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Comunicados de prensa Múltiples mecanismos

Debate urgente sobre la situación en Ghouta oriental

Siria: Debate urgente

02 marzo 2018

Discurso del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos,
 Zeid Ra'ad Al Hussein

2 de marzo de 2018

Distinguido presidente,
Excelencias:

Los habitantes de Ghouta oriental han estado bajo asedio durante media década. Han soportado ataques aéreos, bombardeos y, según los informes recibidos, en varias ocasiones las víctimas civiles han fallecido asfixiadas por sustancias tóxicas desprendidas de las bombas. La población ha sufrido todo tipo de privaciones sin recibir ayuda alguna desde noviembre, excepto un único convoy de asistencia humanitaria que llegó el 14 de febrero, cuyo contenido sólo alcanzó a 7.200 personas de los cientos de miles que viven en la zona. Como resultado directo, miles de niños de Ghouta oriental se encuentran muy desnutridos y profundamente traumatizados. Y ahora tienen que soportar uno de los ataques más despiadados de esta cruel y prolongada guerra civil.

Hemos recibido informes de que en las últimas semanas se han llevado a cabo constantes ataques aéreos contra hospitales, escuelas y mercados. El equipo del Enviado Especial ha informado de ataques contra 14 hospitales, tres centros de salud y dos ambulancias, ocurridos entre el 18 y el 22 de febrero. Otros informes indican que en Shifouniva, el 25 de febrero, algunos civiles, entre ellos seis niños, padecieron graves trastornos respiratorios a causa de sustancias tóxicas presuntamente desprendidas de las bombas. Según se informa, dos de esos niños ya fallecieron. El número de víctimas registrado en Ghouta oriental es el más alto de los últimos siete años de conflicto, como consta en los informes. Las personas que viven en lo que una vez fue un barrio normal, seres humanos que comparten los mismos derechos y esperanzas que todos nosotros, están atrapados bajo las bombas, privados de todo derecho humano, sobre todo del derecho a la vida.

Hace seis días el Consejo de Seguridad aprobó finalmente la Resolución 2401 (2018), en la que se exige a todas las partes en conflicto que detengan los enfrentamientos al menos durante los próximos 30 días, para facilitar el envío de ayuda humanitaria y trasladar a los heridos y enfermos graves. A pesar de esta muestra excepcional de unanimidad, los civiles de Ghouta oriental informan de que continúan los ataques aéreos y los bombardeos terrestres. Hemos hablado con vecinos de la zona que dicen que no se atreven a salir de sus refugios, habida cuenta de los continuos ataques aéreos y terrestres y de la gran incertidumbre sobre qué ocurrirá si sobreviven a la escapada. Las imágenes de satélite que muestran la estremecedora magnitud de la destrucción en toda Ghouta oriental ponen de relieve lo peligroso que podría ser cualquier intento de fuga.

A pesar de la tregua de cinco horas anunciada por el gobierno ruso, que serviría para prestar asistencia médica y humanitaria, continúan los ataques aéreos y terrestres, así como el bombardeo de zonas de Damasco controladas por el Gobierno. Mi Oficina ha recibido informes en los que se notifica que murió un civil y otros cinco resultaron heridos debido a los ataques terrestres del 27 de febrero. Además, los organismos humanitarios han dejado claro que les resulta imposible enviar ayuda en un plazo de cinco horas, ya que pueden necesitar hasta un día entero para pasar los controles.

No se pretendía que el cese al fuego estipulado en la Resolución 2401 afectara a las operaciones contra el EIIL, Al Qaeda, Jabhat Al Nusra y otros grupos. Pero como dijo el Secretario General Adjunto Jeffrey Feltman hace dos días: “La magnitud de los ataques indiscriminados del Gobierno contra Ghouta oriental, una zona con 400.000 civiles, no se puede justificar con el argumento de que están dirigidos contra los milicianos de Jabhat al Nusra”. Y como declaró el Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock, si no hay acceso para la ayuda humanitaria, habrá “más bombardeos. Más lucha. Más muerte. Más destrucción. Más mutilación de mujeres y niños. Más hambre. Más sufrimiento. Dicho de otro modo, más de lo mismo”.

Señor Presidente:

Una vez más, debo hacer hincapié en que los hechos que presenciamos hoy en Ghouta oriental y otros lugares de Siria constituyen probablemente crímenes de guerra y de lesa humanidad. Los civiles están siendo machacados sin otra opción que el sometimiento o la muerte. Los autores de esos delitos deben saber que se les está identificando, que se están rellenando expedientes con miras a su imputación y que tendrán que rendir cuentas por todo lo que han hecho.

Que nadie piense que los responsables se saldrán con la suya. Otros culpables también pensaron así en su momento y se consideraron patriotas antes de ser detenidos. En los últimos cuatro meses han tenido lugar diversos casos: La condena del general serbiobosnio Ratko Mladic por genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos hace un cuarto de siglo; la extradición a España del coronel salvadoreño Inocente Orlando Montano, que se enfrenta a cargos relacionados con el asesinato de seis sacerdotes jesuitas, su ama de llaves y la hija de ésta, en San Salvador en 1989, y la condena de los ex capitanes de la Armada Argentina, Alfredo Astiz y Jorge Eduardo Acosta por crímenes de lesa humanidad cometidos entre 1976 y 1983. Los engranajes de la justicia giran lentamente, pero acaban por triturar. Este Consejo puede influir de manera considerable para garantizar que se hará justicia -firme, ineludible y eficaz- al sufrimiento causado al pueblo sirio.

El caso de Siria debe presentarse ante la Corte Penal Internacional. Cualquier intento de obstaculizar la justicia y proteger a los criminales es deplorable. También insto a todos los Estados a que aumenten considerablemente su apoyo al Mecanismo Internacional, Imparcial e Independiente (IIIM) establecido el año pasado. El mandato del IIIM se centra en garantizar que se recopile, analice y conserve la información sobre delitos graves, con miras a constituir expedientes para enjuiciamientos futuros. Esta tarea esencial complementa la notable labor de la Comisión de Investigación Internacional Independiente sobre la situación en la República Árabe Siria, creada por este Consejo. También exhorto firmemente al Consejo a que renueve el mandato de la Comisión en el transcurso de este periodo de sesiones. Por nuestra parte, mi Oficina está decidida a seguir con nuestro propio monitoreo, presentación de informes y labores de alerta temprana. Estos tres procesos, aunque sean independientes, se refuerzan mutuamente y tienen el cometido de prevenir terribles sufrimientos humanos en el futuro y consolidar la certeza de que un día se hará justicia.