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Notas de prensa Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

El drama de los civiles en Ucrania

10 mayo 2022

Un bloque de apartamentos destruído en Borodianka, región de Kiev ©ACNUDH

Conferencia de prensa sobre Ucrania por Matilda Bogner - Jefa de la Misión de las Naciones Unidas para la Vigilancia de los Derechos Humanos en Ucrania

Desde el 24 de febrero, la Misión de las Naciones Unidas para la Vigilancia de los Derechos Humanos en Ucrania ha venido documentando violaciones del derecho humanitario internacional y de la normativa de derechos humanos que han venido sucediendo en el país.  Muchas de estas acusaciones hacen referencia a violaciones que pueden equivaler a crímenes de guerra.

Hoy se cumple el 76º día desde que la Federación de Rusia atacara Ucrania.  76 días de destrucción de vidas, ciudades, hospitales, escuelas y viviendas.

La semana pasada, mis colegas y yo misma visitamos 14 ciudades en las regiones de Kiev y Chernígov que estuvieron ocupadas por las Fuerzas Armadas Rusas hasta finales de marzo. 

La población nos informó sobre parientes, vecinos y amigos que habían resultado muertos, heridos, detenidos y desaparecidos.  En Makariv, una familia de cinco miembros fue disparada por fuerzas armadas rusas cuando intentaban escapar en coche junto a sus vecinos.  Tristemente, solamente dos miembros de la familia lograron sobrevivir.

En el pueblo de Yahidne en la región de Chernígov, conocimos a un hombre de 70 años que había pasado 24 días en un sótano de una escuela local.  Él nos contó con lágrimas en los ojos cómo había compartido una sala de 76 metros cuadrados con 138 personas, la más joven de las cuales tenía solo dos meses de edad.  El espacio era tan reducido que tenía que dormir de pie, por lo que se ató a sí mismo a travesaños de madera para no caerse.

Otra persona de Bucha nos contó que cada vez que abandonaba su casa para buscar alimentos y agua no estaba seguro de si iba a volver vivo.

En Bucha y otras localidades al norte de Kiev que fueron ocupadas por fuerzas armadas rusas, tenemos informes del asesinato ilícito de más de 300 hombres, mujeres y niños.  Desgraciadamente, estas cifras continuarán aumentando conforme visitemos más zonas.

En total, hasta la fecha hemos corroborado 7.061 víctimas, de las cuales 3.381 resultaron muertas y 3.680 heridas por todo el país desde el comienzo del ataque armado por parte de la Federación de Rusia.  Las cifras reales son más altas y estamos trabajando para comprobar cada incidente.

Cada muerte civil es una tragedia. Dependiendo de las circunstancias, la muerte de un solo civil o de una persona fuera de combate puede constituir un crímen de guerra, ya que son personas que están protegidas por el derecho humanitario internacional.  Estos asesinatos pueden violar también el derecho a la vida conforme a la legislación internacional sobre derechos humanos.

Permítanme que comparta una cita de una mujer del pueblo de Yahidne en la región de Chernígov.  «El nuestro era un pueblo hermoso y en paz, todo el mundo plantaba flores, nuestras casas estaban limpias y en orden. Ahora todo está destruido.  ¿Quién va a reconstruir todo esto?» nos preguntaba.

Escuelas, hospitales, viviendas particulares y edificios residenciales de varias plantas resultaron destruidos en muchas de las zonas que yo pude visitar.  Hasta la fecha hemos registrado cientos de centros educativos y médicos destruidos o dañados en zonas afectadas por las hostilidades en todo el país.

Observamos con preocupación la información que hemos recibido que afirma que en numerosas zonas, fuerzas armadas (de ambas partes) han estado usando escuelas como bases y han colocado equipo militar pesado en las cercanías de escuelas.

Por toda Ucrania, al menos 50 lugares de culto cristianos, judíos y musulmanes de diferentes denominaciones han resultado dañados como resultado de las hostilidades.  Más de la mitad de los edificios han sufrido daños graves y no pueden ser usados.

El alto número de víctimas civiles y el alcance de la destrucción y daños a propiedades civiles sugieren de forma evidente que han existido violaciones de los principios que rigen el desarrollo de hostilidades, que son en concreto el principio de distinción, incluyendo la prohibición de ataques indiscriminados, el principio de proporcionalidad y el de precaución.

El derecho a la salud ha resultado gravemente afectado en todo el país.  En zonas sometidas a hostilidades intensas, hemos observado como la tasa de mortalidad se ha incrementado ya que las personas no podían acceder a atención médica.  A menudo a la población le resultaba muy difícil abandonar sus hogares o refugios para buscar atención médica.  Por ejemplo, en el pueblo de Yahidne, nos informaron de la muerte de 10 personas mayores en el sótano de una escuela tras pasar días o en algunos casos incluso semanas sin poder salir al exterior.  Las personas mayores y las personas con discapacidades conforman dos de los grupos que han sufrido de forma desproporcionada las consecuencias del conflicto, teniendo muchas veces que depender de terceros y sin acceso a los medicamentos o el tratamiento que necesitan.

Continuamos recibiendo acusaciones de violaciones, incluyendo violaciones en grupo, intento de violaciones, desnudez forzada, amenazas de violencia sexual contra mujeres y niñas, hombres y niños civiles.  Las mujeres y las niñas suelen ser las víctimas citadas en la mayoría de las ocasiones.  Durante mi reciente visita a ciudades al norte de Kiev, documentamos varios casos de violencia sexual.  En una de las ciudades que visitamos una mujer había sido presuntamente violada y asesinada por un soldado ruso.  El mismo soldado intentó posteriormente violar a su vecina.  En ese momento intervino el marido de la mujer, quién fue disparado por el soldado.  Esta persona acabaría falleciendo.

De forma general, no obstante, hemos observado que las víctimas de violencia sexual y sus familias y amigos son reacias a hablar debido al estigma que acompaña este crimen.  Los deseos de las víctimas, que suelen ser mujeres y niñas, deben ser respetados.  Con el tiempo el alcance de estas violaciones quedará más claro.

También hablamos con personas que están luchando por encontrar a sus familiares y amigos.

Documentamos varios casos donde las fuerzas armadas rusas habían detenido a civiles, la mayoría hombres jóvenes, y los habían trasladado a Belarús y Rusia, donde son retenidos en centros de detención preventiva.  En total, desde el 24 de febrero, hemos documentado 204 casos de desaparición forzada (169 hombres, 34 mujeres, 1 niño), la inmensa mayoría de los cuales fueron realizados por fuerzas armadas rusas y grupos armados afiliados.

Hemos recibido información creíble de torturas, malos tratos y detención en régimen de incomunicación por parte de fuerzas armadas ucranianas de prisioneros de guerra pertenecientes a las fuerzas armadas rusas y grupos armados afiliados.  Continuamos viendo cómo se publican vídeos, los cuales muestran tratos inhumanos, que incluyen cómo prisioneros de ambas partes son obligados a realizar declaraciones, pedir disculpas y hacer confesiones, además de otras formas de humillación.  Esto viola las normas fundamentales del derecho humanitario internacional.  Ucrania y Rusia deben investigar de manera pronta y efectiva todas las acusaciones de tortura y malos tratos de prisioneros de guerra.  Deben también controlar e instruir de manera efectiva a sus fuerzas armadas para que detengan cualquier posible violación en el futuro.

Las personas que están al mando deben proporcionar instrucciones claras a los combatientes para que protejan a los civiles y personas fuera de combate, prohibiendo de forma expresa el asesinato, malos tratos y detención arbitraria de estas personas.  Se les debe ordenar que distingan entre objetivos civiles y militares.  Aquellos que no cumplan con estas instrucciones deben ser retirados de forma inmediata del combate activo y se les debe pedir responsabilidades.

La mejor manera de acabar con las violaciones que hemos estado documentando es poniendo fin a las hostilidades.  No obstante, mientras las hostilidades sigan en marcha y durante el tiempo que ocurran, las partes durante el desarrollo de las operaciones deben prestar atención constante para evitar daños a la población civil, los civiles y las propiedades civiles así como comprometerse a proteger a todas las mujeres, hombres y niños civiles además de a las personas que queden fuera de combate y que estén bajo su control.