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Declaraciones Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

El Pacto Digital Mundial debe guiarse por los derechos humanos, afirma Türk

08 mayo 2023

El Pacto Digital Mundial:
Derechos humanos en Internet

Discurso de Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, pronunciado en su nombre por Ilze Brands-Kehris, Subsecretaria General de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Distinguidos delegados,
Colegas:

Hace 30 años, en 1993, Internet apenas empezaba a transformar nuestro mundo.

Su llegada fue como un descubrimiento que solo ocurre una vez en un siglo.

Entonces no podíamos prever que en el futuro estos formidables avances tecnológicos serían casi el pan nuestro de cada día.

Y que la tecnología capaz de leer y manipular la mente humana ya no sería una fantasía de ciencia-ficción.

Ni que la inteligencia artificial pronto causaría cambios sísmicos en nuestra manera de trabajar, de pensar y de vivir.

Sin embargo, esa es nuestra realidad actual.

Estos adelantos tecnológicos ofrecen un enorme beneficio potencial para la humanidad y, al mismo tiempo, plantean riesgos igualmente profundos para las sociedades y los derechos humanos. 

Vemos cómo el espacio digital se usa -y se manipula- para atacar a personas y grupos y para difundir discursos de odio y desinformación nociva, sin consecuencias ni rendición de cuentas para quienes lo perpetran, socavando los cimientos de nuestra sociedad y nuestro contrato social.

Al mismo tiempo, estos desafíos han suscitado un conjunto de leyes represivas que se usan para silenciar la libertad de expresión, arrestar a quienes critican y debilitar la democracia.

El derecho a la intimidad está desapareciendo. Es muy perturbador ver cómo la ignorancia de la historia y la manipulación contribuyen a reforzar esta tendencia.

Y la omnipresente brecha digital sigue potenciando las desigualdades. Los cierres de Internet les niegan el acceso a quienes más lo necesitan, pese a las promesas de garantizar la disponibilidad de Internet para todos.

El año 2023 marca un hito histórico. Hace 30 años, cuando Internet apenas comenzaba a difundirse, se fundó mi Oficina. En cierto sentido, la estructura de los derechos humanos de los tres últimos decenios se ha desarrollado a la par de la tecnología digital.

Hoy, es decisivo que despleguemos con eficacia esta estructura, a fin de que la humanidad pueda disfrutar de las oportunidades que ofrece el progreso tecnológico, sin dejar de limitar los peligros que representa.

Estimados colegas:

Con el peligro surgen consideraciones de gran complejidad. ¿Cómo equilibrar las ventajas del acopio de datos con la necesidad de proteger la intimidad? ¿Cómo proteger la libertad de expresión y, al mismo tiempo, prevenir el discurso de odio y la desinformación?

Las consideraciones de índole ética pueden y deben orientarnos, pero no son suficientes. Los derechos humanos nos proporcionan un marco universal y vinculante para formular soluciones concretas, más allá de lo que la ética por sí sola puede hacer.

El desarrollo del Pacto Digital Mundial es una oportunidad decisiva para dar forma a nuestro futuro digital de un modo que realmente beneficie a toda la humanidad.

En un contexto de rápida transformación tecnológica, esta tarea no será sencilla.

Al situar los derechos humanos en el centro de la innovación digital y los esfuerzos de gobernanza, garantizaremos que nuestro futuro digital sea más sano y ayudaremos en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Queremos garantizar que nuestro Pacto sea útil, aplicable y legítimo.

Para lograrlo, ese desarrollo ha de basarse en un proceso inclusivo y transparente.

Es preciso escuchar las opiniones de los gobiernos, los órganos regionales, los jóvenes, los académicos, los expertos y los miembros de la sociedad civil del mundo entero, en especial en los países en desarrollo y los de ingresos medios.

Es preciso que escuchemos a quienes la tecnología digital ayuda, pero también a quienes perjudica.

Y esto debe incluir a todos los miembros de la sociedad, especialmente a los más marginados.

Estimados colegas:

Tal como se subraya en la ponencia de mi Oficina, el sector privado debe participar en calidad de fuerza constructiva y positiva. Las empresas que elaboran estas tecnologías, dependen de ellas o las despliegan, tienen una enorme responsabilidad en lo tocante al respeto de los derechos humanos.

Esto significa el ejercicio de la diligencia debida y la gestión de riesgos en relación con los derechos humanos, así como un aumento de la transparencia; significa también la disponibilidad de mecanismos de quejas y, cuando los daños ya se han producido, la capacidad de proporcionar reparaciones a los afectados. Además, las empresas deben facilitar a los investigadores el acceso a los datos pertinentes, en formas que respeten la intimidad de los usuarios.

Los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos ofrecen una hoja de ruta para ayudar a las compañías en estos procesos.

Por su parte, los gobiernos deben desempeñar una función esencial en la regulación de las actividades del sector privado y en garantizar que los derechos humanos constituyen el eje de la regulación de las nuevas tecnologías.

Las autoridades tienen la obligación de velar por que el acceso a Internet sea libre y universal, y de evitar todas las formas de cierre de la red. En este sentido, es indispensable dotar de recursos a los órganos especiales independientes que aborden las cuestiones relativas a los derechos humanos en el sector tecnológico.

Tanto las empresas tecnológicas como los gobiernos deben redoblar sus esfuerzos y colaborar por encima de las fronteras nacionales a fin de superar los enfoques fragmentarios e improvisados.

Internet no conoce fronteras.

Por último, las autoridades deben garantizar la máxima transparencia en todos sus actos. Esto significa que es preciso exponer públicamente las políticas que aplican en respuesta a los contenidos en línea y realizar evaluaciones periódicas y públicas de sus repercusiones en materia de derechos humanos.

Quizá en ningún aspecto sean tan importantes los principios de debida diligencia, transparencia y rendición de cuentas en materia de derechos humanos, como en la esfera de la inteligencia artificial.

Ya hemos visto las consecuencias que en relación con los derechos humanos puede generar el uso del reconocimiento facial en las tareas policiales, así como el uso de cámaras para la vigilancia masiva y las tareas de espionaje. Y aun antes de que hayamos logrado instalar los mecanismos necesarios para prevenir estos usos conocidos de la IA, ya estamos confrontados a la rápida evolución de la IA generativa, que mediante el uso generalizado de modelos de lenguaje en diversas aplicaciones podría generar repercusiones imprevisibles y sin parangón en todos nosotros. Conste que estoy haciendo sonar la alarma antes de que el genio esté totalmente fuera de la botella.

Estimados colegas:

Los derechos humanos proporcionan una base sólida para tomar decisiones rápidas y eficaces ante la vertiginosa aceleración del progreso tecnológico.

Disponemos de marcos de trabajo en materia de derechos humanos que trascienden los continentes y las culturas.

Hace 75 años, el mundo aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos, mediante la cual se ratificó que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.

Esta Declaración sirvió de base a numerosos tratados internacionales de derechos humanos.

Este documento allanó el camino para una gobernanza más sólida y eficaz.

En la actualidad, uno de los nuevos retos a la gobernanza se halla en el ámbito digital.

Pero no es preciso reinventar la rueda. Anclar el Pacto Digital Mundial en un marco existente y vinculante es simplemente una medida de sentido común que además facilitará las consultas con los Estados Miembros en relación a su contenido.

Debemos asegurarnos de que este sólido marco de derechos humanos se aplica a los nuevos desafíos de la era digital.

El derecho internacional de los derechos humanos, sus normas y principios, ofrecen orientación en todos los ámbitos temáticos en lo tocante a presentar comentarios escritos al Pacto. Pero es inadecuado considerar los derechos humanos como un tema por separado separado. Mi Oficina ha recomendado que los derechos humanos se reconozcan como un marco general, integrado en todos los ámbitos que el Pacto aspira a abarcar.

Estimados colegas:

El debate de hoy -y cualquier otra discusión- debe centrarse en aprovechar con buenos fines el enorme potencial de la tecnología digital, al tiempo que se limitan sus daños potenciales. El Pacto Digital Mundial, con los derechos humanos en su eje, nos ayudará a avanzar más deprisa en la consecución de su objetivo: un futuro digital abierto, libre y seguro para todos.

Muchas gracias.

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