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Declaraciones Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Alta Comisionada actualiza al Consejo de Derechos Humanos sobre Mariupol, Ucrania

16 junio 2022

Miembros de una familia son vistos en una calle cerca de edificios residenciales dañados durante el conflicto entre Ucrania y Rusia en la ciudad portuaria del sur de Mariupol, Ucrania 22 de abril de 2022

Pronunciado por

Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

En

50 período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos

Distinguido Presidente,
Excelencias, 

Como añadido a la resolución S-34/1 del Consejo de Derechos Humanos aprobada en su 34º período extraordinario de sesiones, les presento una actualización oral sobre la grave situación humanitaria y de derechos humanos que se vive en Mariupol. 

Debido a la situación de inseguridad en el terreno, mi Oficina no tiene acceso al territorio bajo control de las fuerzas armadas rusas y de grupos armados afiliados, incluyendo el acceso a la propia ciudad de Mariupol. De cualquier manera, mi equipo ha estado supervisando y documentando la situación hablando directamente con las personas que abandonaron la ciudad; comunicándose de forma remota con las personas que se quedaron en la ciudad; recogiendo y analizando información disponible públicamente; y haciendo uso de imágenes por satélite. 

La evaluación contenida en esta actualización oral está basada en esta metodología, de acuerdo con las prácticas habituales del ACNUDH.

Entre febrero y finales de abril, Mariupol era probablemente el lugar más mortífero de Ucrania.  La intensidad y el alcance de las hostilidades, destrucción, muerte y número de heridos sugieren claramente que han ocurrido violaciones graves del derecho humanitario internacional y violaciones graves de la legislación internacional de derechos humanos.

La ciudad estuvo sitiada durante más de un mes.  En las etapas finales, gracias a los esfuerzos de mediación del Secretario General de las Naciones Unidas y otros, y la posterior evacuación de 152 civiles de la planta siderúrgica de Azovstal, el asedio terminó pronto en esa zona.

El 30 de abril, las fuerzas armadas rusas asumieron el control completo de Mariupol, excepto por la zona de la planta de Azovstal.

Hemos evaluado que hasta un 90 por ciento de los edificios residenciales han resultado dañados o destruidos, así como hasta el 60 por ciento de los domicilios particulares.  Se calcula que 350.000 personas fueron obligadas a abandonar la ciudad.

La situación humanitaria es terrible, y los civiles siguen soportando la peor parte del conflicto.

Un ataque aéreo ruso sobre el teatro de Mariupol el 16 de marzo destaca como el ejemplo más mortífero y emblemático del daño causado a los civiles.  En el teatro había cientos de civiles que se escondían en su interior a la vez que se mostraban carteles con la palabra «niños» visibles desde el cielo.

Desde la primera semana de marzo, las hostilidades en la zona urbana de Mariupol se caracterizaron por el uso extendido de armas con efectos en una zona amplia, que incluían el bombardeo procedente de tanques y artillería pesada, sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes, misiles y ataques aéreos. 

Las tasas de mortalidad aumentaron con el tiempo, según crecía la intensidad del asalto.

Hasta la fecha, ACNUDH ha verificado la muerte de 1.348 civiles como resultado directo de las hostilidades en Mariupol, que incluyen a 70 niños. Estas muertes fueron resultado de ataques aéreos, bombardeos de artillería y desde tanques así como de armas de pequeño tamaño y armas ligeras usadas en combates en las calles.  El número de víctimas real de las hostilidades contra civiles es probablemente varios miles de veces más alto.

Se han encontrado cuerpos en tumbas improvisadas individuales o colectivas en patios, calles, y parques, así como en casas y apartamentos deshabitados.  Muchos cuerpos continúan sin ser enterrados.

Hasta que no se recupere e identifique a todos los cadáveres, y se establezca su condición de militares o civiles así como las causas exactas de su muerte, será imposible conocer el número exacto de muertes civiles provocadas directamente por las hostilidades, así como las causadas por falta de alimentos, agua, atención médica y otros efectos de haber vivido en medio de las hostilidades.

Las fuerzas armadas rusas empezaron a rodear Mariupol a principios de marzo, y los civiles que intentaban abandonar la ciudad lo hacían corriendo un riesgo considerable.  Para el 10 de marzo, la ciudad estaba completamente rodeada de fuerzas armadas rusas y grupos armados afiliados.  Las evacuaciones se sucedieron durante todo el mes y la población se vió obligada a huir en cualquier dirección que les fuera posible.

La destrucción y los daños causados a propiedades civiles en Mariupol, incluyendo viviendas civiles, han sido masivos y generalizados, lo que suscita gran preocupación por si ha habido cumplimiento con el derecho humanitario internacional, en especial con la prohibición de ataques indiscriminados y los requisitos de proporcionalidad.

Todos los hospitales con capacidad para recibir civiles heridos fueron dañados o destruidos, incluyendo las secciones de atención infantil del hospital nro. 3 de Mariupol.  Para finales de marzo, a los daños y destrucción se le sumó la falta de electricidad y suministros médicos, lo que supuso que los hospitales tuvieran que cesar sus actividades de forma efectiva.

A principios de marzo se cortó el suministro de electricidad, gas y agua en Mariupol, a la vez que la temperatura exterior era de frío polar.  La población pasó días y noches en sótanos y apartamentos fríos.  Las personas mayores y las personas con discapacidades fueron confinadas con frecuencia en sus apartamentos.  Muchas personas resultaron muertas por los bombardeos, mientras que otras tantas se quemaron o se asfixiaron en incendios que no pudieron ser apagados debido a la ausencia de servicios de bomberos disponibles.  Debido a la escasez de agua potable, la población tuvo que realizar desplazamientos que eran demasiado largos y peligrosos a pozos o embalses abiertos para aprovisionarse con el agua que podían encontrar.  Otros se vieron obligados a derretir nieve o a beber agua extraída de coches u otro equipamiento.

El sistema central de alcantarillado dejó de funcionar.  No solamente había escasez de alimentos, sino que además las personas tuvieron que salir de sus hogares en medio de los combates en curso y bajo bombardeos para cocinar en fuegos abiertos.

A pesar de nuestros intentos por verificar los datos, no está claro hasta qué punto las partes del conflicto cumplieron con los principios de distinción, proporcionalidad y precaución.  Los supervivientes civiles nos compartieron diferentes versiones, pero la mayoría declaró que las posiciones militares estaban a menudo situadas en la proximidad inmediata de civiles o propiedades civiles.  Los ataques sobre estas posiciones eran práctica común.  El daño causado a los civiles fue muy extenso.

Más de 2.000 soldados ucranianos han sido tomados como prisioneros de guerra en Mariupol desde comienzos de marzo.  Mi Oficina recibió acusaciones del asesinato de un soldado ucraniano fuera de combate en Mariupol, además de malos tratos inflingidos a varios otros.  En la ausencia de acceso a prisioneros de guerra en el territorio controlado por las fuerzas armadas rusas y grupos armados afiliados, mi Oficina no ha conseguido evaluar las condiciones bajo las que están detenidos ni el trato recibido. 

ACNUDH está también preocupado por los supuestos juicios a tres miembros ucranianos del servicio militar (quienes son también ciudadanos de un tercer país) quienes fueron hechos prisioneros de guerra en Mariupol.  Fueron acusados del intento de toma de poder en territorio controlado por grupos armados afiliados a Rusia en Donetsk y de dar formación para actividades terroristas y mercenarias, por lo que fueron condenados a muerte.   Recuerdo la prohibición de procesar a prisioneros de guerra por su conducta en actividades consideradas como participación legítima en hostilidades.   También me preocupa el hecho de que no se cumplieron con las garantías para un juicio imparcial, incluyendo el hecho de que no se les permitiera a los acusados presentar una defensa adecuada.   Los denominados "tribunales" en esta zona llevan tiempo sin cumplir con las normas internacionales, incluyendo el derecho general a una audiencia pública, los principios de independencia e imparcialidad y el derecho a no ser obligado a declarar contra uno mismo.  La privación del derecho de los prisioneros de guerra a un juicio imparcial y ordinario está prohibida bajo el derecho internacional y puede constituir un crímen de guerra.

Distinguido Presidente,
Excelencias,

La situación actual es de suma gravedad.  Los bombardeos han disminuido.  Pero lo que queda atrás es una ciudad destrozada y empobrecida, con los residentes que quedan teniendo que luchar a diario contra el acceso limitado a servicios básicos y a servicios sociales, como por ejemplo la atención médica.  Se ha informado de riesgos de enfermedades infecciosas, incluyendo el cólera.  Muchas personas o bien ya no tienen un lugar donde vivir o viven en apartamentos dañados, en los que a menudo no hay ventanas, electricidad, gas o agua corriente.  Numerosas personas dependen en gran medida de la ayuda humanitaria de las fuerzas armadas rusas y de grupos armados afiliados y no cuentan con los medios para subsistir. 

Los residentes no pueden abandonar y volver a la ciudad con libertad, incluyendo los que abandonaron Mariupol en abril o mayo.  También me preocupa la manera en que se desarrolló y se está desarrollando el llamado proceso de "filtración" de civiles, el cual está conllevando aparentemente selección arbitraria, intimidación y humillación, lo que puede constituir malos tratos, así como casos denunciados de separación de familias y amenazas al derecho a la vida privada.  Los riesgos relacionados de detención y malos tratos a los que están expuestos aquellos que no pasen el proceso suscitan también preocupación.

Finalmente, se debe dar prioridad inmediata a la retirada de restos explosivos de guerra de la ciudad, así como a la recuperación, identificación y entierro digno de todos los restos mortales.   La Federación de Rusia debe respetar todas sus obligaciones en virtud del derecho internacional aplicable en su papel de potencia ocupante en Mariupol.

Asimismo, para asegurar que nuestra supervisión sea independiente e imparcial, nuestros equipos de derechos humanos deben tener acceso completo y sin restricciones a Mariupol y a todas las demás zonas afectadas de Ucrania, así como acceso real a información relevante.

La tragedia de Mariupol está lejos de terminar, y aun no está claro el panorama completo de la devastación causada.  La ciudad podrá ser reconstruida en el futuro, pero los horrores inflingidos a la población civil dejarán una marca ineludible, incluso para las generaciones futuras.  Para los padres que tuvieron que enterrar a sus propios hijos, para las personas que vieron cómo sus amigos se suicidaban, para las familias que han sido separadas, y para todos aquellos que tuvieron que abandonar una ciudad que amaban con la perspectiva incierta de poder volver a verla.

La búsqueda de la justicia y asegurar reparación para todas las víctimas son pasos fundamentales a seguir para todas las autoridades con poder para llevarlo a cabo, y para actores internacionales incluyendo a mi Oficina.

Gracias.