Comunicados de prensa Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
ONU: Los migrantes y refugiados que atraviesan Libia están sometidos a "inimaginables horrores"
Libia / migrantes: una "oculta desgracia humana"
20 diciembre 2018
GINEBRA/TRÍPOLI (20 de diciembre 2018) – Los migrantes y refugiados que atraviesan Libia están sometidos a "inimaginables horrores" desde el momento que entran en el país, durante su estancia y –si logran sobrevivir- durante sus intentos de cruzar el mar Mediterráneo, según un informe de la ONU publicado este jueves.
El informe –de 61 páginas- ha sido publicado conjuntamente por la Misión de la ONU de Apoyo a Libia (UNSMIL) y por la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, y cubre un periodo de 20 meses hasta agosto de 2018. El texto detalla una letanía de terribles violaciones y abusos contra migrantes y refugiados cometidos tanto por funcionarios estatales, como por grupos armados y traficantes de personas. Las atrocidades incluyen asesinatos ilegales, tortura, detención arbitraria, violaciones en grupo, esclavitud, trabajo forzado y extorsión.
Basado en informaciones recabadas en entrevistas con 1.300 personas por expertos en derechos humanos en Libia, Nigeria e Italia, el informe describe el trayecto completo de los migrantes y refugiados desde la frontera sur de Libia, a través del desierto hasta llegar a la costa norte. Un recorrido "plagado de riesgos de ser sometidos a violaciones a los derechos humanos y abusos a cada paso del camino".
El clima de ilegalidad en Libia proporciona un terreno fértil para actividades ilegales pujantes, como el tráfico de seres humanos, y deja a los migrantes y refugiados "a merced de innombrables predadores que los ven como mercancías susceptibles de ser explotadas y extorsionadas", afirma el informe.
"La abrumadora mayoría de las mujeres y las chicas adolescentes entrevistadas por la UNSMIL dijeron haber sido violadas en grupo por traficantes", subraya el informe. Funcionarios de la ONU que visitaron los 11 centros de detención, donde miles de migrantes y refugiados están retenidos, registraron casos de tortura, maltrato, trabajo forzoso, y violaciones cometidas por los guardias. Asimismo, informaron que las mujeres están retenidas en centros sin guardias féminas, lo que exacerba el riesgo de abuso sexual y explotación. Las detenidas son a menudo desnudadas y sometidas a cacheos llevados a cabo u observados por hombres.
Los migrantes o refugiados que logran llegar hasta la costa para intentar el peligroso cruce del mar Mediterráneo son interceptados de forma creciente por la Guardia Costera Libia (GCL), que a su vez los traslada de nuevo a Libia, donde muchos vuelven a ser sometidos al patrón de abusos del que escaparon.
Los aproximadamente 29.000 migrantes devueltos a Libia por la GCL desde principios de 2017 fueron transferidos a centros de detención operados por el Departamento de Combate a la Migración Ilegal, donde miles siguen detenidos indefinida y arbitrariamente, sin el debido proceso o acceso a abogados o servicios consulares.
El informe asegura que Libia no puede ser considerada como un lugar seguro para los migrantes o refugiados tras ser rescatados o interceptados en el mar, dados los riesgos considerables de ser sometidos a serios abusos de sus derechos humanos, y destaca que esas "devoluciones en caliente" han sido consideradas por el relator especial de la ONU sobre Torturas como violaciones al principio de non refoulement, que está prohibido bajo la ley internacional.
El informe insta a la Unión Europea y a los Estados Miembros a que reconsideren el coste humano de sus políticas y de sus esfuerzos para contener la migración a Europa, y asegurarse de que su cooperación y asistencia a las autoridades libias están basadas en los derechos humanos, en línea con sus obligaciones bajo la legislación internacional de derechos humanos y a la legislación sobre refugiados, y que no tengan como resultado que hombres, mujeres y niños queden atrapados en situaciones abusivas con poca esperanza de protección o reparación.
Los migrantes retenidos en los cetros son sistemáticamente sometidos a la inanición y a apaleamientos, son quemados con objetos metálicos incandescentes, electrocutados y sometidos a otras formas de maltrato con el objetivo de extorsionar a sus familias y solicitarles dinero a través de un complejo sistema de transferencias.
Los centros de detención se caracterizan por el hacinamiento, la falta de ventilación y de claridad, e instalaciones insuficientes de agua y saneamiento. Además de los abusos y la violencia cometidos contra las personas allí retenidas, muchos migrantes y refugiados sufren malnutrición, infecciones de la piel, diarrea aguda, infecciones respiratorias y otras dolencias, así como un tratamiento médico inadecuado. Los niños están retenidos junto a los adultos en condiciones miserables.
El informe sugiere la aparente "complicidad de algunos actores estatales -incluyendo funcionarios locales, miembros de los grupos armados integrados formalmente en las instituciones del Estado, y representantes del ministerio del Interior y del ministerio de Defensa- en el sistema de tráfico de migrantes y refugiados".
"Existe un fracaso local e internacional para abordar la oculta desgracia humana que sigue ocurriendo en Libia", dijo el representante especial del secretario general y jefe de la UNSMIL, Ghassan Salamé.
Muchas personas están retenidas en centros extraoficiales e ilegales operados por grupos armados y bandas criminales. Los migrantes y refugiados son a menudo vendidos por un grupo criminal a otro y se les exige que paguen múltiples rescates. "Incontables migrantes y refugiados perdieron sus vidas mientras estaban cautivos por los traficantes tras ser disparados, torturados hasta la muerte, o simplemente dejados morir de hambre o por desatención médica", denuncia el informe.
"En toda Libia se pueden encontrar cadáveres no identificados de migrantes y refugiados baleados, con marcas de tortura y quemaduras tirados en basureros, cauces de ríos, granjas o en el desierto", agrega el texto.
"La situación es horrorosa", afirmó la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
"Si se abordase la impunidad generalizada no sólo se lograría acabar con el sufrimiento de decenas de miles de mujeres, hombres y niños migrantes y refugiados que solo buscan una vida mejor, sino que también se conseguiría socavar la economía ilícita paralela construida sobre el abuso de esas personas, y ayudaría a establecer la ley y el orden y las instituciones nacionales".
FIN.
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