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Prácticas idóneas de las Naciones Unidas: Cómo el EPU apoya el desarrollo sostenible

A medida que el tercer ciclo del EPU avanza y se aproxima a su final -manteniendo el 100% de participación de los Estados en los exámenes, con la colaboración de todas las ramas del gobierno al máximo nivel- creemos que es muy meritorio el lanzamiento de este compendio de prácticas idóneas de las Naciones Unidas sobre cómo el proceso del EPU apoya al desarrollo sostenible.

En su condición de documento vivo, este compendio expone cómo el EPU ha sido capaz de avanzar en la promoción y protección de los derechos humanos y para garantizar el cumplimiento, de jure y de facto, de la normativa internacional de derechos humanos o con los compromisos contraídos por los Estados en los mecanismos regionales y de las Naciones Unidas en materia de derechos humanos, en todas las regiones del mundo.

Más de 60 experiencias de todo el sistema de las Naciones Unidas

Extraídas de más de 60 experiencias compartidas en todo el sistema de las Naciones Unidas, las conclusiones principales indican cómo los equipos de país y las demás unidades de las Naciones Unidas de todas las regiones apoyan la participación de los gobiernos en el proceso del EPU y en la tarea de incorporarlo en la planificación y programación de las Naciones Unidas, según sus mandatos específicos.

Las recomendaciones del EPU se integran cada vez más y se ajustan a los esfuerzos de las Naciones Unidas orientados a la consecución de los objetivos de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. El EPU ha sido fundamental para apoyar los diálogos y los esfuerzos de promoción realizados por los equipos de país y las demás entidades de las Naciones Unidas como herramientas para la solución de problemas que permitan abordar los desafíos más delicados del desarrollo y obtener resultados concretos.

Varios aspectos del EPU han instado a lograr más coordinación, mejor ejecución y medidas más eficaces de seguimiento en los marcos estructurales de esos Estados. Entre esos aspectos figuran:

  • La previsibilidad del EPU, que cuenta con un calendario fijado con antelación, para un ciclo de cuatro años y medio;
  • Las decisiones soberanas asumidas por los Estados ante sus homólogos;
  • La información que aportan para el examen las Naciones Unidas y otros interesados
  • Las herramientas elaboradas como resultado del Llamamiento a la Acción en favor de los Derechos Humanos, del Secretario General, y en particular la Guía práctica del EPU [العربية | 中文 | English | Français | Русский | Español]

Estos aspectos también han fomentado una participación cada vez mayor de los gobiernos locales y regionales, las instituciones nacionales de derechos humanos y la sociedad civil antes, durante y después de los exámenes.

La función del sistema de las Naciones Unidas es clave a medida que el cuarto ciclo del EPU se centra en la ejecución

El cuarto ciclo del EPU se centra en mejorar la aplicación de las recomendaciones recibidas y aceptadas por los Estados. La función de los coordinadores residentes y del resto del sistema de las Naciones Unidas adquiere pues más importancia para maximizar el uso de estos mecanismos de derechos humanos como punto de entrada de políticas y medidas nacionales relativas a los derechos humanos. Exhortamos a nuestros colegas de todo el sistema de las Naciones Unidas a que se inspiren en este primer conjunto de experiencias concretas y positivas de ámbito nacional.

(Prólogo firmado por el ACNUDH, el PNUD y la OCD)

Prácticas idóneas relativas al EPU:

Relatos inspiradores sobre el EPU:

El “Modelo Padua” de EPU: