Según avanzamos en la pandemia de la COVID-19, muchos de nosotros nos encontramos lejos de nuestras familias y amigos. Mientras esperamos a volver a reunirnos con ellos, acordémonos de que, para muchos migrantes, estar distanciados de sus seres queridos es una realidad que se prolonga durante mucho tiempo.
Desde la estigmatización y exclusión hasta la detención, los migrantes continúan padeciendo la pandemia de la COVID-19 de forma desproporcionada, incluso cuando muchos ponen en riesgo su salud y seguridad para realizar servicios vitales para nuestras comunidades.
La pandemia ha dejado al descubierto profundas desigualdades y riesgos para todo el mundo, si no se aplican respuestas integradoras.
Pero también ha demostrado que juntos podemos lograr un cambio positivo.
Muchas personas y gobiernos nos están mostrando numerosos ejemplos alentadores de solidaridad.
Apoyando a familias de migrantes indocumentados mediante sistemas de protección social; asegurándose de que todo el mundo tenga acceso a pruebas de detección de COVID y a atención médica; o extendiendo los permisos de residencia durante la pandemia.
La población exige que nuestros esfuerzos se dirijan a proteger su bienestar y sus derechos humanos.
Mi Oficina ha publicado directrices sobre cómo incluir los derechos humanos de los migrantes en estos tiempos de crisis.
Asegurémonos de que los logros que consigamos hoy se conviertan en los cimientos de nuestro nuevo mañana. Cuando hayamos superado esta pandemia, debemos volver a construir mejor.
Sociedades más justas e inclusivas, con mejores condiciones de vida y trabajo para todo el mundo.
Estamos juntos en esto. Tenemos que salir de esto juntos también.
Ofrezcamos nuestro apoyo y solidaridad a los migrantes y defendamos los derechos de todas las personas.
Bienvenidos a las Naciones Unidas 
OHCHR 
