Comunicados de prensa Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Myanmar: Türk lamenta los ataques a civiles que huyen de Rakáin y teme que se repitan las atrocidades de 2017 contra los rohinyás
23 agosto 2024
GINEBRA – El Jefe de Derechos Humanos, Volker Türk, ha expresado hoy su gran preocupación por el grave deterioro de la situación en Myanmar, especialmente en el estado de Rakáin, donde cientos de civiles habrían muerto en su intento de huir de los combates.
En los últimos cuatro meses, decenas de miles de personas, muchas de ellas rohinyás, han huido de una gran ofensiva a manos del ejército de Arakán que pretende arrebatar a los militares el control de las ciudades de Buthidaung y Maungdaw. El 5 de agosto, en uno de los ataques más mortíferos por el río Naf, que limita con Bangladesh, habrían muerto decenas de personas, incluyendo por drones armados. No se ha conseguido precisar cual de las partes del conflicto fue la responsable de estos ataques.
"Miles de rohinyás se han visto obligados a huir a pie, y el ejército de Arakán los ha conducido repetidamente a lugares que apenas ofrecen refugio seguro", ha explicado Türk. "Mientras los pasos fronterizos con Bangladesh permanecen cerrados, los miembros de la comunidad rohinyá se encuentran atrapados entre los militares y sus aliados y el ejército de Arakán sin que exista vía alguna a un lugar seguro".
Pese a las continuas advertencias y llamamientos a la acción, la violencia actual pone de manifiesto la sensación de impunidad imperante y los problemas persistentes para garantizar la protección de la población civil de conformidad con el derecho internacional, según el Alto Comisionado.
"Este mes se cumplen siete años desde el inicio de las operaciones militares que obligaron a 700.000 personas a cruzar la frontera con Bangladesh. A pesar de que el mundo ya ha expresado su deseo de "nunca más", somos testigos una vez más de matanzas, destrucción y desplazamientos en Rakáin. Las partes del conflicto armado hacen declaraciones en las que niegan su responsabilidad en los ataques contra los rohinyás y otras personas, y actúan como si no tuvieran la capacidad de protegerlos. Esto sobrepasa los límites de la credulidad", ha afirmado Türk.
Según la información documentada por la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, los militares y el ejército de Arakán, que ahora controla la mayoría de los municipios de Rakáin, han cometido graves violaciones y vulneraciones de los derechos humanos contra los rohinyás, como ejecuciones extrajudiciales, algunas de ellas con decapitaciones, secuestros, reclutamientos forzosos, bombardeos indiscriminados de ciudades y pueblos con drones y artillería, además de ataques incendiarios. Estos ataques contrastan fuertemente con las obligaciones de todas las partes en virtud del derecho internacional humanitario y con las medidas provisionales ordenadas por la Corte Internacional de Justicia para proteger a los rohinyás ante el riesgo de sufrir más daños.
Fuentes fidedignas han descrito un incremento del número de rohinyás, casi la mitad de los cuales son niños, que solicitan asistencia por lesiones relacionadas con el conflicto. También ha habido informes de personas que mueren de diarrea por la falta de acceso a agua limpia y por unas condiciones de vida absolutamente inadecuadas. Se han atacado, saqueado e incendiado almacenes de alimentos que contenían suministros de vital importancia para la población civil. Los hospitales de Buthidaung y Maungdaw se han visto obligados a cerrar debido a la violencia, hecho que ha mermado aún más una crisis humanitaria desastrosa, agravada por una interrupción generalizada de las telecomunicaciones.
"Los militares y el ejército de Arakán son directamente responsables de la tragedia humana que se está produciendo en Rakáin", ha aseverado Türk. "Ambas partes deben cesar de inmediato los ataques contra la población civil, proteger a quienes huyen del conflicto y garantizar su acceso sin restricciones a la ayuda humanitaria vital".
"Estas atrocidades exigen una respuesta inequívoca: los responsables deben rendir cuentas y la justicia debe aplicarse sin tregua", ha señalado Türk. "La repetición de los crímenes y horrores del pasado debe evitarse como un deber moral y una necesidad legal. Compete a la comunidad internacional, con la ASEAN a la cabeza, adoptar todas las medidas necesarias para proteger a los rohinyás y a otras víctimas civiles de este conflicto tan cruel".
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