Estamos consternados por la decisión del órgano regulador de los medios de comunicación en Malí de suspender de forma definitiva Radio France Internationale (RFI) y France24. Instamos a las autoridades militares de transición de Malí a anular esta prohibición y a permitir que los medios independientes trabajen libremente en el país.
  
Estas suspensiones son las últimas de una larga lista de medidas coercitivas contra la libertad de prensa y la libertad de expresión en Malí, y llegan en un momento cuando es necesario un mayor y no un menor escrutinio.  Nuestra Oficina continúa documentando graves acusaciones de violaciones de la legislación internacional de derechos humanos y del derecho humanitario internacional en numerosas partes del país, y mostramos nuestra profunda preocupación por las medidas adoptadas para restringir aun más el ya de por sí limitado espacio cívico.

Un espacio cívico abierto y plural el cual garantice la libertad de expresión y de opinión, así como la libertad de reunión y de asociación, es un requisito previo para el desarrollo y una paz sostenible.
  
Las suspensiones fueron impuestas por primera vez por el Gobierno el 16 de marzo, al acusar a las dos emisoras de publicar «acusaciones falsas» sobre informes de violaciones de derechos humanos por parte del ejército de Malí.  El 27 de abril, la Alta Autoridad para los Medios de Comunicación anunció que estas suspensiones provisionales serían «definitivas».  El clima actual impone un efecto intimidatorio general sobre los periodistas y los blogueros.

FIN