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La pandemia del COVID-19 tiene consecuencias devastadoras a corto, medio y largo plazo para los niños y sus derechos. También puede tener un grave efecto físico, emocional y psicológico en los niños, especialmente en los países que han establecido medidas obligatorias de permanencia en el hogar, encierro o confinamiento y para los niños en situación de vulnerabilidad.

Aunque los niños que contraen el COVID-19 parecen tener menos síntomas y tasas de mortalidad que otros grupos, hay varias repercusiones socioeconómicas inmediatas que afectan directamente a los niños y riesgos de protección infantil que surgen a diario debido a las medidas adoptadas para prevenir y contener el virus.

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