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Declaraciones y discursos Procedimientos Especiales

Haití: William O'Neill, Experto sobre la situación de los derechos humanos en Haití, concluye su visita oficial

31 octubre 2023

William O'Neill, experto designado, visita la Prisión de detención de menores 1 de Fort Liberté, durante una misión oficial a Haití, finales de octubre de 2023. Ⓒ BINUH OHCHR

Puerto Príncipe (31 de octubre de 2023) Mesye dam bonjou (Saludos a todo el mundo). Permítanme que comience mi discurso agradeciendo a las autoridades su apoyo a mi mandato, a BINUH por la bienvenida y apoyo que me han ofrecido, así como a las organizaciones de la sociedad civil y las víctimas que he podido conocer.

Acabo de concluir mi segunda visita oficial a Haití. Sigo estando consternado por esta situación tan preocupante, la cual se está extendiendo con velocidad a otros departamentos, de forma notable a Artibonite y a Nord-Ouest. Asesinatos, lesiones y secuestros son el día a día de la población. La violencia sexual contra mujeres y niñas sigue siendo endémica, y no se ha conseguido ningún avance en lo que se refiere a acceso a servicios y justicia para los y las supervivientes desde mi última visita.

Estoy especialmente preocupado por las repercusiones de la inseguridad y la violencia sobre los niños y niñas. Los testimonios recibidos son sobrecogedores. Una generación entera está siendo aparentemente sacrificada por la violencia, y el futuro de un país entero está bajo amenaza por la situación dramática a la que se enfrentan sus jóvenes. Insto a las autoridades a ocuparse de forma prioritaria de la situación de los niños y niñas.

Muchos de ellos y ellas han sufrido, y continúan sufriendo, actos de violencia grave y vulneraciones de sus derechos. Son víctimas también de la catastrófica situación humanitaria que se vive, con numerosas dificultades para el acceso a atención sanitaria, agua, alimentos y educación. Este es el caso concreto de los barrios más pobres bajo el control de las bandas y a los cuales el Estado ha dejado abandonados. He recibido numerosos informes que señalan que muchos niños y niñas sufren emaciación, una de las formas más letales de malnutrición. Más de 500.000 jóvenes carecen de acceso a educación. Muchos de los niños de estas barriadas son reclutados por las bandas, debido a la falta de oportunidades, o por miedo a las represalias.

El sistema penal de Haití sigue siendo disfuncional y sigue estando insuficientemente equipado para proteger a los niños vulnerables o para juzgar a menores que infringen la ley. El Tribunal de Menores sigue estando paralizado. Tuve ocasión de visitar Cermicol, la prisión de menores de Puerto Príncipe, la cual encontré con unos niveles alarmantes de hacinamiento, con una tasa de ocupación superior al 350%, así como con unas condiciones antihigiénicas y con falta de acceso a agua potable, lo que deja a los niños y niñas más vulnerables a contraer enfermedades. El 99% de los menores que están detenidos en prisión no han sido aún condenados, y la mayor parte de ellos se encuentran en situación de prisión provisional prolongada. Llevan años encarcelados por haber robado un pollo, zapatos o un teléfono, sin que hayan visto a un juez ni una sola vez. No obstante, fue alentador comprobar que se ha creado una comisión intergubernamental para reducir el hacinamiento en las prisiones. Necesitamos ver resultados de forma urgente.

También me preocupa la situación de las personas desplazadas internas. Hay al menos 200.000 personas desplazadas en Haití. Muchas de ellas viven en situaciones inhumanas, sin acceso a servicios básicos y malviviendo en campamentos provisionales. He recibido relatos estremecedores de niños y personas mayores donde explican que duermen en el suelo, al lado de montones de basura y sin acceso a agua potable. También he escuchado que mujeres y niñas son violadas repetidamente, sin tener acceso a atención sanitaria. Es obligatorio que el Estado asuma sus responsabilidades, no solo para evitar violaciones y abusos de derechos humanos, sino también para proteger a su población, en especial a los más vulnerables.

He podido notar un deseo latente entre la población de Haití por la llegada de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS). El despliegue inminente de esta misión, bajo condiciones estrictas de respeto y protección por los derechos humanos, es necesaria para aliviar el sufrimiento de la población. No obstante, es fundamental que esta misión prevenga y evalúe las dificultades actuales si pretende tener éxito en su objetivo a largo plazo. El éxito de muchas de estas medidas dependerá en gran parte de que la población recupere la confianza en sus instituciones.

Es necesario afianzar estas instituciones, de forma especial a través de sistemas de control público fiables y transparentes, con el fin de atajar la corrupción y la impunidad. De forma concreta, la Policía Nacional de Haití (PNH) debe acelerar la investigación de antecedentes de sus agentes, y el sistema penal debe completar la certificación de sus magistrados. Se deben poner en práctica códigos éticos. Reitero mi apoyo al trabajo realizado por la Unité de Lutte contre la Corruption (ULCC) para combatir el flagelo de la corrupción.

El régimen internacional de sanciones ha enviado una señal contundente para que se eliminen los entramados de corrupción que asolan el país. Este régimen debe venir acompañado también de procesamientos a nivel nacional que pongan fin a la impunidad. Reitero mi llamamiento a la comunidad internacional para que acabe con el tráfico ilegal de armas y municiones que circula en Haití y que continúa cobrándose muchas víctimas todos los días.

Uno de los retos mayores supone el hecho de que muchos de los miembros de las bandas sean niños. Será necesario en el futuro poner en práctica programas de rehabilitación y reinserción para la amplia mayoría de ellos. Según muchos de los actores que fueron entrevistados, es esencial que el Estado desempeñe una función central para reconstruir el modelo social y económico que permita a las personas más vulnerables encontrar oportunidades a nivel local y de ese modo evitar la salida masiva de la población en búsqueda de unas perspectivas mejores.

Finalmente, visité el canal en construcción en el Río Masacre en Ouanaminthe, así como la frontera con la República Dominicana. Sigo escuchando informes de las desastrosas consecuencias que tiene el cierre de la frontera para el acceso a atención sanitaria, agua y alimentos. Reitero mi llamamiento al diálogo y al paso de ayuda humanitaria para proteger a las poblaciones vulnerables del impacto humanitario dramático que tiene esta medida. También me gustaría rendir homenaje a la labor que realiza la policía en Ouanaminthe y en Fort Liberté, donde han conseguido dominar con éxito la situación de violencia en el departamento, gracias a la policía comunitaria y a la policía de proximidad. Desde que comenzara el año, 32 agentes de policía han sido asesinados.

Es prioritario asegurar la seguridad y protección de la población. Superar las deficiencias institucionales y afianzar el estado de derecho siguen siendo condiciones previas fundamentales para conseguir cambios a largo plazo. No podemos repetir los errores del pasado.

Mysion mwen an fini men travay la ap kontinye. Mèsi anpil (Mi misión termina aquí pero el trabajo continúa. Les doy las gracias de todo corazón.

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