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Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Situación de derechos humanos en Ucrania

15 diciembre 2022

Pronunciado por

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Lugar

Ginebra

Señor Presidente,
Excelencias,
Distinguidos delegados,

Mi visita a Ucrania terminó hace una semana.

Pero los horrores, el sufrimiento y el coste diario que esta guerra se está cobrando entre la población del país permanecen conmigo.

Las muertes. Las vidas desarraigadas. Las familias destrozadas.

Más de 18 millones de personas necesitan ayuda humanitaria.

Unos 7,83 millones de civiles han abandonado el país y 6,5 millones son desplazados internos.

Se estima que 1,5 millones de niños y niñas corren el riesgo de sufrir depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático y otros problemas de salud mental.

Una guerra que sigue estando marcada por violaciones flagrantes del derecho internacional de derechos humanos y violaciones graves del derecho internacional humanitario.

Y con enormes repercusiones mundiales, incertidumbres económicas aún más exacerbadas, inseguridad alimentaria y una crisis del coste de vida que está dejando a muchas personas sin saber cómo van a sobrevivir de un día para otro, especialmente en los entornos más frágiles del Sur Global.

Afectando, trágicamente como suele suceder, a los y las más vulnerables.

Conforme a lo solicitado, les presento el informe de mi Oficina que versa sobre los asesinatos de civiles cometidos por las fuerzas armadas rusas mediante ejecuciones sumarias y ataques contra civiles individualmente que acontecieron en 102 pueblos y ciudades de las regiones de Kiev, Chernígov y Sumy entre el 24 de febrero y el 6 de abril de 2022.

Las conclusiones se basan en información recabada durante las visitas sobre el terreno a las tres regiones tras la retirada de las tropas rusas, entrevistas con testigos y supervivientes, y otras fuentes de información.
Documentamos el asesinato de 441 civiles: 341 hombres, 72 mujeres, 20 niños y 8 niñas.

Las cifras reales probablemente sean mucho más altas, ya que estamos trabajando para corroborar otros 198 presuntos asesinatos en estas regiones.

Asimismo, estamos documentando nuevos casos en partes de las regiones de Járkov y Jersón que han sido recuperadas recientemente por las fuerzas ucranianas.

En el informe se presentan en detalle cien de los homicidios documentados en las tres regiones.

En algunos casos, los soldados rusos ejecutaron a civiles en lugares de detención improvisados.

Otros fueron ejecutados sumariamente en el mismo lugar tras realizar controles de seguridad: en las casas, los patios y los portales. Incluso cuando la víctima había demostrado claramente que no suponía una amenaza, por ejemplo, levantando las manos.

Hay indicios claros de que las ejecuciones sumarias documentadas en el informe pueden constituir el crimen de guerra de homicidio intencionado.

Los hombres y los niños constituían el 88 por ciento de todas las víctimas de ejecuciones sumarias presentadas en el informe, lo que sugiere que fueron el blanco desproporcionado de ataques por motivos de género.

Las fuerzas rusas atacaron a civiles de otras formas en violación del derecho internacional humanitario. Vehículos blindados y tanques dispararon contra edificios residenciales y mataron a civiles en sus viviendas.

Los civiles fueron alcanzados en las carreteras mientras se desplazaban dentro de los asentamientos o entre ellos, o mientras iban a trabajar.

Bucha fue la ciudad más afectada, donde registramos el asesinato de 73 civiles (54 hombres, 16 mujeres, 2 niños y 1 niña) entre el 4 y el 30 de marzo. En un tramo de 150 metros de la calle Yablunska, 14 civiles (10 hombres, 3 mujeres y 1 niña) murieron por disparos y se les dejó abandonados donde cayeron. Mi Oficina está corroborando otros 105 presuntos asesinatos de civiles en Bucha.

Señor Presidente,

En términos más amplios, mi equipo sobre el terreno sigue documentando violaciones del derecho internacional de derechos humanos y el derecho internacional humanitario que afectan a civiles y a combatientes, como detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, tortura y malos tratos, además de violencia sexual relacionada con el conflicto.

Y los ataques con misiles contra infraestructuras fundamentales, como instalaciones energéticas y centrales hidroeléctricas, están exponiendo a millones de civiles, especialmente a personas en situación de vulnerabilidad, a condiciones de dificultad extrema este invierno.

Más de 10 millones de consumidores —incluidas familias, empresas, hospitales y escuelas— sufren cortes de electricidad, y millones de personas carecen de suministro regular de agua y calefacción.

Otros ataques podrían deteriorar aún más la situación humanitaria y provocar más desplazamientos.

Mi interpelación a todas las partes que participan en las actividades armadas es que respeten plenamente el derecho internacional humanitario.

Este corpus legislativo es un logro importante de la humanidad.

Un corpus legislativo que la comunidad internacional debe defender con firmeza.

Solicito el apoyo al Comité Internacional de la Cruz Roja y su labor: el guardián sólido y acreditado del derecho internacional humanitario.

Todas las denuncias de violaciones del derecho internacional humanitario y las normas internacionales de derechos humanos —independientemente de dónde y quién las cometa— deben investigarse y los autores de violaciones graves deben llevarse ante la justicia con prontitud, en el marco de un proceso judicial justo e independiente.

Pero hasta ahora, la depuración de responsabilidades brilla por su ausencia.

Por ejemplo, mi Oficina no ha podido identificar ningún caso en el que un miembro de las fuerzas armadas rusas —soldado o comandante de rango— haya rendido cuentas ante las autoridades rusas por llevar a cabo los asesinatos o por no tomar medidas para detenerlos o castigarlos.

Y Ucrania se enfrenta a limitaciones de recursos y capacidad para investigar los casos, aunque se hayan emprendido numerosas iniciativas para ayudar al país en la depuración de responsabilidades.

Desde nuestro punto de vista, es importante que la comunidad internacional apoye a Ucrania en el desarrollo de programas de reparación y asistencia para víctimas y supervivientes, para cubrir esa laguna hasta que los responsables cumplan con sus obligaciones.

Las cicatrices de la guerra son profundas.

La depuración de responsabilidades es uno de los remedios para curar las heridas de la guerra.

Otro es vislumbrar la clase de país de Ucrania en el que a la población le gustaría vivir una vez acabado este horror.

Los derechos humanos pueden ayudar a trazar el camino hacia la paz, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional.

Son los elementos constitutivos para garantizar la cohesión social y la confianza entre las distintas comunidades.

Garantizar el acceso equitativo sin discriminación a los servicios esenciales para todos y todas, incluidas las personas con discapacidad y de edad, con especial atención a las mujeres que son las más profundamente afectadas.

Garantizar que la libertad de expresión, la libertad de creencia religiosa, la seguridad social, la igualdad en todos los ámbitos, como el étnico y el lingüístico, y los derechos culturales formen parte de la Ucrania de mañana.

Reforzar un sistema judicial que realice juicios justos e imparta justicia a la población; garantizar la investigación pronta y transparente ante las denuncias de violaciones —tanto recientes como desde 2014—, así como su persecución, al margen de su afiliación; garantizar que las leyes que se están estudiando se ajustan plenamente a las normas internacionales de derechos humanos.

Crear el espacio para que prospere una sociedad civil llena de vida.

Para ello, valoro profundamente la apertura de las autoridades ucranianas y su compromiso con mi misión de vigilancia en Ucrania. Mi Oficina también está prestando asesoramiento sobre leyes que necesitan modificarse para adaptarse a la normativa internacional, incluyendo en materia de colaboración, ciudadanía y medios de comunicación.

Excelencias,

Mi más profundo deseo es que se ponga fin a esta guerra sin sentido desatada contra el país.

Que se allane el camino hacia un futuro pacífico y cohesionado para todo el pueblo de Ucrania.