Notas de prensa Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Ucrania / Rusia: Prisioneros de guerra
15 noviembre 2022
Pronunciado por
Jefa de la Misión de Vigilancia de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ucrania, Matilda Bogner
Lugar
Uzhhorod, Ucrania (via Zoom)
Durante los últimos meses, la Misión de Vigilancia de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ucrania ha entrevistado a 159 prisioneros de guerra (139 hombres y 20 mujeres) quienes estuvieron retenidos por la Federación de Rusia (incluyendo a grupos armados afiliados) y a 175 prisioneros de guerra (todos hombres) retenidos por Ucrania.
Antes de entrar en detalle en nuestras conclusiones, es importante destacar que Ucrania nos proporcionó acceso confidencial a prisioneros de guerra en lugares de internamiento, donde pudimos hablar con ellos.
Debido a que la Federación de Rusia no nos ofreció un acceso parecido, tuvimos que realizar las entrevistas a los prisioneros de guerra ucranianos tras su puesta en libertad.
Es también clave señalar que la obligación fundamental de cualquier estado es la de tratar a todos los prisioneros de guerra en su poder con humanidad en todo momento, desde el mismo momento en que son capturados hasta su puesta en libertad y repatriación. Tanto Ucrania como la Federación de Rusia son partes en el Tercer Convenio de Ginebra el cual establece los requisitos relativos al trato a otorgar a prisioneros de guerra.
Nosotros basamos nuestras conclusiones en información recibida principalmente a través de entrevistas confidenciales realizadas a prisioneros de guerra, así como a testigos y familiares de militares, además de aplicar la metodología de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y una valoración de las pruebas basada en “motivos fundados para creer”.
Empezaré con antiguos prisioneros de guerra ucranianos quienes estuvieron retenidos por la Federación de Rusia.
De forma inmediata tras su captura, algunos fueron golpeados o sus pertenencias fueron saqueadas. Los prisioneros de guerra fueron seguidamente transportados a lugares de internamiento de una manera que nos preocupa. A menudo fueron transportados en camiones o autobuses atestados, donde en ocasiones no tenían acceso a agua o a un servicio durante más de un día. Tenían las manos atadas y los ojos tapados usando cinta adhesiva con tal fuerza que les dejaba heridas en las muñecas y la cara.
Tras su llegada a determinados lugares de internamiento, los prisioneros de guerra eran sometidos a los denominados “procedimientos de admisión”, los cuales suponían a menudo palizas prolongadas, amenazas, ataques con perros, o ser desnudados y colocados en posturas en tensión. Varios testigos nos relataron la muerte de al menos un prisionero de guerra durante un “procedimiento de admisión” en la colonia penal cercana a Olenivka a mediados de abril de 2022. Hemos recibido información sobre otros ocho supuestos fallecimientos del mismo tipo en el mismo centro en abril de 2022, y estamos trabajando para poder corroborarlo.
La amplia mayoría de los entrevistados nos informaron que durante su internamiento fueron torturados y recibieron malos tratos. La tortura y los malos tratos no fueron utilizados exclusivamente para coaccionar a prisioneros de guerra a facilitar información militar o para conseguir declaraciones sobre supuestos crímenes. Los entrevistados afirmaron que se usaron estos actos de forma diaria solo para ser intimidados y humillados. Los prisioneros de guerra describieron cómo recibieron palizas, incluyendo con porras y martillos de madera, cómo recibieron patadas, y también cómo recibieron descargas eléctricas con Tasers y con un teléfono militar que llaman TAPik.
Un hombre que fue torturado en una colonia penal cerca de Olenivka nos contó cómo miembros de grupos armados afiliados a Rusia, y cito, «fijaron cables a mis genitales y mi nariz, y me dieron sacudidas eléctricas. Simplemente se lo estaban pasando bien y no tenían interés alguno en saber mis respuestas a sus preguntas». Otros describieron formas de maltrato físico, que incluyen el ser apuñalados, disparados con una pistola paralizante, ser sometidos a simulacros de ejecuciones, ser colgados por las manos o piernas, y recibir quemaduras de cigarrillos. También documentamos varias formas de violencia sexual, como por ejemplo tirar hacia arriba de una víctima masculina mediante una cuerda atada a sus genitales, u obligarles a desnudarse, sumado a la amenaza de violación.
Entrevistamos a 20 prisioneras de guerra tras ser liberadas de la colonia penal cerca de Olenivka y otras instalaciones en Donetsk, además de en la Federación de Rusia. En la colonia cerca de Olenivka, las prisioneras de guerra no fueron sometidas a violencia física, aunque describieron cómo fueron atormentadas psicológicamente por los gritos de prisioneros de guerra que eran torturados en celdas cercanas.
Un testigo nos confesó, y cito, “Aun hoy no consigo soportar el sonido de una cinta aislante. Los guardias la usaban para inmovilizar a sus prisioneros y para empezar a torturarlos.”
No obstante, varias mujeres sí describieron cómo fueron golpeadas, electrocutadas y amenazadas con violencia sexual durante interrogatorios en otras localizaciones. Ellas también fueron sometidas a trato degradante equiparable a violencia sexual, como por ejemplo ser obligadas a correr desnudas de una habitación a otra en presencia de guardias masculinos.
Las condiciones generales del internamiento eran penosas. Prisioneros de guerra ucranianos nos informaron sobre celdas atestadas, higiene muy deficiente y falta de alimentos y agua. Algunos de ellos perdieron hasta una cuarta parte de su peso corporal, y muchos se desmayaban frecuentemente mientras estuvieron cautivos.
Solamente a un puñado de militares ucranianos con los que hablamos se les permitió hablar o enviar un mensaje a sus familiares.
Pasemos ahora a analizar el trato otorgado a prisioneros de guerra internados por el Gobierno de Ucrania. Hemos recibido denuncias verosímiles de ejecuciones sumarias de personas fuera de combate y de varios casos de tortura y malos tratos, supuestamente cometidos por miembros de las fuerzas armadas ucranianas.
Documentamos casos de tortura y malos tratos, en su mayoría en el momento en que las personas fueron capturadas, interrogadas por primera vez o desplazadas a campamentos de tránsito y lugares de internamiento. En algunos casos, prisioneros de guerra rusos (pertenecientes a fuerzas armadas rusas o a grupos armados afiliados) afirmaron que fueron golpeados con puñetazos y patadas en la cara y en el cuerpo después de haberse rendido y a la hora de ser interrogados por miembros de las fuerzas armadas ucranianas.
En varios casos, prisioneros de guerra fueron apuñalados o recibieron descargas eléctricas con el teléfono militar “TAPik” por parte de agentes del orden ucranianos o por el personal militar que los vigilaba. Un prisionero de guerra recordó: “A lo que más teníamos miedo era al teléfono militar. Era una sensación horrible. El cuerpo entero se te congelaba y seguidamente te caías a un lado.”
Muchos denunciaron ser sometidos a condiciones deficientes y a menudo humillantes en su evacuación a campamentos de transición y a lugares de internamiento. A menudo desnudos, eran hacinados en camiones o furgonetas, con las manos atadas detrás de la espalda.
También documentamos casos de malos tratos de prisioneros de guerra rusos en una colonia penal en la región de Dnipropetrovska además de en diversos centros de detención preventivos, que incluían las llamadas “palizas de bienvenida”. Recibimos acusaciones de internamientos prolongados en lugares informales de detención, como por ejemplo sótanos de cuarteles o en cuarteles militares.
Respecto a la rendición de cuentas, tenemos en cuenta que Ucrania ha iniciado una serie de investigaciones penales tras acusaciones de malos tratos de prisioneros de guerra por parte de miembros de sus fuerzas armadas. Estamos a la espera de observar avances en estos casos.
Seguimos también estando preocupados porque Ucrania continúe enjuiciando a miembros de grupos armados afiliados a Rusia, ciudadanos ucranianos, por su pertenencia a estos grupos armados.
Recordamos que en conflictos armados internacionales, el enjuiciamiento de combatientes por su simple participación en las hostilidades está prohibido en virtud del derecho humanitario internacional.
Para concluir, me gustaría resaltar la obligación fundamental que tienen los estados de tratar a todos los prisioneros de guerra en su poder de forma humana en todo momento, desde el momento en que son capturados hasta su puesta en libertad y repatriación, además de asignar recursos suficientes para asegurar la puesta en práctica de esta obligación. Los terceros estados, en especial aquellos que proporcionen apoyo a las partes beligerantes, tienen la obligación en virtud del artículo 1 común del Convenio de Ginebra de garantizar el respeto al derecho humanitario internacional por las partes de un conflicto.
La prohibición de tortura y de malos tratos es absoluta, incluso, y de hecho de manera especial, en tiempos de conflicto armado. La prohibición de la tortura comienza asegurando que observadores independientes tienen acceso a los detenidos. La Federación de Rusia debe permitir, de forma regular, el acceso completo, confidencial y sin impedimentos a los prisioneros de guerra, en especial en sus lugares de internamiento. Reiteramos nuestro llamamiento a las autoridades rusas para que así lo hagan de manera inmediata.
La rendición de cuentas es un factor también clave a la hora de disuadir y prevenir violaciones adicionales. Reitero que las partes en el conflicto tienen claras obligaciones legales de investigar y enjuiciar todas las denuncias de violaciones del derecho humanitario internacional en relación al trato otorgado a prisioneros de guerra bajo control suyo, independientemente de su filiación. Ambas partes deben llevar a cabo estos pasos, con prontitud, eficacia e imparcialidad.
Gracias.
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