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Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Alto Comisionado se dirige al Foro para la Democracia de Gwangju

17 mayo 2023

Pronunciado por

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Desde

Foro para la Democracia de Gwangju 2023

Presidente de la May 18 Foundation, Won Sunseok,
Excelencias,
Defensores y defensoras de derechos humanos de todo el planeta,
Colegas, amigos y amigas,

Saludos cordiales a todos y todas. Es un placer poder dirigirme a ustedes.

Me gustaría empezar dando mi reconocimiento al trabajo que desempeñan los defensores y defensoras de derechos humanos presentes aquí hoy. Me conmueve vuestra valentía, y vuestra determinación y fuerza de voluntad me sirven de inspiración.

La defensa de los derechos humanos, en especial ante la injusticia, la discriminación y la opresión, es una tarea hercúlea.

Es vital para el progreso de nuestras sociedades.

Como ya saben, este año celebramos el 75º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Tenemos ahora la oportunidad de revitalizar su espíritu y sus esperanzas de solidaridad, igualdad, justicia y respeto.

De usar el lenguaje común de los derechos humanos para hacer frente con mayor fuerza a los desafíos más apremiantes que tiene la humanidad, y para hacer realidad las promesas que la Declaración Universal incluía para conseguir un futuro mejor.

La Declaración sobre los Defensores de Derechos Humanos celebra también su 25º aniversario.

Vuestra labor para traducir los derechos humanos en cambios tangibles para la vida de las personas forma una parte fundamental de ambos aniversarios.

Sois vosotros y vosotras los que hacéis que las personas sepan lo que en la práctica significan los derechos humanos. Sois vosotros y vosotras los que aseguráis que todos los artículos de la Declaración Universal tienen un significado específico que cobra importancia para las personas que han de enfrentarse a la injusticia y la discriminación. Sois vosotros y vosotras los que exigís responsabilidades a los poderosos.

Cada persona que se beneficia de vuestro esfuerzo, cada infractor que es llevado ante la justicia, supone una victoria para vuestro trabajo y, lo que es más importante, una victoria para la dignidad humana.

Como ya sabéis, el contexto donde vosotros y vosotras lleváis a cabo vuestro trabajo está repleto de obstáculos.

Por todo el mundo, estamos viendo tendencias preocupantes que quieren reducir el espacio cívico.

Donde los defensores y defensoras de derechos humanos, la sociedad civil y los periodistas, en especial las mujeres periodistas, han de enfrentarse a vigilancia, amenazas, detención arbitraria y ataques físicos que van todos en aumento.

Y el resultado de todo ello se suele traducir en una censura autoimpuesta debido al miedo a la violencia, las represalias y la intimidación.

Este mes, como parte de nuestra iniciativa para celebrar el 75º aniversario de la Declaración Universal, y para hacer uso de ella con el fin de lograr avances concretos, mi Oficina está poniendo el foco de atención en el espacio cívico.

El espacio cívico que todos anhelamos es un espacio seguro, libre y abierto. He hecho un llamamiento a los Estados para que protejan los derechos y el trabajo de los defensores y defensoras de derechos humanos, la sociedad civil y los periodistas, y para que se aseguren de que se escuchen las opiniones de todo el mundo, en todos los lugares, y que estas opiniones sean tenidas en cuenta en la gobernanza y en la construcción de instituciones.

Colegas,

Este Foro es un símbolo del espíritu de los derechos humanos.

Y el propio Gwangju es un símbolo del poder del activismo de base.

Fue aquí donde el Movimiento por la Independencia de los Estudiantes de Gwangju de 1929 ayudó a impulsar una firme resistencia en todo el país contra el imperialismo.

Aquí, en 1980, los ciudadanos y ciudadanas se alzaron contra un régimen autoritario, exigiendo sus derechos fundamentales y poder de decisión sobre su futuro.

Yo honro la memoria de los cientos de personas que perdieron sus vidas en estas luchas.

Su legado es la libertad.

Durante los últimos años, los ciudadanos y ciudadanas de Gwangju han defendido el papel de las ciudades de derechos humanos como grandes protectoras de los derechos humanos.

Y por toda Asia, movimientos en pro de los derechos humanos han transformado a los países y han alertado al mundo ante la injusticia, inspirando movimientos de transición hacia la democracia, aquí en la República de Corea, Filipinas, Indonesia, y Nepal, por mencionar solo unos casos.

En años más recientes, hemos contemplado formas más sorprendentes e imaginativas de llevar a cabo protestas pacíficas por parte de jóvenes de toda la región, que demandaban sus derechos, a menudo a riesgo de sufrir represalias severas. Permítanme que rinda un homenaje especial y que exprese mi solidaridad con los y las jóvenes activistas valerosos de Myanmar y con las defensoras de derechos humanos en Afganistán.

Por supuesto, tenemos aun retos por delante. Principalmente, la ausencia de mecanismos eficaces de derechos humanos a nivel regional, a diferencia de todos los demás continentes, lo que resulta en una rendición de cuentas disminuida e incluso en la impunidad.

Colegas,

Distingo tres áreas donde son necesarias medidas transformadoras con una mayor coordinación para salvaguardar y ampliar el espacio cívico, en Asia y en todo el mundo.

En primer lugar, hemos de movilizar a personas para que trabajen para promocionar y proteger los derechos humanos, renovando el espíritu que condujo a la Declaración Universal y a la Declaración de Defensores de Derechos Humanos.

Mi Oficina intensificará sus esfuerzos para contar con aliados en materia de derechos humanos y para celebrar y dar a conocer la labor que realizan los y las defensoras de derechos humanos.

En segundo lugar, necesitamos de un aumento a gran escala de las iniciativas dirigidas a proteger a los defensores y defensoras de derechos humanos que están en peligro.

Numerosas redes de protección y organizaciones de la sociedad civil ya están llevando a cabo un trabajo notable para reducir el riesgo que corren los defensores.

No obstante, ellas no pueden hacer esta labor solas.

Necesitamos de forma urgente de mayores innovaciones en nuestras estrategias de protección y prevención. Contamos con muchos nuevos instrumentos a nuestra disposición: datos con un mejor desglose y una tecnología más desarrollada para identificar a personas en peligro.

Es imperativo que aprovechemos estas herramientas de forma continua para que de ese modo los defensores y defensoras puedan llevar a cabo su labor esencial, libres de temor.

Y en tercer lugar, necesitamos llamamientos más contundentes, y por parte de todos, para contar con un espacio cívico seguro y abierto, tanto en línea como fuera de línea.

Un espacio cívico seguro y abierto que sea inclusivo y que fomente la diversidad, y que incorpore además un enfoque sensible con la cuestión de la edad y el género.

El espacio cívico es la prueba de fuego para los gobiernos en este año de aniversario.

Al reforzar el espacio para el debate, al aumentar el acceso a información, al poner en práctica mecanismos de rendición de cuentas y a través de un reconocimiento verdadero del papel que desempeñan los actores de la sociedad civil, de forma especial las defensoras de derechos humanos y los periodistas, los gobiernos serán capaces de superar esta prueba. El poder judicial puede desempeñar también una función importante en la defensa del espacio cívico, por lo que yo animo a los jueces a que revisen casos y la legislación en función de las obligaciones en materia de derechos humanos que han asumido los Estados.

Colegas,

Los defensores y defensoras de derechos humanos forman una parte esencial de la Iniciativa Derechos Humanos 75, así como del espíritu de solidaridad y unidad que confiamos en revitalizar.

Mi Oficina y yo mismo haremos todo lo que esté en nuestras manos para apoyaros y acompañaros en vuestro viaje destinado a conseguir cambios.

Gracias por vuestra incansable e inestimable labor.