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Declaraciones Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Conferencia intergubernamental para aprobar el Pacto mundial para la migración segura, ordenada y regular

Cambio climático y migración

09 diciembre 2018

Abordar los desastres naturales, los efectos adversos del cambio climático y el deterioro medioambiental:
Soluciones para la movilidad y la seguridad humanas

Discurso de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet

Marrakech, 9 de diciembre de 2018

Distinguidos ponentes,
Querido Filippo,
Excelencias,
Colegas y amigos:

El cambio climático es el ejemplo perfecto de un desafío que los Estados solo podrán superar mediante el multilateralismo y la acción firme, mancomunada y basada en los derechos humanos.

Este fenómeno también demuestra de manera concluyente que los derechos humanos, la seguridad y el bienestar son indivisibles: no hay muros ni riquezas capaces de aislar a un país del azote del cambio climático. Combinado con otras formas de deterioro ambiental, el cambio climático genera una amenaza sistémica sin precedentes para el planeta y para los derechos de sus habitantes. 

Si tengo un mensaje para ustedes esta noche, que sea este: todavía estamos a tiempo para tomar medidas que prevengan lo peor de esos daños, si nos comprometemos a realizar una labor más ambiciosa, orientada a la atenuación del cambio climático.

Hoy en día, ya los huracanes destruyen en pocos minutos infraestructuras construidas a lo largo de decenios. Las sequías severas, el aumento de las temperaturas, los incendios forestales, las pautas erráticas de precipitación y la repercusión negativa de los mares, cada vez más cálidos y ácidos, sobre la actividad pesquera, están destruyendo los hogares y los medios de subsistencia de muchas personas.

Esas repercusiones tienen efectos múltiples y complejos sobre las sociedades y sobre los derechos humanos de las personas. Cuando la gente carece de acceso a los alimentos, el agua, la vivienda y otras necesidades, está desprovista de sus derechos fundamentales. Probablemente las tensiones resultantes pueden llevar a la violencia y otras consecuencias negativas. Además, quienes se ven obligados a abandonar sus hogares para tratar de sobrevivir –tanto si son desplazados internos como si dejan completamente el país- se vuelven más vulnerables a los abusos de derechos humanos.  

Dicho de otro modo, existe una relación compleja, estrecha y mortífera entre el cambio climático, el desarrollo, la seguridad humana, la migración y los derechos humanos. Es esencial que todos los actores pertinentes tomen medidas ágiles y eficaces para desactivar esos procesos antes de que se aceleren aún más. 

El propósito del debate de hoy es juntar nuestras opiniones acerca de las fuerzas vinculadas al medio ambiente que obligan a las personas a abandonar sus hogares. Sobre la base de esas ideas, podremos alentar a los responsables políticos a que tomen medidas específicas para garantizar la protección de los más vulnerables y ofrecer soluciones sostenibles a quienes se han visto obligados a emigrar.

Esta noche escucharemos al distinguido Secretario de Asuntos Exteriores de Bangladesh y al Excelentísimo Embajador de Tuvalu, dos países que afrontan graves problemas generados por el cambio climático, fenómeno que ellos no causaron, pero que ahora tienen que padecer.

Es esencial que creemos condiciones que propicien la sostenibilidad de los medios de subsistencia de las personas, para ayudarles a hacer frente a las presiones y las consecuencias del clima y a recuperarse de ellas. El fomento de la confianza mediante la gestión conjunta de los recursos naturales susceptibles a los efectos climáticos también puede proporcionar el doble beneficio de una mejor adaptación al cambio climático y una mayor armonía social. 

A principios de la década de 1990, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), declaró que la repercusión más notoria del cambio climático podría recaer sobre la migración humana. 

Los expertos tenían razón: el cambio climático y otros vectores medioambientales están empujando a un número cada vez mayor de personas a abandonar sus hogares. Y esos números seguirán en aumento. 

En la actualidad, entre los grupos más afectados por el cambio climático figuran los pueblos indígenas y los que viven en la pobreza –entre ellos, un número desproporcionadamente alto de mujeres. Los Estados deben responder con medidas integradoras, participativas y diferenciadas, que beneficien a todos, en particular a los más vulnerables. También es preciso que la comunidad internacional esté presente, para apoyar esas políticas.

El Pacto Mundial compromete específicamente a los Estados a elaborar mecanismos para la reducción del riesgo de desastres y la atenuación y adaptación al cambio climático, y para abordar las necesidades de las personas cuyas vidas y derechos corren más peligro a causa de esas amenazas.

El Pacto también afirma de manera específica que los Estados deben hallar soluciones para todas las personas que se han visto obligadas a desplazarse debido al cambio climático, el deterioro medioambiental y los desastres naturales, y al mismo tiempo deben asegurar la protección de sus derechos humanos. 

Esta tarea abarca el suministro de alimentos, alojamiento y atención sanitaria adecuada a los migrantes y la salvaguarda del principio de no devolución, el derecho a solicitar asilo y la prohibición de las expulsiones colectivas, así como los derechos a la libertad, la integridad personal y la unidad de la familia. 

Esto significa que los Estados tienen la obligación legal de proporcionar soluciones basadas en los derechos humanos para los desplazados que no pueden regresar. Asimismo, los Estados también deberían ofrecer mecanismos específicos de protección que permitan la admisión y la estancia de migrantes en situaciones vulnerables, y refuercen los sistemas de protección social. 

Mi oficina puede ayudar a los Estados para que hagan frente a estos desafíos. Podemos contribuir a definir y elaborar mecanismos jurídicos basados en los derechos humanos que permitan la acogida y la residencia de los migrantes obligados a desplazarse, debido a desastres naturales, tanto los súbitos como los de más lenta evolución. Además, la Oficina puede difundir y aprovechar los ejemplos de prácticas idóneas en países del mundo entero, de conformidad con las orientaciones contenidas en los Principios y directrices sobre la protección de los derechos humanos de los migrantes en situaciones vulnerables, elaborados conjuntamente por el ACNUDH y el Grupo Mundial sobre Migración (GMG).

También podemos apoyar a los Estados en la elaboración de procedimientos apropiados de selección y entrevista para identificar a los migrantes que abandonan sus hogares debido al avance paulatino del cambio climático, gente a la que suele identificarse como “personas que buscan mejores oportunidades”. Por último, también podemos ayudar a los Estados para que fortalezcan y monitoreen aspectos específicos de sus políticas y prácticas actuales en materia de migración, a fin de mejorar su capacidad de proteger los derechos humanos de quienes emigran por motivos climáticos. 

A medida que los cambios medioambientales causados por la actividad humana reducen el área habitable de nuestro planeta, es cada vez más urgente que aprendamos a convivir, respetando los derechos de todos. Podemos volver a encaminar a este planeta que compartimos por una senda que lleve al aumento de la inclusión, la igualdad, la prosperidad sostenible, la justicia, la dignidad, la libertad, los derechos humanos y la paz duradera.

Muchas gracias.