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Comunicados de prensa Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

RDC: Los espantosos relatos de las víctimas apuntan a una complicidad del gobierno en las masacres étnicas ocurridas en los Kasais, dice informe de Naciones Unidas

RDC: Violencia étnica

04 agosto 2017

GINEBRA (4 de agosto de 2017) – La violencia en la región de los Kasais (República Democrática del Congo), parece adquirir ahora una creciente e inquietante dimensión étnica, según advierte un informe preparado por la Oficina del ACNUDH. La información, compilada por un equipo de investigadores* en derechos humanos de las Naciones Unidas, indica que algunas de las violaciones y vulneraciones cometidas en la región podrían constituir delitos de lesa humanidad, en virtud del derecho internacional.

El informe se basa en entrevistas con 96 personas que huyeron a la vecina Angola para escapar de la violencia que se propagaba en el territorio de Kamonia, en los Kasais. El equipo de las Naciones Unidas pudo confirmar que entre el 12 de marzo y el 19 de junio, 251 personas fueron víctimas de ejecuciones selectivas y extrajudiciales. Entre ellas había 62 niños, 30 de los cuales tenían menos de ocho años de edad. Las personas entrevistadas dijeron que las fuerzas locales de seguridad y otros funcionarios fomentaron, impulsaron y en ocasiones coordinaron ataques contra determinados grupos étnicos. La Misión de las Naciones Unidas en la RDC ha identificado al menos 80 fosas comunes en los Kasais.

El equipo vio a personas que habían sido gravemente lesionadas o mutiladas, entre ellas a un niño de siete años al que le habían amputado varios dedos y que tenía el rostro totalmente desfigurado. Una mujer a la que le habían cortado un brazo relató cómo había logrado escapar, escondiéndose en el bosque durante varios días hasta alcanzar la frontera con Angola, desde donde fue conducida en avión a un hospital. Algunos de los refugiados pidieron al equipo de las Naciones Unidas que les diera la oportunidad de contar su historia y dos de los entrevistados murieron poco después a causa de las heridas que habían sufrido.

“Los supervivientes dijeron que habían oído los gritos de personas a las que habían quemado vivas, que vieron cómo a sus seres queridos los perseguían y macheteaban y que ellos mismos habían huido aterrorizados. Esas masacres son aún más horrorosas porque hemos hallado indicios de que cada vez más a las víctimas se les selecciona según el grupo étnico al que pertenecen”, declaró el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein. “Esos relatos deberían servir como una grave advertencia al gobierno de la RDC para que tome medidas ahora, con el fin de evitar que esos actos de violencia se transformen en una campaña de limpieza étnica en gran escala”. 

“Insto al gobierno a que adopte todas las medidas necesarias para cumplir con su obligación primordial de proteger a las personas de todos los grupos étnicos en la región de los Kasais”, añadió.

La lucha comenzó en agosto de 2016, con choques entre la milicia Kamuina Nsapu y fuerzas del gobierno. El equipo de las Naciones Unidas pudo saber que hacia marzo o abril de 2017 se creó otra milicia, denominada Bana Mura, integrada por individuos de las etnias tshokwe, pende y tetela. Al parecer, este grupo recibió armas y apoyo de los jefes tradicionales de la región y de funcionarios de los cuerpos de seguridad, entre otros del ejército y la policía, para que atacaran a las comunidades luba y lulua, a las que acusaban de complicidad con Kamuina Nsapu.

Según el informe, “la milicia Bana Mura emprendió una campaña con el fin de eliminar a poblaciones enteras de lubas y luluas de las aldeas que atacaba”. En muchos de los incidentes recogidos por el equipo, se vio a soldados de las FARDC al frente de grupos de milicianos de Bana Mura, mientras estos atacaban las aldeas. 

“Entre las responsabilidades del gobierno figura la de velar por que se identifique y procese a los individuos que organizaron, reclutaron y armaron a Bana Mura y a otras milicias”, insistió el Alto Comisionado.

Numerosos testigos y víctimas de las etnias luba y lulua afirmaron que en abril y mayo los milicianos de Bana Mura habían llevado a cabo ataques que parecían bien planeados contra varios pueblos de la región de Kamonia. Ataviados con pañuelos confeccionados con tela de mosquitero y brazaletes de hojas, los milicianos atacaron a los luba y lulua, decapitaron, mutilaron y ametrallaron a sus víctimas y, en algunos casos, los quemaron vivos al incendiar sus viviendas.

En uno de los ataques más terribles, en la aldea de Cinq, los milicianos mataron a 90 pacientes, colegas y refugiados que buscaron amparo en un centro sanitario, entre ellos algunos pacientes que no lograron escapar cuando la sala de cirugía fue incendiada.

Uno de los relatos de las víctimas lo proporcionó una mujer, que contó al equipo cómo los milicianos asesinaron a su esposo, agredieron a su hija con machetes y les dispararon a ella y a su hijo de 22 meses, al que luego tuvieron que amputarle una pierna en un hospital de Angola. El equipo también recibió testimonios de violaciones y otras formas de violencia sexual y de género.

Los refugiados dijeron al equipo de las Naciones Unidas que los milicianos de Kamuina Nsapu también realizaban asesinatos selectivos, entre otros contra soldados, agentes de policía y funcionarios del gobierno.    

Los testigos señalaron que en todos los incidentes documentados por el equipo  participaron en las filas de la milicia niños y niñas, algunos de edades comprendidas entre los 7 y los 13 años. Afirmaron además que grupos de niñas denominados “lamama” acompañaban a los milicianos durante las operaciones, hacían ondular sus faldas de paja y bebían la sangre de las víctimas, como parte de un ritual mágico que supuestamente haría invencible a la tropa. Todos los refugiados que el equipo entrevistó dijeron estar convencidos de que Kamuina Nsapu tenía poderes mágicos.

“Esta creencia generalizada entre sectores de la población de los Kasais y el miedo que la idea inspira podrían explicar en parte por qué una milicia mal armada, compuesta en gran medida por niños, ha sido capaz de resistir durante más de un año a las ofensivas del ejército nacional”, señala el informe.

Habida cuenta de la situación en los Kasais, el informe pone de relieve la necesidad de que el equipo internacional de expertos sobre la región, creado en junio por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, reciba acceso seguro e irrestricto a la información, los lugares y las personas que considere necesarios para realizar su labor.

Este informe quedará a disposición de los expertos internacionales y de cualquier institución judicial que se ocupe de la situación de derechos humanos en los Kasais, en un intento de promover los esfuerzos orientados a lograr que los responsables rindan cuentas de sus actos.

FIN

*El equipo de las Naciones Unidas se desplegó en Angola del 13 al 23 de junio.

Para leer el texto íntegro en inglés del informe, titulado Accounts of Congolese fleeing the crisis in the Kasai region, in the Democratic Republic of the Congo [Testimonios de congoleses que huyen de la crisis en la región de los Kasais, en la República Democrática del Congo], pulse aquí:  www.ohchr.org/Documents/Countries/Africa/OHCHRMissionreportonaccountsofKasairefugees.docx

Las fotos se pueden descargar aquí: http://www.ohchr.org/SiteCollectionImages/Countries/CD/photos.zip

Las imágenes captadas por satélite pueden verse aquí: http://www.ohchr.org/SiteCollectionImages/Countries/CD/UNOSAT_Kasai.zip

Entrevista en video a Scott Campbell, jefe de la Oficina del ACNUDH para el África Central y Occidental. Enlace disponible hasta el 10 de agosto:  https://we.tl/sfgJOdKW1r

Si desea información adicional o material de prensa, puede ponerse en contacto con:
Liz Throssell - + 41 22 917 9466 / ethrossell@ohchr.org
Ravina Shamdasani + 41 22 917 9169 / rshamdasani@ohchr.org

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