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Declaraciones y discursos Múltiples mecanismos

Mejorar los sistemas de identificación. Discurso de la Alta Comisionada Interina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

03 octubre 2022

Pronunciado por

Nada Al-Nashif, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en funciones

En

51ª sesión del Consejo de Derechos Humanos

Lugar

Ginebra, Palacio de las Naciones, Sala XX

Señor Presidente,
Excelencias,
Colegas:

Me complace presentar aquí el primer informe del ACNUDH elaborado en virtud de la resolución 47/21 del Consejo de Derechos Humanos, y hacerlo en compañía de la jueza Yvonne Mokgoro, Presidenta del Mecanismo Internacional de expertos independientes para promover la justicia racial y la igualdad en la aplicación de la ley, y de las expertas Collette Flanagan y Jurema Werneck, que aportan sus vivencias y competencias profesionales a este coloquio.

Hoy en día, la necesidad de elaborar estrategias exhaustivas de base empírica para abordar las injusticias históricas y sus manifestaciones contemporáneas es más evidente que nunca, si realmente queremos lograr cambios trascendentales.

En el último año hemos visto que los Estados y otros agentes han adoptado diversas medidas para abordar las manifestaciones de racismo sistémico contra los africanos y los afrodescendientes. Entre otros ejemplos, cabe citar el de la Columbia Británica (Canadá), donde ha entrado en vigor un nuevo sistema de acopio, utilización y análisis de datos desglosados para identificar y eliminar el racismo sistémico en programas y servicios del gobierno. En Suecia también se inició una evaluación del uso de la caracterización étnica por parte de la policía.

Hemos visto también medidas para tratar el legado de la esclavitud, la trata trasatlántica de esclavos africanos y el colonialismo. En Colombia, por ejemplo, la Comisión para el esclarecimiento de la verdad, la coexistencia y la no repetición celebró foros y audiencias de reconocimiento y desarrollo, e iniciativas de coexistencia para sensibilizar acerca de las verdaderas experiencias de los afrocolombianos. Algunas empresas, universidades y entidades religiosas están evaluando sus vínculos con el colonialismo y la esclavitud. Por ejemplo, la Universidad de Georgetown (Estados Unidos) inauguró un Fondo de Reconciliación que otorga estipendios anuales a proyectos comunitarios que trabajan en beneficio de las comunidades de afrodescendientes y en consulta con ellas. 

Estas respuestas demuestran que es posible adoptar medidas concretas para abordar la discriminación racial, a pesar de la complejidad de los contextos nacionales, los reveses provocados por la pandemia de COVID-19 y otros desafíos de escala mundial.

Sin embargo, a menos que estas iniciativas sean parte de estrategias complejas de amplio espectro, seguirán siendo insuficientes para desmantelar el racismo estructural, institucional y social arraigado que ha persistido durante siglos.

Me preocupa mucho que los africanos y los afrodescendientes sigan enfrentados a prácticas desmesuradas y discriminatorias en numerosos países y que sigamos recibiendo informes periódicos de muertes y lesiones causadas por encuentros con funcionarios policiales.

La auténtica medida del éxito en lo tocante a promover la justicia y la igualdad racial debe ser el cambio positivo en las vivencias de los africanos y los afrodescendientes. Los datos oficiales exhaustivos y desglosados según la raza o el origen étnico son decisivos para comprender la escala y la repercusión de estas realidades. Pero datos como esos siguen siendo escasos, lo que constituye un obstáculo considerable para identificar y abordar correctamente las expresiones concretas de racismo sistémico.

También son decisivas las medidas enérgicas para garantizar la rendición de cuentas y la reparación para todas las víctimas y sus familias. Se ha logrado algún progreso en los siete casos descritos a fondo en el informe de 2021 (A/HRC/ 47/53 y A/HRC/47/CRP.1). Les agradezco a todos los Estados interesados su compromiso con estos casos. Sus contribuciones quedaron reflejadas en el informe y figuran en nuestro sitio web.

En fecha reciente también ha habido algunos cambios. En Estados Unidos, los cuatro agentes de policía involucrados en la muerte de George Floyd han sido sentenciados por un tribunal federal y uno de ellos recibió una condena adicional al declararse culpable ante una corte estatal. Además, se presentaron cargos federales contra otros agentes en relación con los actos que presuntamente causaron el fallecimiento de Breonna Taylor.

Los siete casos emblemáticos antes citados son otros tantos ejemplos de los retos que las familias afrodescendientes tienen que afrontar cuando tratan de obtener rendición de cuentas y remedio por la muerte de un pariente durante la interacción con un agente de ley o con posterioridad a este encuentro. Por desgracia, ni uno solo de los casos emblemáticos ha podido cerrarse todavía completamente y esas familias siguen buscando la verdad, la justicia y las garantías de no repetición. Esperamos que se logren nuevos progresos en la resolución de esos casos y que podamos reflejarlos en nuestro próximo informe.

A lo largo del año pasado, nuestra Oficina ha promovido y colaborado con los Estados y otros agentes para hacer avanzar los cuatro puntos de la Agenda para un cambio transformador en favor de la justicia y la igualdad racial. Hemos mantenido nuestra estrategia de centrarnos en las voces de los pueblos afrodescendientes y en sus vivencias. Agradezco a todos los que aportaron información y a quienes participaron en las consultas, en particular a las familias de las víctimas. Estamos reforzando aun más nuestra capacidad sobre el terreno, mediante el despliegue de cinco asesores regionales sobre la lucha contra la discriminación racial y la protección de las minorías.

Solo podremos lograr una mejor recuperación encaminada a un futuro más resiliente de igualdad y no discriminación si los Estados y todos los agentes pertinentes permanecen unidos y redoblan su acción en la lucha contra el racismo sistémico.

Nuestra Oficina mantiene su compromiso de seguir dinamizando la acción colectiva en pro de este fin. Exhorto a todos los Estados a que, a su vez, demuestren un mayor compromiso político mediante una aplicación más enérgica de todos los aspectos de la Agenda para un cambio transformador en favor de la justicia y la igualdad racial.

Muchas gracias.

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