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Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Türk insta a los Estados Miembros a invertir en protección social y desarrollo sostenible

Derecho a la seguridad social, derecho al desarrollo y desarrollo sostenible

25 septiembre 2023

Pronunciado por

Volker Türk , Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

En

Debate temático de septiembre en el marco de la iniciativa Derechos Humanos 75

Excelencias,
Colegas y amigos,

A menudo oímos decir que la aplicación de medidas de protección social o la defensa del derecho de los pueblos al desarrollo entrañan costos muy elevados.

Pero esos gastos no son costes, sino inversiones.

Son medidas que fomentan la capacidad de las personas y las sociedades para resistir los trastornos, como hemos visto en el contexto de la pandemia de COVID-19; incrementar los beneficios del cambio económico y tecnológico, y allanar la vía hacia un desarrollo integrador y sostenible.

Pocas veces hemos visto en la época moderna una prueba tan fehaciente del valor de estos y otros derechos humanos como lo vimos durante la pandemia de COVID-19.

Comprobamos que allí donde la población disponía de medidas de protección social ágiles y sustanciales -entre otras, en forma de subsidios monetarios-, las personas pudieron resistir la pandemia con más eficacia.

Comprobamos que las instituciones que empoderaron a las personas para que participaran en la toma de decisiones lograron conservar mejor la confianza de la población.

Derechos humanos y salud pública. Derechos humanos y resiliencia económica. Derechos humanos, justicia social y sociedades más armoniosas e inclusivas. Estos elementos operan concertadamente.

El derecho a la seguridad social significa que las personas deben ser capaces de hallar apoyo cuando están enfermas, lesionadas, embarazadas, desempleadas, jubiladas o cuando tienen alguna discapacidad, en dos palabras, cuando necesitan ayuda.

El derecho al desarrollo significa que los ciudadanos deben ser empoderados para que participen, contribuyan y disfruten de una cuota justa en los beneficios del desarrollo.

En la actualidad, con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible urgentemente necesitada de auxilio, estos derechos que la sustentan son fundamentales.

La semana pasada, el Secretario General señalaba que los Objetivos de Desarrollo Sostenible “constituyen el camino más certero para cumplir con nuestras obligaciones en el contexto de la Declaración Universal de Derechos Humanos”.

La idea inversa también es verdadera: los derechos humanos proporcionan el camino más seguro para avanzar en la consecución de los ODS.

Cada uno de los ODS está fundamentado en derechos humanos. Y cada uno de ellos puede hacerse realidad mediante el avance de toda la gama de derechos humanos en su conjunto.

Para acelerar las medidas orientadas a reducir el hambre y la pobreza extremas, poner fin a la discriminación y proporcionar agua potable, escuelas de calidad y atención médica asequible, debemos centrarnos especialmente en la protección de los derechos de las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Y debemos empoderar a todas las personas para que participen de manera significativa en la toma de decisiones.

El subdesarrollo no es inevitable. Tampoco lo son los fenómenos meteorológicos extremos que padecemos debido al cambio climático. Tal como ocurre con tantos otros retos que nuestro mundo afronta actualmente, esos desastres no son naturales. Son creaciones humanas, que generamos cuando nos negamos a promover nuestros derechos humanos y la gobernanza necesaria para hacerlos realidad.

Y podemos remediarlos, si procedemos en defensa de esos derechos humanos.

Excelencias,

Cuando la sociedad proporciona servicios esenciales -tales como la atención sanitaria asequible y accesible, o el apoyo a las personas con discapacidad para que puedan vivir de manera independiente- todo el mundo se beneficia de esas medidas.

En todos los lugares donde se han implantado esquemas de protección social, -incluso en varios países en desarrollo- estos sistemas han demostrado la poderosa repercusión que pueden ejercer para reducir la pobreza y la marginación, reforzar la economía y defender la dignidad. En nuestro  sitio web , hemos publicado varios relatos que ilustran claramente los efectos de esa política.

Pero, a escala mundial, solo el 28% de las personas que tienen gran necesidad de apoyo reciben beneficios por discapacidad. Y apenas el 22% de los desempleados reciben subsidios de desempleo que los ayuden a cubrir gastos.

Insto a todos los Estados a que sitúen la inversión en los derechos de la población en el centro de sus decisiones políticas. Los sistemas de protección social de amplio espectro, entre ellos los sistemas de atención médica universal, son fundamentales.

Asimismo, necesitamos políticas de desarrollo que hagan hincapié en el derecho de la ciudadanía a beneficiarse de manera equitativa de los frutos del desarrollo y en su derecho a participar en la adopción de decisiones.

Debemos establecer un orden internacional en el que todos los derechos y todas las libertades puedan hacerse realidad, con una estructura reformada de las instituciones financieras y de desarrollo del mundo; apoyo para los países más endeudados; y una participación más decisiva de los países en desarrollo en las instituciones multilaterales.

Hace ahora 75 años, los Estados del mundo decidieron adoptar una ética de acción colectiva, basada en principios -apoyo a la justicia y aprovechamiento de los considerables beneficios económicos, políticos y sociales derivados del ejercicio de los derechos humanos-.

Ha llegado el momento de volver a esos compromisos centrales consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Gracias.

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