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Declaraciones Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Jornada anual de debates sobre los derechos humanos de la mujer Panel 2: Los derechos de las mujeres mayores y su empoderamiento económico

28 junio 2019

Discurso de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet

2 de julio de 2019

Señor Presidente del Consejo,
Distinguidos panelistas,
Excelencias,
Colegas y amigos:

El envejecimiento de nuestras sociedades es una cuestión mundial, que debería ser motivo de celebración. Gracias a los progresos realizados en materia de salud y paz, las personas viven hoy más tiempo y contribuyen activamente a la sociedad.

Aunque muchos países experimentan un rápido crecimiento del número de jóvenes, la población mundial de 60 años o más aumenta a un ritmo aún mayor. Y, en contra de la creencia popular, esta tendencia repercute sobre cada rincón del planeta. En el último informe sobre Perspectivas de la Población Mundial, publicado la semana pasada, se calcula que de aquí a 2050, una de cada seis personas tendrá más de 65 años de edad, en comparación con una de cada 11 que hay actualmente. “Entre las regiones donde se espera que la proporción de población mayor de 65 se duplique entre 2019 y 2050 figuran África septentrional y Asia Occidental, Asia Central y Meridional, Asia Oriental y Suroriental, y América Latina y el Caribe. Para 2050, una de cada cuatro personas que vivan en Europa y América del Norte podría tener 65 años o más, y, en conjunto, se calcula que el número de personas mayores de 80 años se triplicará”.

A pesar de esta nueva realidad, los derechos de las personas mayores –y, en particular, de las mujeres mayores—están dolorosamente desatendidos por parte de los encargados de formular las políticas e incluso por parte de la comunidad de derechos humanos. Esta mesa redonda de hoy ofrece una oportunidad importante para empezar a rectificar esas carencias del pasado y comenzar a otorgar el debido reconocimiento a los derechos y las contribuciones de las mujeres de edad avanzada. 

Las mujeres mayores contribuyen a nuestras sociedades mediante el desempeño de múltiples funciones, como trabajadoras, cuidadoras, voluntarias, asesoras y dirigentes. A menudo son miembros independientes, activos y productivos de la sociedad.

Casi el 25% de las mujeres mayores de 60 años son trabajadoras activas, muchas de ellas en tareas agrícolas y, sobre todo, en el sector informal. En el África Subsahariana, el 42% de las mujeres mayores de 65 años forma parte de la fuerza laboral. 

Muchas mujeres mayores asumen también empleos domésticos o cuidan a otras personas, en trabajos que no se contabilizan en la economía formal, pero sin los cuales numerosas sociedades apenas podrían funcionar.

Buena parte de esa labor se dedica al cuidado infantil. Las abuelas se ocupan de los niños mientras los padres trabajan y, en casos de emigración o fallecimiento de los progenitores, suelen convertirse en las únicas personas que cuidan de los menores que quedan desamparados. 

Asimismo, las mujeres mayores cuidan de otros ancianos. En Japón, los datos correspondientes a 2016 indican que el 69 por ciento de las mujeres que se ocupan de los miembros más viejos de la familia tienen ya más de 60 años de edad.

También es probable que las mujeres mayores trabajen de manera voluntaria para la comunidad. En 2011, casi la tercera parte de los hombres y las mujeres mayores de los Países Bajos y el Reino Unido participaban en labores de voluntariado. 

Los estudios realizados en Tanzania indican que a menudo las mujeres de más edad contribuyen a orientar y atenuar los conflictos en el plano comunitario.

Y sin embargo, las mujeres mayores deben enfrentarse no solo a la carga de la discriminación por motivos de edad, sino también a las consecuencias de la discriminación de género, una marginación profunda y extensa que dura toda la vida y que culmina en una vejez de pobreza, soledad y vulnerabilidad a los abusos.

Las mujeres que han sido excluidas de la educación, la capacitación profesional o el empleo formal no disfrutarán de medidas de protección social como, por ejemplo, las pensiones. Las leyes de propiedad discriminatorias hacen que muchas mujeres tampoco puedan ser titulares de sus tierras y, a veces, ni siquiera de sus viviendas. Además, tienen más probabilidades de verse sujetas a restricciones en materia de crédito o de carecer por completo de acceso al mismo.

Excelencias:

La protección de los derechos de las mujeres mayores debe realizarse en el marco de la protección de los derechos de todas las niñas y las mujeres.

Necesitamos medidas para eliminar la discriminación contra las niñas en la educación y mejorar el acceso de las mujeres al empleo remunerado y el aprendizaje a lo largo de toda la vida.

Es preciso erradicar la discriminación laboral de la mujer –que abarca lo relativo a la igualdad salarial, la violencia de género y el acoso, y la discriminación por motivo de embarazo o cuidado de los hijos—.

Debemos luchar por la igualdad en el matrimonio y en la familia, lo que incluye la igualdad en materia de derechos de propiedad y capacidad jurídica, así como un reparto más equitativo de funciones entre hombres y mujeres en el marco familiar.

Deben promoverse y protegerse los derechos de las niñas y las mujeres a la salud sexual y reproductiva, de modo que su ausencia no impida el acceso a la educación, el empleo y los medios de subsistencia.

Es necesario poner en funcionamiento sistemas de protección social que faciliten la maternidad y el cuidado infantil y garanticen niveles de vida adecuados para discapacitados y ancianos. 

Necesitamos apoyo público para lograr servicios de cuidados que protejan los derechos de las personas más desvalidas, que requieren atenciones, y también de quienes proporcionan esos cuidados.

Y debemos combatir los prejuicios contra el envejecimiento y contra los hombres y las mujeres más ancianos.

Espero que esta mesa redonda contribuya a un reconocimiento más amplio de las importantes contribuciones que aportan las mujeres mayores y a una mejor protección de sus derechos.

Muchas gracias.


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