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Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Türk pide rendición de cuentas por los daños a los derechos humanos causados por las empresas

23 octubre 2023

Pronunciado por

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

En

Noveno periodo de sesiones del Grupo de trabajo intergubernamental de composición abierta sobre las empresas transnacionales y otras empresas con respecto a los derechos humanos

Lugar

Ginebra

Estimados colegas,

Me complace inaugurar el noveno periodo de sesiones del Grupo de trabajo intergubernamental de composición abierta sobre las empresas transnacionales y otras empresas con respecto a los derechos humanos.

Durante la pandemia de COVID-19, la complejidad de las cadenas de valor mundiales se hizo evidente para muchos consumidores del mundo entero.

A menudo, los bienes y servicios proceden de múltiples países con prácticas jurídicas, normativas y de derechos humanos de muy distinta índole.

Esta interconexión puede contribuir al crecimiento económico y el desarrollo social.

Pero las cadenas de valor difusas y dispersas también pueden generar peligros para los derechos humanos: trabajo forzoso o infantil, condiciones laborales inseguras, sueldos bajos, falta de acceso a beneficios tales como la atención sanitaria, la discriminación y el acoso, las violaciones de los derechos de los trabajadores a la libertad de asociación o de negociación colectiva, y los ataques a los defensores de derechos humanos y los pueblos indígenas.

Los Estados y las empresas han realizado esfuerzos significativos para prevenir y atenuar estos daños, especialmente desde que en 2011 el Consejo de Derechos Humanos apoyara los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos.

Pero es evidente que necesitamos más.

El mandato otorgado a este grupo de trabajo trata de responder a esta necesidad.

Vuestra labor, orientada a elaborar un instrumento internacional legalmente vinculante que regule las actividades de las empresas transnacionales y otras corporaciones en el marco del derecho internacional de los derechos humanos, constituye una iniciativa importante.

Esta medida está estrechamente vinculada a iniciativas para fortalecer el respeto de los derechos humanos por parte de las empresas y, de manera más general, para garantizar la aplicación de las sanciones y los remedios adecuados cuando se produzcan vulneraciones de derechos humanos.

En este sentido, ejercer la debida diligencia en materia de derechos humanos es una responsabilidad fundamental para las empresas y, al mismo tiempo, uno de los elementos más importantes de los Principios Rectores de las Naciones Unidas.

La diligencia debida en materia de derechos humanos es una manera en que las empresas pueden gestionar de forma preventiva las repercusiones actuales y futuras en las que podrían estar involucradas.

Por lo tanto, las regulaciones que establecen esa debida diligencia en la materia pueden inducir un cambio fundamental en la situación, al servir de catalizadoras a la transformación de los modelos empresariales y, al mismo tiempo, beneficiar igualmente a los trabajadores y las comunidades.

A las empresas les preocupa -y con razón- el exceso de iniciativas regulatorias que rivalizan entre sí. Por eso es esencial garantizar que los esfuerzos regulatorios nacionales y regionales se ajusten a la normativa internacional vigente.

Los esfuerzos que este grupo de trabajo lleva a cabo para elaborar un instrumento internacional bien estructurado y que cuente con amplio apoyo, encierran el potencial necesario para proteger a las personas y las comunidades que resulten afectadas por actividades empresariales, hacer que las compañías rindan cuentas de sus actos y proporcionar acceso a remedios eficaces para los damnificados, en caso de perjuicios.

Nos complace saber que los elementos del anteproyecto actualizado que ustedes van a examinar en este periodo de sesiones se ajustan a los Principios Rectores de las Naciones Unidas.

Un instrumento que esté totalmente alineado con los Principios Rectores creará condiciones más igualitarias, al garantizar que las empresas que operan en todas las regiones se adhieren a las mismas normas internacionales, contribuyen al desarrollo sostenible, empoderan a las comunidades, fomentan el crecimiento económico y contribuyen a crear una sociedad mundial más inclusiva.

Este periodo de sesiones se desarrolla en un momento crucial. La iniciativa Derechos Humanos 75, que mi Oficina coordina y que marca el 75º aniversario de la aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos, es una oportunidad importante para revitalizar nuestro compromiso con los derechos humanos y velar por que esos derechos facilten soluciones a los mayores desafíos de nuestra época. 

Entre estas soluciones figuran la necesidad de que las empresas actúen de manera más conciente, responsable y transparente, como parte de las economías basadas en los derechos humanos que fomenten el desarrollo y defiendan los derechos de todos, en el mundo entero.

A medida que nos acercamos al evento de alto nivel de Derechos Humanos 75, que tendrá lugar el próximo mes de diciembre, les exhorto a que examinen la posibilidad de formular compromisos específicos e innovadores en materia de derechos humanos, entre otros el de promover un comportamiento empresarial responsable.

Estimados colegas:

Espero que en los próximos días puedan avanzar en las negociaciones conducentes a nuestro objetivo común de fomentar la responsabilidad y el acceso a remedios eficaces para quienes han sido perjudicados por actividades empresariales.

Gracias.

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