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Declaraciones Consejo de Derechos Humanos

Discurso de la Presidenta del Consejo de Derechos Humanos S.E. Embajadora Laura Dupuy Lasserre con ocasión de la sesión organizativa del Consejo de Derechos Humanos en su séptimo ciclo

10 diciembre 2012


10 de diciembre de 2012, 15:00, Sala XX

Señora Alta Comisionada Adjunta, Kyung-wha Kang,
Excelencias,
Damas y Caballeros,

Quisiera expresarles que ha sido un honor para mi, así como para mi país el Uruguay, el haber podido servir al Consejo de Derechos Humanos como su Presidente en este último año y medio.

Un período de intensa labor, de gran activismo y con varios desafíos, a los que hemos debido hacer frente, siempre teniendo en mente el fortalecer la institucionalidad que nos hemos dado y sin perder de vista el objetivo de promover y proteger los derechos humanos de todos.

El Consejo logró abordar múltiples cuestiones temáticas, no siempre sencillas, que en un inicio generan ciertas reticencias, pero lo hizo siempre en un marco de respeto y diálogo, y partiendo muchas veces de iniciativas trans-regionales, esfuerzos que se vienen multiplicando últimamente y que muestran un interés en trabajar mancomunadamente y para alcanzar consenso, de ser posible.

Lamentablemente muchas situaciones urgentes y graves de derechos humanos han seguido dándose y profundizándose en el mundo. El Consejo las consideró –bajo las distintas modalidades-, con la intención de oir a todas las partes, incluidas aquellas voces que no tienen mucho espacio y suelen ser las víctimas, y pasar mensajes políticos importantes –no politizados- o recomendaciones técnicas o establecer mecanismos para que la situación en el terreno pueda mejorar. El Consejo deberá seguir considerando cómo abordar estas crisis o como contribuir a prevenirlas, según las circunstancias. Debemos lograr que nuestros debates y decisiones lleguen a incidir positivamente en el terreno y a aportar más protección a quienes la necesiten.

El Examen Periódico Universal constituye una herramienta importante, para acercarnos la realidad del terreno en todos los Estados Miembros de la ONU y para inducir algunos cambios positivos. El EPU ha sido ponderado por sus características, la universalidad, el tratamiento equitativo, la no selectividad, la objetividad, su naturaleza no confrontacional, y ello se tradujo en un 100% de participación en el primer ciclo, concluido en marzo de 2012, lo que a su vez generó diálogos y reflexión a nivel nacional, entre autoridades y sociedad, para repasar logros e identificar retos por delante y formas de abordarlos. Esperemos que el compromiso con el EPU se mantenga en el segundo ciclo y los Estados Miembros de la ONU puedan estar representados por autoridades de alto nivel, en señal del compromiso con el tema de los derechos humanos en sus países.

La cooperación con el sistema es una responsabilidad de todos y una tarea que cabe asimismo a la Presidencia del Consejo promover.

En todo momento, el intentar involucrar al país concernido es una aspiración, si queremos ser efectivos, pero hemos penosamente constatado que algunas veces países deciden voluntariamente aislarse y no interactuar con los mecanismos del Consejo, que no son más que una voz externa experta que nos puede guiar en nuestros esfuerzos nacionales, si tenemos esa voluntad política de ser mejores, conforme a estándares internacionales.
Quisiéramos ver una evolución, en el sentido de percibir esas opiniones objetivas críticas como algo constructivo.

Si la voluntad política está, la cooperación técnica fluirá, comenzando por el conocimiento que puede aportar la Oficina del Alto Comisionado u otros actores relevantes.

Justamente esa función de asesoramiento de la Oficina del Alto Comisionado es la que se reduce si no hay recursos disponibles, tanto para cumplir con los mandatos del Consejo, como para ofrecer apoyo puntual en temas prioritarios a los Estados que lo requieran.

Durante el término de mi Presidencia, hemos avanzado en identificar varias medidas de orden práctico y muchas sin mayores costos asociados para mejorar los servicios de secretaría al Consejo (tanto de la Oficina del Alto Comisionado, como de la Oficina de Naciones Unidas en Ginebra), así como para mejorar la accesibilidad de las personas con discapacidades a nuestros trabajos (aspecto que amerita un particular seguimiento por la próxima Mesa) y el uso de las tecnologías de la información (gracias a las cuales, en 2012, representantes de la sociedad civil local acreditada por ONGs con status consultivo ante el ECOSOC y de Instituciones Nacionales de Derechos Humanos conforme a los principios de París lograron participar por videomensaje y acercarnos así la voz del terreno).

La participación sustantiva y segura de la sociedad civil en nuestros trabajos resulta de fundamental importancia. Si bien los procesos de negociación y definición en el Consejo son de naturaleza inter-gubernamental, los insumos de otros actores no hacen más que enriquecer nuestra reflexión y pueden muchas veces aportar por su experiencia práctica especializada en varios temas información relevante para nuestras decisiones.

Al prepararse Resoluciones, la mayor parte de las delegaciones que tienen la iniciativa –sino todas- consultan desde un inicio también a ONGs, y es que en definitiva también nos ayudarán a realizar el seguimiento de dichas resoluciones, a pasar el mensaje para su implementación práctica.

Respecto a casos de intimidaciones y aún de represalias de aquellos que han participado o cooperado con las N.U., o sus familiares, el Consejo ya se expidió claramente en la Resolución 16/21 -resultado del proceso de revisión- condenándolas y haciendo un llamado a las autoridades a prevenirlas o en su caso a sancionarlas para que no queden impunes y para que la sociedad pueda efectivamente gozar del derecho a la libertad de expresión, entre otros derechos, sin miedos.

Entre los temas que hemos empezado a ver en 2012 está el de favorecer la integración de los derechos humanos en el sistema de las Naciones Unidas y más allá, involucrando a múltiples actores, entre los cuales también los mecanismos regionales de promoción y protección de los derechos humanos, con los cuales es fundamental generar sinergias. En el primer panel de alto nivel de 2012 abordamos los derechos humanos y el desarrollo y la cooperación, y entre los mensajes que surgieron de las presentaciones y nuestros debates quedó claro, por ejemplo, cómo el garantizar los derechos de las mujeres ayudará a millones de personas a salir de la pobreza.

El 1º de marzo de 2013 celebraremos el segundo panel, con la presencia del Secretario General, para aportar insumos desde la perspectiva de los derechos humanos al proceso de negociación de los objetivos de desarrollo post-2015 de las N.U., de manera de alcanzar un desarrollo verdaderamente sostenible.

Esta Presidencia y la Mesa que me acompañó en este sexto ciclo trabajó en todo momento para cumplir con su rol de facilitación de nuestros trabajos y por ello identificó potenciales problemas y posibles soluciones, previo al tratamiento en la plenaria del Consejo, de manera de aportar más transparencia (pues las minutas permiten a todas las delegaciones y no sólo a los miembros del Consejo estar enterados y eventualmente dejar conocer su opinión) y evacuar dudas para llegar a soluciones de consenso –preferentemente, aunque no siempre es posible- y en todo caso para evitar largos debates procedimentales que pueden tener lugar informalmente y así evitar roces o divisiones innecesarias y dejar más tiempo para los temas sustantivos del Consejo.

El objetivo es tender puentes y encontrar puntos de encuentro, para hacer avanzar la causa de los derechos humanos.

Como primera mujer Presidente del Consejo de Derechos Humanos, no puedo dejar de abogar por reforzar nuestro empeño para superar la discriminación contra la mujer, en la legislación y en la práctica, y acabar con el flagelo de la violencia doméstica.

Quisiera concluir con algunos agradecimientos.

Antes que nada mi mayor gratitud hacia los miembros de la Mesa, Vicepresidentes de este Consejo, Embajadora Gulnara Iskakova, de Kirguistán, Embajador Christian Strohal, de Austria, Embajador Anatole Nkou, de Camerún, y Embajador Andras Dekany, de Hungría, por su apoyo constante y sus opiniones. Sé que este ha sido un período largo y por demás cargado de actividades, en que me han ayudado a presidir varias reuniones.

Quisiera agradecer asimismo a la Sra. Alta Comisionada y toda su Oficina, pero particularmente la secretaría del Consejo de Derechos Humanos, liderada por Eric Tistounet, por su denodado y dedicado trabajo diario para facilitar los trabajos del Consejo y compromiso con los derechos humanos.

Por supuesto nuestro trabajo tampoco sería posible sin el apoyo que nos brindan los servicios de conferencias de la ONUG, cuyo personal, sea los intérpretes, traductores, editores o personal de sala y de seguridad han debido extender a veces su tiempo de trabajo para concluir un debate o tener un documento a tiempo y ello aún en el marco de recursos financieros limitados.

No podría haber cumplido con todas las responsabilidades que corresponden a la Presidencia del Consejo sin el apoyo de la Oficina de la Presidencia, que ha asistido con la mayor dedicación y compromiso también la labor de la Mesa y ha facilitado un sinnúmero de reuniones con diversos actores, así como consultas informales sobre temas diversos. Deseo agradecer públicamente el trabajo bien hecho de mis colaboradores de este último año y medio: las Sras. Anh Thu Duong, Alicia Pons, Esther Mena y Luis Medina, esperando que la oficina continúe su institucionalización para seguir cumpliendo con eficacia su rol.

Finalmente quisiera agradecer al GRULAC y a todos uds., Excelencias, distinguidos Delegados, Organismos internacionales, Instituciones Nacionales de Derechos Humanos y representantes de ONGs, por la confianza depositada en mí para llevar a cabo esta tarea de dirección y representación del Consejo de Derechos Humanos. Ha sido un placer trabajar con uds. y mantener siempre un diálogo franco y abierto para ayudar a encontrar soluciones para que el Consejo abordara con fluidez y tino las más variadas situaciones, de la mano de la OACNUDH.

El Consejo desde su establecimiento ha venido contribuyendo a construir sociedades que valoren y respeten los derechos humanos y libertades fundamentales. Mucho queda por hacer en todo el mundo en materia de promoción y protección de los mismos y de hecho es una tarea constante.

Confío en que mi sucesor y la Mesa que le acompañará en 2013 contribuirán a seguir mejorando en el día a día, para avanzar la causa de los derechos humanos en nuestros respectivos países y globalmente.

Muchísimas gracias.

 

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