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Honrar a los defensores de los derechos humanos

08 octubre 2015

Ahmed Mansoor, un destacado activista de derechos humanos de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), fue arrestado en abril de 2011, bajo la acusación de haber insultado a funcionarios de su país, porque había criticado al gobierno en su blog. Posteriormente, Mansoor fue sentenciado a tres años de cárcel. Tras cumplir casi ocho meses en prisión, lo indultaron y pusieron en libertad en noviembre de ese año.

Mansoor perdió su empleo de ingeniero y desde entonces recibe frecuentes amenazas de muerte. Nunca le devolvieron el pasaporte y le han prohibido viajar.

Pese a todo esto, Mansoor sigue trabajando a jornada completa en la defensa de los derechos humanos y lucha por la libertad de expresión y los derechos civiles y políticos en los Emiratos Árabes Unidos. Su labor se orienta a sensibilizar a la población sobre diversos temas, que van de la detención arbitraria, las desapariciones forzadas y la tortura, a los criterios internacionales que definen un juicio justo y las leyes nacionales que vulneran el derecho internacional.

En reconocimiento a su excepcional labor en materia de derechos humanos, Mansoor recibió en 2015 el Premio Martin Ennals para Defensores de los Derechos Humanos. Este galardón, que lleva el nombre del abogado británico que fundó la organización Amnistía Internacional, se concede cada año a una persona que ha realizado una trayectoria destacada en la lucha contra las violaciones de los derechos humanos.

Puesto que Mansoor no está autorizado a viajar, su discurso se transmitió por Skype durante la ceremonia de premiación que tuvo lugar en Ginebra (Suiza). La Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Flavia Pansieri, entregó el premio al activista Mohamed Saqer Alzaabi, que lo aceptó en nombre del galardonado.

En el discurso que pronunció desde su hogar en los EAU, Mansoor dijo que se sentía sumamente honrado por el premio y se disculpó por no haber podido asistir a la ceremonia a causa de la prohibición que le impide viajar.

“Todo esto sucede no porque yo haya cometido ningún delito, sino a causa de mis actividades en pro de los derechos humanos”, afirmó.

Mansoor señaló también que quizá parezca extraño que un activista de su país reciba este premio, porque los Emiratos Árabes Unidos suelen ser conocidos por su enorme riqueza, sus hermosas playas y sus centros comerciales. “Tengo la esperanza de que, gracias a este premio, la gente empiece a entender que tenemos graves problemas de derechos humanos”, dijo el premiado.

Durante la ceremonia, Pansieri instó a las autoridades de los EAU a que le devuelvan el pasaporte a Mansoor y respeten su derecho a la libertad de movimiento, de modo que pueda proseguir sin cortapisas su importante labor en defensa de los derechos humanos. “Mansoor es una de las pocas voces genuinamente independientes en los Emiratos Árabes Unidos”, afirmó Pansieri.

Entre los candidatos de este año figuraron el eminente abogado de derechos humanos de Myanmar, Robert Sann Aung, y Asmaou Diallo, de Guinea, que se ocupa de víctimas de la tortura y otras violaciones de derechos humanos.

“Estos tres activistas han corrido grandes riesgos y han padecido numerosas penalidades a fin de obtener para sus comunidades lo que, de hecho, debería ser suyo por derecho propio”, declaró Pansieri. “Y creo que esta noche he dicho lo que muchos de ustedes piensan y comparten los activistas de derechos humanos del mundo,  al afirmar hasta qué punto su obra me ha servido de inspiración”

Pansieri también hizo hincapié en cómo a los defensores de los derechos humanos se les agrede, amenaza y silencia en el mundo entero. “En medio de todo esto, los activistas de derechos humanos siguen sacudiendo nuestra conciencia y movilizando a la sociedad”, añadió. “Sin duda, son los más valientes de todos nosotros”.

“Este es el objetivo que hoy nos congrega aquí. Hemos venido no sólo para honrar a estos defensores, sino también para protegerlos”, dijo Pansieri. “El premio que otorgamos hoy envía, alto y claro, el mensaje de que la comunidad internacional está orgullosa de su voz y su compromiso, y que estaremos siempre atentos a su bienestar”. 

8 de octubre de 2015