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Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Discurso del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, en el Foro Mundial sobre Educación en Derechos Humanos

05 diciembre 2022

Pronunciado por

Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk

En

Foro Mundial de Samarcanda sobre Educación en Derechos Humanos

Lugar

Mensaje de vídeo / Samarcanda, Uzbekistán

Excelencias, colegas y amigos:

Cada mañana, cuando mandamos a nuestros hijos a la escuela, tenemos múltiples esperanzas puestas en ellos.

La esperanza de que aprendan algo nuevo, desarrollen sus talentos, hagan amistades y se sientan integrados en la sociedad.

La esperanza de que la educación y el tiempo de escolaridad siembren semillas que florezcan luego en la edad adulta.

La esperanza de que ellos también lucharán para crear un mundo en el que todos puedan asistir a la escuela y recibir una enseñanza de calidad. Una meta que no ha estado al alcance de varias generaciones, aunque se han logrado avances considerables en su consecución.

La educación proporciona a los jóvenes las herramientas que necesitan para contribuir a la sociedad. De modo que debemos velar por que esa enseñanza les aporte también los instrumentos necesarios para defender sus derechos y los derechos de los demás.

Y para todos nosotros, la educación en materia de derechos humanos es una parte importante del aprendizaje a lo largo de toda la vida, porque refuerza las competencias necesarias para poner en práctica esos derechos en nuestra vida cotidiana. Nunca somos demasiado viejos para aprender.

En el mundo entero, la gente afronta hoy muchos problemas vinculados entre sí, entre otros los conflictos y la violencia, la discriminación, la desinformación, los discursos de odio, la pobreza, la desigualdad, la inflación y la triple crisis planetaria.

La educación en materia de derechos humanos puede fomentar la información, las competencias y las actitudes necesarias para afrontar esos retos. Este tipo de formación comprende el pensamiento crítico, esencial en un mundo donde abunda la desinformación y los algoritmos refuerzan las cajas de resonancia, lo que hace aumentar la polarización. La educación en derechos humanos es también un instrumento esencial para desmantelar los nocivos estereotipos de género, edad y diversidad, basados en los desequilibrios de poder y la discriminación.

Hace diez años, cuando la Asamblea General aprobó la Declaración de las Naciones Unidas sobre educación y formación en materia de derechos humanos, los Estados Miembros emitieron un mensaje contundente. La educación y formación en derechos humanos no es únicamente una linda asignatura facultativa, sino una prioridad cuya consecución corre a cargo de la comunidad internacional y de todos los Estados. 

Mi Oficina coordina el Programa Mundial de Educación en Derechos Humanos, un marco universal para la acción que complementa a la Declaración. La fase actual del programa se centra en la formación de los jóvenes mediante Internet, en consonancia con la estrategia para la juventud formulada por el Secretario General (Juventud 2030).

Hemos visto que la educación en derechos humanos puede ser un factor de empoderamiento especialmente eficaz entre los niños y los jóvenes, a medida que empiezan a plantearse qué significa ser miembro de una sociedad, respetando y comprendiendo las ideas y los valores culturales de los demás. La educación en derechos humanos les permite cumplir con su función de ciudadanos activos y participar en el proceso de toma de decisiones.

Los jóvenes de hoy, con su creatividad y su manejo de la tecnología, pueden realizar una enorme contribución. En el mundo entero, vemos cómo la juventud nos impulsa hacia adelante, exigiendo acción contra el cambio climático, inclusión y justicia. Tanto en el ciberespacio como en el mundo físico, los jóvenes exigen sus derechos humanos. Muchos de ellos participan activamente en la educación en materia de derechos humanos y mi Oficina se ocupa de documentar sus historias. De Sudáfrica a Samoa, de México a Marruecos y de Serbia a Japón, ponemos de relieve la labor de los docentes que empoderan a otros jóvenes para que defiendan la igualdad, el respeto y la dignidad para todos. Yo me siento inspirado por su valor, su compromiso y su inquebrantable voluntad de construir un mundo mejor.

Uno de esos adalides de la educación en derechos humanos procede de esta región -es una joven de Kirguistán de 26 años de edad, Aizat Ruslanova, que se dedica a instruir a niñas y mujeres de su país para que defiendan sus derechos y luchen contra la violencia de género-. Ruslanova utiliza el arte como medio de transmitir eficazmente sus mensajes sobre los derechos humanos de las mujeres. En la actualidad, en medio de tantas amenazas y problemas, muchos jóvenes como ella plantan las semillas de un futuro mejor.

Mi Oficina está preparada para apoyar las iniciativas eficaces en educación sobre derechos humanos. Tanto en la esfera nacional como en la regional, la educación y formación en derechos humanos son parte habitual de la labor que llevan a cabo nuestras unidades fuera de la Sede, incluso en Asia Central. En el plano mundial, garantizamos que los países puedan intercambiar prácticas idóneas y aprender de manera recíproca.

Encomio los esfuerzos que realiza el gobierno de Uzbekistán con miras a cumplir sus compromisos en lo tocante a la educación en derechos humanos y a promoverlos conjuntamente con otros Estados Miembros.

Les deseo que sostengan debates fructíferos en el marco de este Foro y espero que pronto tendré noticias de sus planes para fomentar la educación en derechos humanos en los años venideros.

Muchas gracias.

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