Notas de prensa Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Nota informativa sobre Myanmar/Bangladesh - Rohingya
17 abril 2020
Portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos: Rupert Colville
Lugar: Ginebra
Fecha: 17 de abril de 2020
Tema: Myanmar/Bangladesh - Rohingya
Estamos conmovidos por las informaciones que indican que 30 refugiados rohingyas que huían de Myanmar fallecieron a bordo del barco que los trasladaba y otros 400 fueron hallados en estado de deshidratación, desnutridos y necesitados de atención médica inmediata, tras haber pasado casi dos meses en alta mar. Muchos de los pasajeros de la embarcación eran mujeres y niños.
ACNUR, la organización de las Naciones Unidas que se ocupa de los refugiados, y sus asociados en Bangladesh proporcionan actualmente alojamiento y asistencia a los supervivientes que desembarcaron de la nave el jueves por la mañana.
Sabemos por informes recientes que en varias ocasiones el barco había tratado de atracar en un puerto seguro, pero que no pudo hacerlo en Malasia. Cualesquiera sean las medidas que se adopten para luchar contra el tráfico de seres humanos, este debería ser un momento de compasión hacia quienes necesitan desesperadamente que les brinden ayuda y protección. Habida cuenta de que, según se informa, otros barcos en circunstancias similares todavía están en alta mar, instamos encarecidamente a las autoridades a que redoblen los esfuerzos encaminados a la localización y el rescate, de la manera más oportuna.
Todos los Estados deben velar por que su respuesta a los migrantes que se encuentran en el mar en situación precaria se fundamente en el derecho internacional de los derechos humanos y en la normativa internacional sobre refugiados, y que a esas personas se les permita tomar tierra con seguridad. Es preciso evitar escrupulosamente las prácticas de intercepción peligrosas, entre otras la de rechazar a las naves que tratan de desembarcar a sus pasajeros.
La horrenda travesía de estos refugiados es un triste recordatorio de los sucesos acaecidos hace algunos años, cuando miles de rohingyas huyeron de la persecución desatada por las autoridades en el Estado de Rakhine. Un gran número de ellos todavía se encuentran hacinados en los campamentos de refugiados que se levantaron en Bangladesh. En 2015 y 2016, muchos rohingyas emprendieron peligrosos viajes marítimos desde Myanmar y Bangladesh hacia otros países de la región.
En la actualidad, sabemos que la situación prevaleciente en Rakhine y en el vecino Estado de Chin es muy difícil. Ha habido un repunte de violencia entre las guerrillas del denominado Ejército Arakan y las fuerzas armadas de Myanmar, que ha repercutido sobre todos los demás grupos étnicos que viven en la zona, entre ellos los rohingya, rakhine, chin, mro y daignet. Casi a diario, desde el 23 de marzo, las tropas de Myanmar han perpetrado ataques aéreos y bombardeos terrestres contras zonas muy pobladas y estas operaciones han causado al menos 32 muertos y 71 heridos, la mayoría niños y mujeres, y han destruido e incendiado hogares y escuelas.
Aunque el Secretario General de las Naciones Unidas pidió un alto al fuego general durante la pandemia del COVID-19, las partes en conflicto han hecho caso omiso de su llamamiento.
Para complicar aún más la situación, desde junio de 2019 se mantiene un corte de servicios de Internet en nueve pueblos de los Estados de Chin y Rakhine. Esta interrupción de la red ha perjudicado mucho la capacidad de transmitir información pública fidedigna sobre higiene, distanciamiento social y otras medidas preventivas. Las restricciones de Internet también han sido aplicadas por las autoridades de Bangladesh en los campamentos de refugiados rohingyas.
Pedimos a todas las partes en conflicto en Myanmar que presten atención a los llamamientos en favor de una tregua, que cumplan con sus obligaciones en virtud del derecho internacional de los derechos humanos y el derecho humanitario internacional, y que protejan a la población civil y sus infraestructuras. Asimismo, pedimos al gobierno de Myanmar que suspenda de inmediato el corte de Internet y que permita el acceso de las entidades humanitarias a todas las zonas en conflicto. La prolongación de las hostilidades no solo agravará el sufrimiento de la población civil, sino que además estorbará los esfuerzos encaminados a combatir la pandemia del COVID-19.
Bangladesh ha proporcionado considerable protección a los refugiados y debe seguir haciéndolo, y debería también facilitar su libre acceso a la información y la comunicación.
FIN
Si desea información adicional o material de prensa, puede ponerse en contacto con: Rupert Colville - + 41 22 917 9767 / rcolville@ohchr.org o Jeremy Laurence - + 41 22 917 9383 / jlaurence@ohchr.org o Liz Throssell - + 41 22 917 9296 / ethrossell@ohchr.org o Marta Hurtado - + 41 22 917 9466 / mhurtado@ohchr.org
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