análisis común sobre el país y en la programación futura.

Es una labor de peso. Al consolidar los derechos humanos en el trabajo del sistema de las Naciones Unidas sobre el terreno, vemos una programación y unos resultados más eficaces e inclusivos en el tiempo. En la actualidad, tenemos 6 solicitudes más de coordinadores residentes para el envío de Asesores de Derechos Humanos. Pero necesitamos más apoyo financiero para poder prestar esta ayuda.

De hecho, en la actualidad tendremos que reducir nuestro despliegue de Asesores de Derechos Humanos de 50 a 43 países en 2023 —a menos que se puedan conseguir más fondos—.
No es más que un ejemplo muy claro de cómo su ayuda puede marcar la diferencia en nuestro trabajo y para las personas de este mundo. El Llamamiento que lanzamos hoy es un retrato de los muchos ámbitos en los que podemos infundir vida a los derechos humanos en todas las partes del mundo gracias a su ayuda.

Excelencias,

El año pasado, los donantes voluntarios aportaron 240,8 millones de dólares a mi Oficina, un aumento del 5,7 % con respecto a 2021, lo que nos ayudó a lograr transformar las vidas de cientos de miles de personas.

Agradezco sinceramente a cada uno de nuestros 87 donantes, en particular a los cinco principales contribuyentes: Suecia, la Comisión Europea, los Estados Unidos de América, Noruega y Alemania. Me preocupa la tendencia al alza de asignar nuestros fondos especialmente a fines específicos, y agradezco en particular a Suecia, Estados Unidos, Noruega, Finlandia y los Países Bajos, los principales contribuyentes de fondos no asignados a fines específicos, al ser fundamentales en la ejecución eficaz de nuestros planes.

No voy a ocultar la existencia de una gran laguna. Constato con consternación que en 2022 solo se cubrió el 60 % de nuestro llamamiento anual de fondos voluntarios.

Esto significa que estuvimos lejos de alcanzar nuestros objetivos, especialmente a la hora de prestar un apoyo fundamental sobre el terreno y digitalizar nuestro trabajo dentro de la Oficina.

No pudimos dotar de capacidad adicional debidamente a nuestro personal, sobre todo en la región del Pacífico, África Meridional y el Caribe.

El déficit de financiación también nos ha obligado a limitar el trabajo de cooperación técnica que habían solicitado varios Estados. A diario recibimos peticiones de ayuda de países a este respecto.

Debemos hacerlo mejor en 2023. Y podemos hacerlo. Nuestras necesidades totales para 2023 ascienden a 452 millones de dólares. Con profunda gratitud, espero poder contar con más apoyo de su parte a medida que nos embarcamos en esta revitalización apasionante y dinámica de los derechos humanos. Ahora, más que nunca, necesitamos los derechos humanos para mantener la estabilidad del mundo y hacernos con una hoja de ruta hacia un futuro mejor, como parte de la DUDH75 y más allá.

Muchas gracias