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Violencia sexual

Abordar la impunidad de la violencia sexual en el noreste de Nigeria tras un decenio de conflicto

05 noviembre 2019

El conflicto que desde 2009 se desarrolla en el noreste de Nigeria ha causado la muerte de unas 27.000 personas y ha obligado a 1,8 millones más a abandonar sus hogares.

Esta crisis tiene su origen en el conflicto armado regional que afecta también a Chad, Níger y Camerún. Su intensidad ha redoblado con los ataques contra civiles realizados por grupos armados, entre otros Boko Haram, las operaciones contra los insurgentes efectuadas por las fuerzas gubernamentales y los actos de violencia intercomunitaria.

En la actualidad, la región padece una de las crisis humanitarias más graves del mundo.

A medida que el conflicto entra en su décimo año, las niñas y las mujeres de Nigeria son cada vez más vulnerables al secuestro, la violación, la explotación, la esclavitud sexual y el matrimonio forzoso y precoz. Casi las dos terceras partes de las mujeres que viven en la zona noreste han sido víctimas de una o más formas de violencia de género. En los campamentos de desplazados, las violaciones han adquirido dimensiones epidémicas.

“El trauma no se disipa, sino que se reitera”, declaró el Coordinador Residente y Humanitario de las Naciones Unidas, Edward Kallon, “Algunas mujeres que sobrevivieron a los abusos de Boko Haram afrontan ahora actos de discriminación y agresiones sexuales realizadas por quienes supuestamente deberían protegerlas”.

El personal del ACNUDH destacado en la zona desde 2014 ha venido luchando contra la impunidad de que gozan los abusos y las vulneraciones de derechos perpetrados por las fuerzas de seguridad encargadas de las operaciones de contrainsurgencia. Los equipos de las Naciones Unidas han apoyado al ejército de Nigeria en la aplicación de las normas de combate y de un código deontológico sobre operaciones antiterroristas, y también han estado en la vanguardia de la promoción con miras a su puesta en vigor.

Condena histórica a un oficial por delitos sexuales

Tras el intenso cabildeo realizado por el ACNUDH, en abril pasado un tribunal militar condenó a un teniente de la fuerza aérea por la violación de una niña de 14 años. La joven, que vivía en el campamento de desplazados internos de Bakassi, había salido a buscar leña cuando fue víctima de la agresión. En un primer momento, los expedientes médicos que confirmaban el estupro fueron confiscados por el ejército, en un intento de ocultar las pruebas del delito.

Esta ha sido la primera vez que un tribunal militar condena a un soldado en activo por un delito sexual cometido contra mujeres desplazadas en el noreste de Nigeria. En este resultado sin precedentes, el ACNUDH desempeñó una función decisiva mediante la creación del marco jurídico que hizo posible la sentencia.

“Aunque recibimos con gran satisfacción este resultado, sabemos que, por desgracia, no se trata de un caso aislado”, afirmó la Coordinadora Humanitaria Adjunta, Yassine Gaba. “Las mujeres tienen miedo de evocar el horror de lo que han vivido, de modo que la violencia sexual en esta zona solo se refleja parcialmente en los informes. Albergamos la esperanza de que esta sentencia siente un precedente para futuras investigaciones y condenas, y que aliente a otras mujeres a contar sus historias”.

“Es preciso poner fin a esos delitos odiosos”.

5 de noviembre de 2019