Türk apela a todos los Estados a actuar ante la crisis que se vive en Gaza y en la Ribera Occidental

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Volker Türk apela a todos los Estados con influencia en la zona a hacer todo lo que esté en sus manos para detener la cada vez peor crisis humanitaria y de derechos humanos en Gaza, el aumento de la violencia y los ataques deliberados en la Ribera Occidental, así como el incremento del riesgo de una mayor escalada del conflicto en Oriente Medio.

Resolver la situación catastrófica de los civiles en Gaza debe seguir siendo prioritario.

Israel continúa imponiendo restricciones ilícitas sobre la entrada y distribución de ayuda humanitaria, y también llevando a cabo una destrucción generalizada de infraestructura civil.  El Alto Comisionado reitera que debe producirse un alto el fuego de forma inmediata, la puerta en libertad de los rehenes, y se debe permitir el flujo total y sin trabas de ayuda humanitaria de manera inmediata.  Se debe prohibir siempre el ataque a aquellas personas que entreguen o intenten acceder a ayuda humanitaria.

Ninguna zona de la Franja de Gaza se ha librado del bombardeo por parte de Israel.  Casi 1,7 millones de personas permanecen como desplazadas internas, viviendo en condiciones lamentables y bajo amenaza constante.  Solamente durante la semana pasada, los combates se han intensificado en la zona central de Gaza, lo que ha conducido al desplazamiento de cerca de 10.000 personas desde el interior y los alrededores del campamento de An Nuseirat y cerca de Wadi Gaza. Hemos recibido también informes que afirman que durante el Eid al-Fitr de la semana pasada, las Fuerzas de Defensa de Israel atacaron al menos ocho mezquitas en An Nuseirat y en la Ciudad de Gaza, además de a otras tres el 14 de abril.  Desde octubre de 2023, 534 mezquitas han resultado destruidas o dañadas según la Oficina de Medios de Comunicación del Gobierno de Gaza.  Las leyes de la guerra dictan que los lugares de culto deben quedar protegidos.

El 14 de abril, las Fuerzas de Defensa de Israel abrieron fuego supuestamente contra un grupo de palestinos en la Carretera de Al Rashid, los cuales estaban intentando regresar a sus hogares en el norte de Gaza, a resultas de lo cual resultaron muertos al menos una mujer palestina y heridas al menos otras 11 personas.  El ataque intencionado y asesinato de civiles es un crimen de guerra.

En la Ribera Occidental, el aumento de la violencia que se ha vivido en los últimos días supone también un asunto de grave preocupación.  Personas palestinas han sido sometidas a oleadas de ataques por parte de cientos de colonos israelíes, a menudo acompañados o apoyados por las Fuerzas de Seguridad de Israel (ISF, según siglas en inglés). Tras el asesinato de un niño israelí de 14 años perteneciente a una familia de colonos, cuatro palestinos, incluyendo un niño, fueron asesinados y propiedades palestinas fueron destruidas en ataques de represalia.

Conforme con información recibida por la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, colonos armados junto con fuerzas israelíes entraron en varias poblaciones incluyendo Al Mughayyer, Khirbit Abu Falah, Kufer Malilk, Al Mazra'a Asharqiya, el pueblo de Beitin en Ramallah, Duma y Qusra en Nablus, así como en las provincias de Belén y Hebrón.  Docenas de palestinos y palestinas resultaron aparentemente heridos, incluyendo por el uso de armas de fuego, por parte de colonos y de las ISF, y cientos de viviendas y otros edificios, además de coches, fueron incendiados.  Tres soldados israelíes resultaron heridos tras ser alcanzados por piedras.  También hemos recibido informes de que colonos han establecido al menos dos nuevos puestos avanzados durante los dos últimos días en el Valle del Jordán y en las Colinas del Sur de Hebrón, cerca de comunidades palestinas que han sido atacadas de forma repetida por colonos durante los meses pasados y las cuales sufren un riesgo inminente de ser trasladadas por la fuerza desde sus hogares y tierras.

Israel, como potencia ocupante, debe adoptar todas las medidas en su poder para restaurar, y asegurar, en la medida de lo posible, el orden público y la seguridad en la Ribera Occidental ocupada.  Esta obligación incluye proteger a la población palestina de los ataques de colonos, además de poner fin al uso ilícito de la fuerza contra personas palestinas por parte de las ISF.

Las Fuerzas de Seguridad de Israel deben terminar de forma inmediata con su participación activa y su apoyo a los ataques de colonos contra palestinos y palestinas.  Las autoridades israelíes tienen por el contrario la obligación de prevenir nuevos ataques, además de exigir responsabilidades a los autores.  Aquellos que sean razonablemente sospechosos de haber cometido actos delictivos, incluyendo el asesinato u otros homicidios ilícitos, deben ser llevados ante la justicia a través de un proceso judicial que cumpla con las normas internacionales de derechos humanos, tras llevarse a cabo una investigación pronta, imparcial, independiente, efectiva y transparente.

Ni los palestinos ni los israelíes deben tomarse la justicia por sus manos como venganza.