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Declaraciones Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

En Ucrania, el Alto Comisionado Türk detalla violaciones graves a la vez que hace un llamamiento a conseguir una paz justa

31 marzo 2023

Pronunciado por

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

En

52º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos

Desde

Diálogo Interactivo sobre Ucrania

Lugar

Ginebra

Sr. Presidente,
Excelencias,
Distinguidos delegados y delegadas,

La invasión de Ucrania por la Federación de Rusia nos ha hecho volver a una era arcaica.

Una era cuando el territorio de un país vecino podía ser atacado y tomado por la fuerza, al antojo de otro país. Cuando podía negarse la identidad e historia de comunidades, y se podía volver a escribir la realidad.

La Carta de las Naciones Unidas ponía supuestamente un fin a este pensamiento atávico. Pero hoy en día, una nación lucha por su supervivencia. Tras 13 meses desde que empezara la guerra de la Federación de Rusia contra Ucrania, graves violaciones de los derechos humanos y del derecho humanitario internacional se han convertido de forma sobrecogedora en algo rutinario. Personas por todo el país son víctimas de sufrimiento y pérdidas, carencias, desplazamiento y destrucción de enormes magnitudes. Además, los efectos continuados de esta guerra en todo el planeta, incluyendo en países que no están implicados de ningún modo, son profundos.

Sr. Presidente,

Usando la rigurosa metodología que emplea mi Oficina, nuestros empleados y empleadas han verificado más de 8.400 muertes de civiles, y más de 14.000 civiles heridos, desde el 24 de febrero de 2022. Estas cifras son solo la punta del iceberg. La mayoría de las víctimas son resultado del uso por las fuerzas rusas de armamento explosivo de impacto amplio en zonas residenciales.

En zonas ocupadas de Ucrania, hemos documentado numerosas ejecuciones sumarias y ataques dirigidos contra civiles por parte de las fuerzas militares de Rusia desde febrero del año pasado, incluyendo a grupos armados afiliados, como el Grupo Wagner. También hemos documentado 621 casos de desapariciones forzadas y de detención arbitraria.

Entrevistas realizadas a 89 civiles puestos en libertad tras su arresto señalaron que el 91 por ciento de ellos fueron torturados o sufrieron malos tratos por militares rusos, incluyendo varias formas de violencia sexual. Cinco de las víctimas de desaparición forzada eran niños, uno de tan sólo 14 años de edad. Todos estos cinco niños fueron torturados o sufrieron malos tratos.

De los 109 casos documentados de violencia sexual por parte de militares rusos, la mayor parte de ellos tuvo lugar en centros de detención. Otros, incluyendo violaciones, fueron cometidos en zonas bajo el control de fuerzas rusas, la mayoría contra mujeres. Tres víctimas de violación fueron niñas menores de 18 de años.

Durante el mismo período, mi equipo ha documentado 91 casos de desapariciones forzadas y detención arbitraria cometidos por las fuerzas de seguridad ucranianas. De las 73 víctimas que entrevistamos, el 53 por ciento habían sido torturados o recibido malos tratos. Registramos 24 casos de violencia sexual cometidos por personal ucraniano, la mayor parte de estos actos consistieron en amenazas de violencia sexual durante las etapas iniciales de la detención, así como de desnudos por la fuerza en público.

Civiles ucranianos han sido trasladados a territorio ocupado o a la Federación de Rusia. Estos incluyen a niños y adultos que han sido alojados en instituciones de servicios sociales, así como niños y niñas no acompañados que viven en zonas de la Ucrania ocupada o zonas temporalmente ocupadas por las fuerzas rusas. Estos traslados pueden constituir violaciones del Artículo 49 del Cuarto Convenio de Ginebra, el cual prohíbe los traslados por la fuerza a territorio ocupado, o las deportaciones a cualquier otro país, independientemente del motivo que sea.

Hace dos semanas, la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre Ucrania relató a este Consejo, de forma muy detallada, las graves violaciones del derecho internacional que había identificado durante el año pasado, incluyendo crímenes de guerra e incluso posibles crímenes de lesa humanidad. El Consejo ya conoce también que la Corte Penal Internacional ha emitido órdenes de detención por supuestos crímenes de guerra de deportación y traslado ilegales de niños y niñas ucranianos desde zonas ocupadas de Ucrania a la Federación de Rusia.

Sr Presidente,

Más de 400 prisioneros de guerra, de ambas partes, han sido entrevistados por mi equipo. Ucrania, lo cual alabamos, ofreció acceso sin trabas y confidencial a centros de internamiento. La Federación de Rusia, por el contrario, no nos proporcionó acceso alguno, a pesar de nuestras múltiples peticiones, lo que supuso que las entrevistas con prisioneros de guerra ucranianos solamente pudieron llevarse a cabo una vez fueron puestos en libertad. Esta falta de acceso significa también que los números de casos no deben compararse entre las dos partes del conflicto.

Más del 90 por ciento de los prisioneros de guerra ucranianos entrevistados por mi Oficina afirmaron que habían sido torturados o recibido malos tratos, sobre todo en centros penitenciarios, que incluyeron las llamadas (siendo una frase horrible para denominarlas) “palizas de bienvenida” a su llegada, así como frecuentes actos de tortura durante toda su detención. Documentamos la muerte de cinco prisioneros de guerra por heridas sufridas durante torturas en internamiento. Los alimentos y el acceso a atención sanitaria eran manifiestamente insuficientes. Es fundamental que supervisores internacionales y el personal de nuestra Misión de Observación de los Derechos Humanos en Ucrania tengan un acceso sin restricciones a todas las personas detenidas por fuerzas rusas.

Casi la mitad de los prisioneros de guerra rusos entrevistados indicaron que habían sido torturados o habían sufrido malos tratos. La mayor parte de estos actos de tortura ocurrieron supuestamente al poco de ser capturados. No encontramos un patrón constante de malos tratos graves en centros de internamiento de carácter más permanente.

Documentamos la ejecución sumaria por parte de militares rusos de prisioneros de guerra ucranianos poco después de ser capturados, y además una víctima fue gravemente mutilada antes de ser asesinada. Los prisioneros de guerra ucranianos que fueron capturados durante una batalla fueron también a menudo torturados o sufrieron malos tratos, y al menos uno de estos prisioneros de guerra murió pocas horas después de ser torturado. Seguimos asimismo reuniendo y analizando información sobre el terrible incidente ocurrido en Olenivka, en julio de 2022, en el que al menos 50 prisioneros de guerra ucranianos fueron asesinados.

Documentamos la ejecución sumaria de prisioneros de guerra rusos por parte de las fuerzas armadas de Ucrania, así como de efectivos fuera de combate, inmediatamente tras ser capturados. Sabemos que hay en marcha investigaciones por parte de las autoridades ucranianas aunque no existe, hasta la fecha, ningún procesado por estos hechos.

Sr. Presidente,

El derecho humanitario internacional engloba valores fundamentales mínimos que, en las circunstancias más desoladoras, preservan nuestra humanidad.

Incluso en medio del derramamiento de sangre que entraña la guerra, las normas del derecho humanitario internacional protegen de manera especial las vidas y dignidad de los civiles, de los soldados heridos y enfermos, así como de los prisioneros de guerra.

Nadie está por encima de estas leyes.

CNo se puede atacar a civiles ni a infraestructura civil esencial. Se debe permitir trabajar sin impedimentos al personal médico y humanitario. Está prohibido matar o herir de forma deliberada a un adversario que se ha rendido o que ya no puede participar en los combates. Se deben respetar los derechos humanos fundamentales de los prisioneros de guerra. Queda prohibido el uso de armas o tácticas que puedan causar muertes innecesarias o un sufrimiento excesivo.

Y aun así, para la mujer con discapacidades que no puede salir de su vivienda bajo un bombardeo intenso; para los miles de personas cuyas vidas y cuerpos han quedado hecho añicos; para los prisioneros de guerra que son torturados y privados de asistencia médica; para los niños y niñas que crecen en medio del terror; estas leyes son vulneradas a diario.

Hablo en nombre de muchos cuando afirmo que nunca olvidaré las fotografías de una mujer en avanzado estado de gestación agonizando y siendo transportada en una camilla desde las ruinas bombardeadas de un hospital materno en Mariupol en marzo de 2022.

Todas estas víctimas tienen derecho a recibir justicia, y a una paz justa.

La guerra de Rusia contra Ucrania continúa teniendo efectos en todo el mundo.

El aumento acusado en los precios de los alimentos, la energía, los fertilizantes y otros productos esenciales han incrementado las tensiones y desigualdad en todas las regiones.

La mayor crisis mundial del coste de la vida vivida por una generación está perjudicando las vidas y medios de vida de un número calculado de 1,6 mil millones de personas. Esta crisis ha arrojado a más de 71 millones de personas a la pobreza. Amenaza la estabilidad de numerosos países.

Es vital para las vidas de decenas de millones de personas de todo el planeta que la Iniciativa de Granos del Mar Negro siga prestando apoyo a la seguridad alimentaria global, extendiéndose mucho más allá de la fecha límite actual de mayo de 2023.

Hace casi treinta y siete años desde el desastre de Chernobyl, y otra planta nuclear en Ucrania, en Zaporiyia, sigue soportando un grave riesgo, con repercusiones potenciales para millones de personas dentro y fuera del país.

En un momento cuando la humanidad se enfrenta a desafíos existenciales abrumadores, esta guerra destructiva nos aleja del objetivo necesario de encontrar soluciones, el objetivo de asegurar nuestra supervivencia.

Esta guerra desafía cualquier lógica. Esta locura ha de terminarse, y es necesario lograr la paz, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional.

Mi Oficina, mis colegas, mis equipos, continuarán haciendo todo lo que está a su alcance para vigilar, documentar e informar sobre la realidad que han de soportar cientos de miles de personas sobre el terreno.

Gracias