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Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Los defensores y defensoras de derechos humanos son el oxígeno del ecosistema de los derechos humanos

23 octubre 2024

Pronunciado por

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

En

Front Line Defenders: Plataforma de Dublín para los defensores de derechos humanos

Distinguidos y distinguidas participantes. Queridos amigos y amigas,

Agradezco la oportunidad de dirigirme a ustedes y doy las gracias a Front Line Defenders por congregar a este grupo increíble de personas en Dublín.

Los defensores y defensoras de derechos humanos, en todas sus facetas, desde resistir ante los desalojos forzosos, hasta luchar contra la corrupción, presionar para el acceso a la salud, o supervisar las campañas electorales, suelen actuar a menudo con gran riesgo para su integridad física, de forma que las personas puedan disfrutar de la igualdad de derechos, puedan ser libres y vivir con dignidad.

En primer lugar, gracias por la labor que ustedes realizan.

Esa labor es incluso más esencial en este momento crítico y peligroso para las personas y los derechos humanos.

La fuerza y la violencia prevalecen hoy en día sobre la razón y la compasión en todo el mundo. Me duele ver esa tendencia peligrosa que tiene el potencial de ir a peor en varios frentes.

Y en todo el mundo, los gobiernos y otras instancias suelen emplear la fuerza para atacar a los defensores y defensoras de derechos humanos.

Conforme con datos recopilados por mi Oficina, el año pasado, 320 defensores y defensoras de derechos humanos, periodistas y sindicalistas fueron asesinados en 40 países distintos.  El secuestro, las detenciones, el acoso judicial y los ataques en línea son otras amenazas importantes.

A la vez que existe un aumento de las tendencias autocráticas, se criminaliza la crítica y se intenta sofocar el espacio cívico en algunos países, en razón de supuestas amenazas, definidas de manera vaga, para la seguridad nacional.

Las protestas legítimas se frenan con la fuerza, y se cierran los espacios para el debate y la participación de la población en las tomas de decisiones.

Y hay muchos más intentos sutiles de atacar, acosar e intimidar a los defensores y defensoras de derechos humanos, ustedes los conocen mejor que yo.

Me preocupa especialmente el fenómeno creciente de la represión transnacional que ha evolucionado con las tecnologías digitales.

A las formas antiguas y crudas, amenazas anónimas a distancia y secuestros, ahora se añaden la vigilancia en línea y el seguimiento de personas a través de las fronteras, además de los ataques digitales. Estos hechos hacen que los defensores y defensoras de derechos humanos sientan que, vayan donde vayan, ningún lugar es seguro.

Amigos y amigas,

El viento sopla en contra más fuerte que nunca.

Pero debemos mantener el rumbo.

Tenemos que garantizar la seguridad de los defensores y defensoras de derechos humanos en todo momento y lugar en que ustedes defiendan los derechos humanos. Y que dispongan de entornos inclusivos para alzar la voz y participar en las decisiones.

Protegerles a ustedes —y a sus comunidades— debe ser una prioridad. Y eso incluye a quienes sean menos visibles o vivan en lugares más lejanos.

Exhorto a todos los Estados a que establezcan sistemas de protección sólidos para los defensores y defensoras de derechos humanos en sus países.

Y les insto a que tomen medidas para prevenir, mitigar y garantizar el rendimiento de cuentas por actos de represión transnacional.

Los defensores y defensoras de derechos humanos deben recibir protección dondequiera que se encuentren. 

Asimismo, pido a todos los gobiernos que presionen a otros Estados para que asuman los mismos compromisos.

Debemos contrarrestar sin reservas la narrativa de que las sociedades que promocionan los derechos humanos constituyen una amenaza. Lo contrario es cierto, tal y como la historia nos ha demostrado una y otra vez.  Un planteamiento cerrado y rígido genera agravios, lo cual hace que las sociedades sean más propensas a los enfrentamientos. Consigue que el mundo esté más presto a entablar guerras.

La participación significativa de la sociedad civil en la toma de decisiones desbloquea la igualdad, la imparcialidad y la justicia. Resulta fundamental para el progreso en todos los ámbitos, desde la salud hasta la vivienda, o la lucha contra el cambio climático.

Los defensores y defensoras de derechos humanos no solo denuncian las violaciones que se cometen, sino que también impulsan el cambio. Las aportaciones que ustedes realizan a la paz, la justicia, la igualdad y la estabilidad son fundamentales para crear sociedades resilientes y sanas.

Debemos apoyar el derecho a defender los derechos humanos.

Pueden contar conmigo personalmente, y con mi Oficina, para apoyar estos esfuerzos.

Queridos amigos y amigas,

Aquellas fuerzas que ejercen la represión son cada vez más fuertes, y los desafíos son de mucha envergadura para enfrentarlos divididos.

Debemos permanecer juntos mano a mano en todo el mundo, y en todos los diversos segmentos de la sociedad civil, con base en los valores universales que todos y todas compartimos.

Un movimiento mundial sólido en pro de los derechos humanos puede constituir una fuerza verdadera para cambiar el rumbo del futuro.

Por ello, los encuentros como este son tan importantes.

Un mensaje claro que surgió de nuestra iniciativa del año pasado sobre el 75º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos fue el de reforzar la cooperación global en pro de los derechos humanos y dejar espacio para su expansión e innovación. Eso incluye la promoción de la educación en derechos humanos, lo cual empodera a las personas y estimula el diálogo sobre los derechos humanos en todas las sociedades.

Y también exige llegar a la mayoría silenciosa que apoya los derechos humanos, así como a quienes cuestionan su universalidad o relevancia, incluso si se trata de conversaciones complicadas.

Amigos y amigas,

Suelo decir que la vida comienza al final de vuestra zona de confort. Los defensores y defensoras de derechos humanos viven según esta premisa a diario con coraje y determinación.

Cuando algunas personas encuentran formas creativas de sacar provecho de la destrucción de nuestro mundo, ustedes encuentran formas creativas para alzar la voz y actuar en pro de nuestros derechos.

Las acciones de ustedes alimentan y sostienen las sociedades democráticas. 

Ustedes son el oxígeno del ecosistema de los derechos humanos, que trabaja para defender los derechos y libertades fundamentales de todas las personas.

Ustedes inspiran a los demás a alzarse en contra de la corriente de la injusticia.

Yo, junto con mi Oficina, estamos con ustedes.

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