Notas de prensa Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Informe sobre la situación de derechos humanos en Myanmar
17 septiembre 2024
Pronunciado por
Portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos: Liz Throssell acompañada por James Rodehaver, Jefe del Equipo en Myanmar de Derechos Humanos de las Naciones Unidas
Lugar
Ginebra
Esta mañana nuestra Oficina publicó su informe más reciente sobre la situación de derechos humanos en Myanmar, en donde se detalla una serie de violaciones graves que continúan poniendo en evidencia la profunda crisis y la ausencia del estado de derecho que existen en todo el país. Desde el golpe de estado ocurrido el 1 de febrero de 2021, al menos 5.350 civiles han resultado asesinados, más de 3,3 millones de personas desplazadas, y más de la mitad de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, debido principalmente a la violencia ejercida por el poder militar, según señala el informe.
El informe analiza el daño devastador que deja la violencia, la destrucción, y cómo afecta todo esto a la salud mental de la población, así como la regresión en derechos económicos y sociales, todo lo cual está precipitando un mayor declive económico. Paralelamente, los jóvenes, quienes son la clave para sostener el futuro de Myanmar, están huyendo al extranjero con el fin de escapar de ser obligados a servir o combatir para los militares.
El informe también documenta el gran número de detenciones llevadas a cabo por los militares. Cerca de 27.400 personas han sido detenidas desde el golpe de estado, habiendo un aumento de los arrestos desde que el poder militar pusiera en marcha el reclutamiento forzoso en febrero de 2024. Fuentes creíbles aseguran que al menos 1.853 personas han muerto mientras se encontraban bajo custodia, incluyendo 88 niños y 125 mujeres. Se ha verificado que muchas de estas personas murieron tras haber sido sometidas a interrogatorios abusivos, a otros malos tratos mientras se encontraban en detención, o por la denegación de acceso a atención sanitaria adecuada.
Las torturas y malos tratos bajo custodia militar son generalizados. Personas detenidas y entrevistadas por nuestra Oficina describieron algunos de los métodos usados, como por ejemplo ser suspendidas desde el techo sin alimentos ni agua; ser obligadas a arrodillarse o a arrastrarse sobre objetos sólidos o punzantes; el uso de serpientes e insectos para infundir miedo; recibir palizas usando barras de hierro, palos de bambú, porras, culatas de rifles, tiras de cuero, cables eléctricos y cadenas de motocicletas; asfixia, simulacros de ejecuciones; electrocución y quemaduras usando pistolas paralizantes, mecheros, cigarrillos, y agua hirviendo; el rociado de sustancias metiladas sobre heridas abiertas; recibir cortes en partes del cuerpo y que se les arrancaran las uñas de los dedos. También existieron informes inquietantes acerca de violencia sexual.
Todos aquellos responsables de violaciones flagrantes de derechos humanos y de violaciones graves del derecho internacional humanitario deben rendir cuentas. La falta de toda forma de rendición de cuentas para los autores actúa como impulsor para la repetición de violaciones, abusos y crímenes. Es fundamental identificar claramente y disuadir de cometer estos comportamientos. Se debe aplicar a todos los autores rendición de cuentas por estas violaciones.
La magnitud de los desafíos a los que se enfrenta Myanmar y a los que tendrá que enfrentarse en los próximos años con el fin de garantizar el respeto del estado de derecho y poder contar con instituciones de justicia que sean operativas es desalentador.
A la vista de las conclusiones detalladas más arriba, el Alto Comisionado Volker Türk reitera su recomendación, entre otras, dirigida al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, de remitir todo el alcance de la situación actual en Myanmar a la Corte Penal Internacional. Él reitera su llamamiento a poner fin a la violencia y para la puesta en libertad inmediata e incondicional de todas aquellas personas que hayan sido detenidas de forma arbitraria. Igual de importante para el futuro de Myanmar y de su población son las iniciativas de base de la sociedad civil y de organizaciones comunitarias para prestar servicios esenciales, incluyendo en lo referente a la atención a la salud mental. Es necesario respaldar de forma específica todos estos esfuerzos.
Para leer el informe completo, haga clic aquí: https://www.ohchr.org/en/documents/country-reports/ahrc5756-situation-human-rights-myanmar-report-united-nations-high
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