Skip to main content

Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Promoviendo y protegiendo los derechos de los y las afrodescendientes, de sus pueblos y comunidades en América Latina y el Caribe en el contexto del COVID-19: Reconstruyendo mejor

10 diciembre 2020

Espacio de diálogo con líderes, lideresas y defensores de derechos de los Afrodescendientes, en el marco del Decenio Internacional para los Afrodescendientes, el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo y la Agenda 2030

Video de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.

9 de diciembre de 2020

Amigas, amigos,

Me complace dirigirme a todas y todos ustedes reunidos en estos importantes encuentros virtuales.

Agradezco al Gobierno de Costa Rica y al Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidas por haberse unido a este esfuerzo, así como a la participación de líderes y lideresas, defensores y defensoras de los derechos de los Afrodescendientes.

COVID-19 ha puesto en evidencia los grandes males que aquejan nuestras sociedades --agudizando un racismo estructural existente durante siglos y poniéndonos frente a deudas históricas aún no saldadas.

El costo económico y humano de la pandemia sigue siendo mucho más elevado para aquellas comunidades y pueblos, que ya venían enfrentando sistemáticamente exclusión y marginalización: los afrodescendientes, los pueblos indígenas, los migrantes.

Ellos quienes tuvieron las tasas de infección más altas y los que perdieron más vidas.

Estamos hablando de afrodescendientes que fueron expuestos al contagio en un trabajo precario, sin la protección necesaria y que no tuvieron acceso a una atención médica adecuada, lo cual es   un derecho.

La mujer trabajadora doméstica que, sin protección social, se vio obligada a seguir limpiando de casa en casa, exponiéndose a ser infectada por el virus y a sufrir violencias y acosos. 

El niño cuya vivienda no tiene agua potable ni saneamiento, y para quien lavarse las manos era un lujo. La niña que perdió prácticamente todo un año escolar al no tener ni computadora, ni Internet, finalmente abandonando sus estudios para ir a trabajar y ayudar en las tareas domésticas.

Y aquel afrodescendiente que fue víctima de perfilamiento racial y sufrió violencia, a veces violencia letal.

Amigas y amigos,

Son demasiadas las historias de vida que relatan esta triste e inaceptable realidad de discriminación en nuestra región, especialmente en estos últimos 10 meses. 

Estos son tiempos de gran incertidumbre y miedo. No podemos decir con certeza cuándo saldremos.

Sin embargo, lo que sí podemos confirmar es que el aumento de la desigualdad es uno de los factores principales de las tensiones políticas internas, de conflictos y convulsiones sociales.

Lo que podemos también afirmar con convicción es que esta llamada “normalidad”, llena de desigualdades y de discriminación tan arraigadas en nuestras sociedades, es insostenible y su costo demasiado alto. Ya fueron demasiadas las vidas perdidas por ideas falsas de superioridad racial y racismo.

Sé que los retos son enormes; pero como he venido diciendo, soy una optimista estratégica. Y lo soy porque sé que las crisis pueden ser también oportunidades de transformación.

Y éste es justamente el llamado a la acción que hacemos en el Día de los Derechos Humanos que celebramos esta semana: reconstruir para mejorar.

Un llamado que nos exhorta a todas y todos a aprovechar de esta oportunidad y a edificar ese mundo que anhelamos.

De hecho, reconstruirnos mejor significa poner a la igualdad y la no discriminación en el centro de nuestras sociedades.

Lo podemos hacer por intermedio de políticas públicas de inclusión y protección social; de sistemas universales de salud; con rentas básicas temporales y subvenciones contra el hambre; evitando la pérdida de empleos e ingresos de los más vulnerables; invirtiendo en educación y aumentando las oportunidades para todos y todas.

Reconstruirnos mejor también quiere decir escuchar el llamado de millones de personas que manifestaron por las calles rechazando la discriminación racial y la violencia policial.

Al respecto, según lo solicitado por el Consejo de Derechos Humanos, el próximo año publicaré un informe global sobre el racismo sistémico y las violaciones cometidas por las fuerzas del orden, especialmente los incidentes que provocaron la muerte de George Floyd y otros afrodescendientes.

El próximo año también celebramos el vigésimo aniversario de la Declaración y del Programa de Acción de Durban y la Conferencia de Revisión Medio término del Decenio Internacional para los Afrodescendientes. Estos encuentros nos brindarán la ocasión para identificar las manifestaciones actuales de la discriminación racial y las acciones concretas a adoptar para hacerles frente.

Finalmente, reconstruirnos mejor significa redefinir modelos de desarrollo y patrones de comportamiento, sustituir culturas de privilegio por una cultura de igualdad, de respeto mutuo y de derechos.

Los derechos humanos y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible sirven como guías para nuestros esfuerzos.

Cuento con ustedes.

Muchas gracias.