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Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

La incorporación de los derechos humanos a la gobernanza facilita la aplicación de medidas políticas más eficaces, señala Türk a los parlamentarios

“La acción parlamentaria en pro de la paz, la justicia y las instituciones sólidas (ODS 16)”

24 octubre 2023

Pronunciado por

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

En

147ª Asamblea de la Unión Interparlamentaria Luanda, Angola

Honorables miembros del Parlamento,
Estimados colegas,
Señoras y señores,

Me complace dirigirme a ustedes en el inicio de este Debate General sobre el tema de la acción parlamentaria en pro de la paz, la justicia y las instituciones sólidas.

La atención especial que prestan al ODS 16 es muy oportuna. En un informe elaborado recientemente por mi Oficina, conjuntamente con el PNUD y otros asociados, se revela que desde 2015 casi no se ha adelantado nada en la consecución del ODS 16. Creo que la falta de progreso en este sentido es una de las principales razones por las que se ha retrasado la consecución de la Agenda 2030 en su conjunto.

La integración de los derechos humanos en las normas de gobernanza es fundamental para lograr leyes y políticas más eficaces, y también para hacer realidad un desarrollo integrador, participativo y sostenible. La Declaración Universal de Derechos Humanos, cuyo 75º aniversario celebramos este año, nos proporciona una hoja de ruta importante en esta tarea.

Los derechos humanos son el hilo transversal que conecta la gobernanza, a través de compartimientos estancos y de todos los sectores, y que abarca todo el espectro de la gobernanza nacional, que aclara las prioridades y ayuda a fomentar la estabilidad económica y social, la inclusión, la confianza y la justicia. Asimismo, esos derechos constituyen el método de prevención más transversal de los que disponemos. 

Todos los Estados tienen interés en promover un núcleo básico de derechos humanos en el eje de sus políticas y su gobernanza, con miras a alcanzar el ODS 16. Y este interés se acrecienta ante los trastornos que el mundo afronta actualmente.

En esta tarea, los parlamentos deben desempeñar una función crucial. Ustedes son esenciales para preservar el Estado de Derecho, salvaguardar la independencia institucional, prevenir conflictos, y realizar labores de mediación, reconciliación y consolidación de la paz, mediante el diálogo constructivo.

Asimismo, su labor es fundamental en materia de normativa y en cuanto a exigir responsabilidades a los gobiernos por la repercusión de sus políticas, prácticas y leyes relativas a los derechos humanos. Nuestra experiencia nos ha enseñado que las comisiones parlamentarias sobre derechos humanos son especialmente eficaces.

Mi Oficina aprecia particularmente el trabajo y los vínculos directos entre los parlamentos, las organizaciones de base de la sociedad civil y las instituciones nacionales de derechos humanos. Estos nexos refuerzan la confianza entre los pueblos, las instituciones y los responsables políticos que les sirven. Y además garantizan que las preocupaciones y las novedades relativas a los derechos humanos se tienen en cuenta en el ejercicio de las funciones de legislación y supervisión.

De manera más formal, los parlamentos son esenciales para transformar las recomendaciones formuladas por los mecanismos regionales e internacionales de derechos humanos en prácticas de ámbito nacional, especialmente mediante sus funciones legislativas, presupuestarias y de control.

Les exhorto a que refuercen su participación en las tareas del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, el Examen Periódico Universal y los órganos de tratados -como parte de las delegaciones estatales- y a que faciliten la aplicación de las recomendaciones adoptadas para sus países respectivos.

Estimados colegas:

Uno de los objetivos fundamentales de la iniciativa Derechos Humanos 75, que mi Oficina coordina en este aniversario, consiste en recopilar las promesas y los compromisos concretos en torno a la promoción de los derechos humanos, formulados por los Estados, pero también por otros interesados, entre ellos los parlamentarios.

La mesa redonda celebrada por la UIP y mi Oficina en junio pasado se centró en la función de los parlamentos en la promoción del derecho de las mujeres a la participación política, el empleo decente y la educación, y en esa ocasión los participantes contrajeron compromisos muy importantes. Esas fueron las primeras promesas formuladas en el contexto de la iniciativa Derechos Humanos 75 a la que antes me refería.

Hoy les insto a respaldar estos importantes compromisos, a medida que nos aproximamos al evento de alto nivel de Derechos Humanos 75, que tendrá lugar en diciembre, y les invito a examinar la posibilidad de contraer nuevos compromisos de acción en sus parlamentos. Sus voces son muy necesarias.

Les agradezco la atención prestada y les deseo debates muy fructíferos.

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