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Comunicados de prensa Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Aumentan la tortura y la detención ilegal en Burundi, dice Zeid

La tortura en Burundi

18 abril 2016

GINEBRA (18 de abril de 2016) – El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, advirtió el lunes de que se está produciendo “un rápido aumento del uso de la tortura y los malos tratos en Burundi” y expresó su preocupación por los inquietantes informes sobre la existencia de centros de detención ilegal, tanto en Bujumbura como en zonas rurales del país.

“Desde principios de año, mi equipo ha registrado al menos 345 nuevos casos de tortura y malos tratos. Estas cifras perturbadoras constituyen un claro indicio del aumento y la ampliación del uso de la tortura y los malos tratos por parte de las fuerzas de seguridad del gobierno”, declaró el Alto Comisionado. En total, desde abril de 2015 unas 595 personas han recibido malos tratos o torturas, una cifra que probablemente sea inferior al número real de víctimas.

“Las torturas y los malos tratos ocurren principalmente en el momento del arresto, al llegar al lugar de detención o durante su permanencia allí, en particular en las instalaciones que están a cargo del Service national de renseignements (SNR) [Servicio nacional de información], la policía y, en menor grado, el ejército. Hasta ahora, los autores de torturas y malos tratos han gozado de total impunidad”, afirmó el Alto Comisionado.

“Muchos de los detenidos que nuestro equipo visitó en las últimas semanas tenían heridas recientes. Algunos no podían andar sin ayuda, tras haber recibido palizas con cinturones, barras de hierro u objetos afilados, o mostraban quemaduras. Me siento hondamente preocupado por estos terribles relatos y exhorto al gobierno de Burundi, en los términos más enérgicos posibles, a que ponga fin inmediatamente a estas prácticas inaceptables e ilegales”, dijo Zeid.

La mayoría de los detenidos que han sufrido torturas y malos tratos afirmaron que les habían negado la atención médica. Algunos dijeron que los servicios de inteligencia los habían escondido en los aseos durante varios días para que las heridas causadas por las torturas pudieran cicatrizar, antes de devolverlos a las celdas que compartían con otros presos.

En el curso de la visita que la semana pasada realizó un equipo de derechos humanos de las Naciones Unidas a las instalaciones del SNR en Bujumbura, 30 de las 67 personas detenidas allí mostraban señales físicas de torturas. Durante la visita se observaron numerosas irregularidades, entre otras el hecho de que 25 de los detenidos habían sido privados de libertad por más tiempo del que estipula la ley. Además, aunque según los informes todos los detenidos habían sido arrestados por faltas de carácter leve, las acusaciones formuladas contra muchos de ellos en el registro del SNR indicaban delitos mucho más graves, entre otros, socavar la seguridad del Estado, tenencia ilícita de armas y espionaje.

También hubo informes sobre varios casos de tortura y malos tratos en comisarías de policía, especialmente en las de dos barrios de Bujumbura, Citiboke y Musaga, así como en el campamento militar de Mutakura.

El Alto Comisionado señaló que el uso de la tortura y los malos tratos estaba generalizado también en las zonas rurales y destacó el caso de dos hombres que declararon haber sido arrestados por agentes del SNR en la provincia de Nkamba a finales de marzo. Los reos declararon que habían recibido fuertes palizas y los habían sumergido repetidas veces en el lago Tanganyika con las manos atadas, a fin de obligarlos a confesar los delitos que les imputaban.

“Reconozco los esfuerzos que ha realizado el gobierno al poner en libertad al menos a 45 manifestantes, tras la visita del Secretario General. Pero, además de los informes sobre torturas y malos tratos en centros oficiales de detención, estoy muy preocupado por las nuevas informaciones acerca de la existencia de instalaciones secretas de detención en todo el país”, afirmó el Alto Comisionado. Un hombre que fue arrestado a finales de marzo por individuos armados que no se identificaron declaró que le vendaron los ojos y lo llevaron a un edificio en construcción en un sitio desconocido para él, en el que había otros nueve presos. Según la víctima, tuvo que presenciar cómo ejecutaban a dos de los otros detenidos antes de conseguir escapar. Asimismo se han recibido informes sobre otro centro de detención ilegal, que supuestamente fue creado por la policía con el apoyo de la milicia imbonerakure, en la ciudad de Ngozi, en el norte del país.

El Alto Comisionado dijo que también había recibido “informes reiterados de arrestos, detenciones, torturas, malos tratos, desapariciones forzadas y asesinatos de algunos miembros de la policía y el ejército a manos de otras fuerzas del gobierno”.  Miembros y oficiales de las antiguas Fuerzas Armadas de Burundi –conocidas como ex-FAB y formadas principalmente por tutsis- parecen haber sido las víctimas predilectas, entre ellos algunos soldados jubilados.

Numerosos soldados entrevistados por la delegación del ACNUDH mientras se hallaban detenidos afirmaron que el propósito de las torturas y los malos tratos que habían padecido era obligarlos a confesar que apoyaban a grupos rebeldes o a proporcionar los nombres de otras personas sospechosas de hacerlo.

Algunos militares detenidos en las instalaciones del SNR sostuvieron que habían presenciado el asesinato de varios de sus colegas. El 10 de abril de 2016, el cadáver de un antiguo soldado de las ex-FAB, que había sido arrestado el día anterior por la policía, fue encontrado en Gesenyi, lugar próximo a Citiboke. Según los informes recibidos, por lo menos otros cinco soldados desaparecieron tras ser arrestados por efectivos de la policía o el ejército en las últimas cinco semanas. 

El Sr. Zeid deploró también el aumento del número de ataques cometidos por hombres armados sin identificar, que según los informes están vinculados a grupos insurgentes. Al menos 30 de esos ataques ocurrieron en Bujumbura y en provincias durante el mes de marzo, y en ellos murieron un civil y cuatro soldados. Se informó también de que otros cinco civiles murieron durante un ataque de los insurgentes en las proximidades de la frontera con Tanzania, ocurrido el 11 de abril.     

El Alto Comisionado condenó además las agresiones contra los miembros del partido gobernante, el CNDD-FDD, entre otras el asesinato de un funcionario local y miembro de ese partido que fue tiroteado en su casa por desconocidos armados, el 13 de abril, en la población de Kajaga, en la provincia de Bujumbura Rural.

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