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Comunicados de prensa Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Supervivientes de violencia sexual en Sudán del Sur luchan por acceder a asistencia sanitaria

19 mayo 2020

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GINEBRA (19 de mayo de 2020) – Supervivientes de violencia sexual relacionada con el conflicto siguen luchando por acceder a asistencia sanitaria y de salud mental, según un nuevo informe publicado por la Misión de las Naciones Unidas en Sudán del Sur y la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

“La pandemia de la COVID-19 ha dejado claro, por si había alguna duda, la importancia de que todas las personas tengan un acceso inmediato y adecuado a asistencia sanitaria,” afirmó la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas Michelle Bachelet. “Para las supervivientes de violencia sexual relacionada con el conflicto, se trata de algo que va más allá de recibir tratamiento para sus lesiones físicas y sus traumas psicológicos. Supone sencillamente un paso crucial para ofrecerles una oportunidad de volver a construir sus vidas y las vidas de sus familias.”

El informe, titulado “Acceso a Atención Sanitaria para Supervivientes de Violencia Sexual Relacionada con el Conflicto en Sudán del Sur”, analiza en profundidad la adecuación de la asistencia sanitaria disponible en las regiones de Unity,

Ecuatoria Central y Ecuatoria Occidental, las cuales representan el 85 por ciento de los casos de violencia sexual relacionada con el conflicto documentados entre enero de 2018 y enero de 2020.

El informe constató que la financiación de la asistencia sanitaria pública en Sudán del Sur no había sido considerada prioritaria, con solamente el 1,2 por ciento (14 millones de dólares americanos) del presupuesto nacional designado para este fin. Esto ha supuesto que las organizaciones internacionales hayan tenido que recurrir a financiación de donantes para intentar compensar esta deficiencia. A pesar de la enorme inversión económica, la respuesta médica para las supervivientes de violencia sexual sigue siendo escasa.

En su respuesta a estas conclusiones, el Ministerio de Género, Bienestar Social y de la Infancia declaró que el informe era “oportuno” y que ofrecía “una imagen auténtica” de los retos a los que se enfrentan las supervivientes de VSRC (violencia sexual relacionada con el conflicto), incluyendo el acceso a atención sanitaria. El Ministerio destacó asimismo las medidas que ya se habían adoptado por parte de la República de Sudán del Sur para combatir la violencia sexual en todo el país. 

“Es muy alentador observar cómo el Gobierno reconoce las preocupaciones que plantea el informe y comprobar cómo está dispuesto a trabajar conjuntamente con Naciones Unidas para luchar contra la violencia sexual en Sudán del Sur,” expresó el Representante Especial del Secretario General y Jefe de la UNMISS, David Shearer. “Las mujeres de este país han sufrido un alto grado de violencia sexual. Debemos hacer todo lo que está en nuestras manos para asegurarnos de que las supervivientes reciben la atención sanitaria y apoyo que tanta falta les hace.”

El informe concluyó que solamente existe un promedio de un centro de salud por cada 10.000 personas y que se calcula que el 72 por ciento de la población vive a más de 5 km de la clínica más cercana. Muchos de estos centros son incapaces de ofrecer atención médica especializada y carecen de suficientes médicos, enfermeras o matronas para tratar a las supervivientes de violencia sexual.    

Todos estos factores han significado que muchas víctimas no busquen asistencia hasta que desarrollan complicaciones, como infecciones de transmisión sexual, embarazos no deseados, y problemas derivados de abortos en condiciones inseguras. La estigmatización, emparentada con el riesgo de ser señaladas como supervivientes de violencia sexual si acuden a recibir atención médica, ha obligado a muchas a sufrir en silencio.

Una víctima de 47 años relató a los oficiales de derechos humanos lo afortunada que se sentía por seguir viva tras haber sido violada en grupo por hombres armados en 2018.

“Tengo suerte porque ahora mi salud es buena,” declaró. “El año pasado, dos mujeres y una niña fueron violadas en grupo por hombres armados. Una de las mujeres y la niña volvieron al pueblo tras este incidente. La otra mujer…nunca acudió al hospital por vergüenza. Se puso muy enferma y falleció la semana pasada. Sus familiares me contaron que había muerto por una enfermedad provocada por la violación. Las otras dos supervivientes también han fallecido.”

El informe documenta 356 incidentes de violencia sexual relacionada con el conflicto, incluyendo violaciones, que tuvieron lugar durante enero de 2018 y enero de 2020. En estos incidentes se vieron implicadas al menos 1423 víctimas, incluyendo 302 niños. Entre los responsables de esta violencia se incluye el gobierno y las fuerzas de la oposición, así como jóvenes milicianos usados por ambas partes del conflicto. 

La violencia sexual ha sido endémica y usada como arma de guerra en Sudán del Sur desde que se inició el conflicto armado en 2013. Se ha producido un notable descenso desde la firma de un tratado de paz en 2018. No obstante, sigue suponiendo un grave problema ya que las víctimas continúan sufriendo atroces actos de violencia sexual que suelen resultar en daños físicos y consecuencias psicológicas a largo plazo.

En 2019 y 2020, el ejército y las fuerzas policiales, así como el Ejército de Liberación del Pueblo del Sudán (en la oposición), que apoya a Riek Machar, y el Frente de Salvación Nacional aprobaron planes de acción específicos y/o emitieron órdenes militares comprometiéndose a adoptar medidas concretas para prevenir y combatir la violencia sexual relacionada con el conflicto.

Este informe realiza una serie de recomendaciones, incluyendo:   

  • Un aumento sustancial de la financiación estatal para el sector de la sanidad pública, reforzando las capacidades de las instalaciones y los trabajadores sanitarios, además de mejorar el acceso a atención a salud sexual y reproductiva. 
  • Investigar y procesar a culpables responsables de violencia sexual, incluyendo aquellos agresores que ocupen puestos en el mando y control militar.
  • Reforzar los vínculos entre los proyectos con financiación de donantes destinados a prestar atención médica a supervivientes y los programas diseñados para reforzar la capacidad del sistema de atención sanitaria existente.
  • Educar a todas las partes sobre la VSRC y garantizar que las fuerzas de defensa y seguridad ponen en marcha Planes de Acción y órdenes militares para prevenirla
  • Aumento de los esfuerzos para superar barreras sociales educando a las comunidades sobre la VSRC y sus repercusiones para las supervivientes.

Para más información y solicitudes de prensa, póngase en contacto con :

En Ginebra: Liz Throssell - + 41 22 917 9296 / ethrossell@ohchr.org

En Juba: Francesca Mold / mold2@un.org

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