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El desarrollo es un derecho humano que pertenece a todos, individual y colectivamente. Toda persona “está facultada para participar en un desarrollo económico, social, cultural y político en el que puedan ejercerse plenamente todos los derechos humanos y libertades fundamentales, a contribuir a ese desarrollo y a disfrutar de él”, afirma la histórica Declaración de las Naciones Unidas sobre el Derecho al Desarrollo, que fue proclamada en 1986.

Los elementos fundamentales del derecho al desarrollo son los siguientes:

  • Un desarrollo centrado en las personas: la Declaración señala que la “persona humana” es el sujeto central y el participante y beneficiario principal del desarrollo (artículo 2).
  • Un enfoque basado en los derechos humanos: en la Declaración se exige un desarrollo “en el que puedan realizarse plenamente todos los derechos humanos y libertades fundamentales” (artículo 1).
  • Participación: en la Declaración se insta a la “participación activa, libre y significativa” de las personas y las poblaciones en el desarrollo (artículo 2).
  • Equidad: en la Declaración se subraya la necesidad de “la equitativa distribución de los beneficios” del desarrollo (artículo 2).
  • No discriminación: la Declaración no admite “ninguna distinción por motivos de raza, sexo, idioma y religión” (artículo 6).
  • Libre determinación en la Declaración, la libre determinación, que comprende la plena soberanía sobre los recursos naturales, es un elemento constitutivo del derecho al desarrollo (artículo 1).

Distribución de los beneficios del desarrollo

El crecimiento económico no es un fin en sí mismo. El derecho al desarrollo sitúa a las personas en el centro del proceso de desarrollo que tiende al mejoramiento “del bienestar de toda la población y de todos los individuos sobre la base de su participación activa, libre y significativa en el desarrollo y en la distribución justa de los beneficios” que de él se derivan.

El mundo actual se enfrenta a un aumento de la desigualdad dentro de los países y entre ellos, las brechas de la pobreza, la escasez de alimentos, el cambio climático, las crisis económicas, los conflictos armados, el aumento del desempleo, la agitación social y otras situaciones difíciles y apremiantes. El derecho al desarrollo, que conlleva los principios de derechos humanos de igualdad, no discriminación, participación, transparencia y responsabilidad, así como la cooperación y la solidaridad internacionales, puede orientar nuestras respuestas a una serie de cuestiones y desafíos contemporáneos, en particular en relación con la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Empoderamiento y rendición de cuentas para todos

El derecho al desarrollo no se basa en la caridad, sino en la habilitación y el empoderamiento. La Declaración señala los obstáculos al desarrollo, empodera a las personas y a los pueblos, pide que se establezca un entorno propicio y la buena gobernanza tanto a nivel nacional como internacional, y mejora la rendición de cuentas de los titulares de obligaciones, a saber, los Gobiernos, los donantes y los receptores, las organizaciones internacionales, las empresas transnacionales y la sociedad civil.

Más información en las publicaciones y los recursos* disponibles sobre la cuestión del derecho al desarrollo.

Más información sobre los hitos del derecho al desarrollo.