Expertos: Los Estados deben proteger a los niños y reforzar la reunificación familiar
21 marzo 2022
Cada año más de 300.000 niños son detenidos durante el proceso de migración y se sabe que 77 países detienen a niños por cuestiones relacionadas con la migración, según Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Los niños que afrontan el viaje solos no cuentan con el apoyo vital necesario para reunirse con sus familias y a menudo se exponen a consecuencias peligrosas durante el trayecto.
“Un niño que es separado de su familia corre mayor riesgo de sufrir violencia, abuso y abandono”, afirmó Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. “Pueden verse obligados a vivir solos, o a que les cuiden personas que no velan por sus intereses”.
Bachelet formuló sus observaciones durante una mesa redonda de alto nivel sobre la reunificación familiar en la reunión anual de un día de duración relativa a los derechos del niño. La mesa redonda virtual se celebró durante el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, Suiza.
Una infancia perdida
Con 10 años, Eduardo emigró a Sudáfrica con su madre. Durante la migración, su madre enfermó y falleció. Él ya se había separado de su padre y hermanos antes de abandonar el país natal por los disturbios civiles.
“Crecer separado de la familia nos priva de la alegría y de vivir nuestra niñez al completo”, señaló. “Muchos niños como yo no saben lo que significa o cómo es criarse en un ámbito familiar. Este hecho conlleva diversos problemas psicológicos que nos han afectado y que podría seguir afectándome hasta alcanzar la edad adulta”.
Algunos de los retos principales a los que se enfrentan los niños que han sido separados son la falta de documentación, refugio adecuado, pocas oportunidades educativas, amor y orientación parental, explicó Eduardo.
Eduardo, que ahora tiene 17 años, trabaja en una red de niños en Sudáfrica con la organización sin fines de lucro Save the Children South Africa como parte de su programa de migración y derechos del niño.
“Estas redes nos han brindado, como niños, un espacio y una plataforma para contribuir y ser conscientes de que nuestras voces importan”, aclaró.
Daniela Reale, Directora global de refugiados, niños migrantes y desplazados en Save the Children, señaló que los casos desgarradores como el de Eduardo son demasiado comunes y que a los padres a menudo no les queda otra opción que dejar el cuidado de sus hijos a otros. Ella compartió la historia de Rifat, de 15 años, cuyos padres le obligaron a abandonar Siria por su cuenta porque les preocupaba que su hijo tuviera que luchar en la guerra.
“Rifat aseguró que era la última opción que su familia podía escoger para salvar su vida”, comentó Reale.
Cerca de 100.000 niños han acabado en campamentos de detención en las zonas de conflicto sirias, donde se presume que niños de hasta 10 años son extremistas violentos o terroristas, según Fionnuala Ní Aoláin, Relatora Especial sobre la promoción y la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales en la lucha contra el terrorismo.
“He manifestado mi especial preocupación por los más de 850 adolescentes de diversas nacionalidades detenidos por diversos motivos falsos, a veces con hombres, en los numerosos centros de detención del noreste de Siria”, aseveró.
Felipe González Morales, el Relator Especial sobre los derechos humanos de los migrantes hizo un llamamiento a los Estados “para que pongan fin a la detención de niños inmigrantes y proporcionen una atención y una acogida alternativas adecuadas para todos los niños migrantes y sus familias, que promuevan los derechos y el bienestar de los niños”.
Además, instó a los Estados a reforzar los sistemas nacionales de protección y bienestar de la infancia existentes y a integrar a los niños migrantes no acompañados en estos sistemas sin ninguna discriminación. Mientras se realiza la búsqueda de la familia y hasta que los niños puedan reunirse con sus familias, los mecanismos de atención familiar deben considerarse temporales.
Los niños también corren el riesgo de ser víctimas de secuestro, trata de personas y reclutamiento en las zonas de conflicto, según Virginia Gamba, Representante Especial del Secretario General para la Cuestión de los Niños y los Conflictos Armados.
"Lamentablemente, incluso cuando los niños y niñas logran regresar a sus familias y comunidades, suelen verse rechazados, estigmatizados y sometidos a la violencia y a la discriminación", afirmó. "En algunos casos, también se les niega la documentación necesaria para acceder a los servicios básicos, como la salud y la educación. En el caso de los niños extranjeros, los países de origen suelen negarse a repatriarlos, solos o con sus madres, por motivos de seguridad".
Fortalecimiento de las políticas de protección del menor
Cornelius Williams, Director de Protección Infantil en UNICEF, explicó que durante los conflictos armados, los desplazamientos masivos de población y otras crisis humanitarias, los niños corren el riesgo de ser separados de sus familias o de otros adultos responsables de su cuidado y apoyo. En 2020, UNICEF y sus socios registraron más de 180.000 niños no acompañados y separados en necesidad de apoyo en todo el mundo.
"La invisibilidad de estos niños significa que la cifra es sin duda mucho mayor", aclaró.
Existen leyes y políticas internacionales en vigor que los Estados deben seguir, pero su aplicación es escasa. La Dra. Helen Durham, Directora de Derecho Internacional y Política del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), exhortó a todos los Estados a cumplir el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la participación de niños en los conflictos armados, y a refrendar los Principios y Directrices sobre los Niños Asociados a Fuerzas Armadas o Grupos Armados.
"Estos instrumentos ofrecen orientación para que los niños que han sido reclutados, detenidos o que se enfrentan a un proceso judicial sean tratados como víctimas con derecho a sus derechos como niños", declaró.
En el informe del Alto Comisionado sobre los derechos del niño y la reunificación familiar, Bachelet expuso los principios de los derechos del niño que pueden ayudar a salvaguardar la política y la práctica. Asimismo, subrayó que los Estados deben reforzar las políticas y las prácticas para reunir a los niños separados de sus familias y recomendó realizar un seguimiento urgente de la cuestión a nivel mundial.
“La comunidad internacional de Estados no puede seguir fallando a los niños”, afirmó Bachelet. "El derecho a crecer en un entorno familiar se ha de respetar, proteger y cumplir para todos y cada uno de los niños".
También hizo hincapié en que las voces de los niños deben ser escuchadas.
"A la hora de elaborar estas directrices, la experiencia y la opinión de los niños deben ser decisivas en todos los procedimientos que les atañen y que pueden alterar el curso de sus vidas", concluyó.