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Togo: El camino hacia los derechos humanos

11 septiembre 2015

“Durante el tiempo que estuve detenido me encerraron en una celda. Era un espacio de 4 por 6 metros y apenas 2,5 metros de altura. La ventilación era deficiente y, como podrá imaginar, era muy calurosa; a veces había más de 20 personas allí…”, afirma Atchole Kao.   

Kao es un ex militar. Fue acusado de participar en el intento de golpe de Estado de 2009. Asegura que lo arrestaron y detuvieron durante dos años sin celebrarle juicio, en condiciones infrahumanas.

Kao siempre ha sostenido que es inocente.

Con el asesoramiento y la ayuda de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Togo, Kao fue puesto en libertad y buscó reparación legal fuera de su país, ante el Tribunal de Justicia de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), con sede en Nigeria. Un fallo del tribunal ordenó al gobierno de Togo que lo indemnizara a él y a otras víctimas de torturas y tratos inhumanos y degradantes.

Atchole dice: “Como consecuencia del informe, recibimos una indemnización, el proceso judicial se dinamizó y el tribunal de la CEDEAO emitió un fallo. Gracias al informe, fuimos resarcidos y gracias a eso pude comprar esta propiedad y ayudar a mi familia”.

Atchole recibió del gobierno unos 6.000 dólares estadounidenses. Y la sentencia de cárcel dictada anteriormente por el tribunal local quedó anulada, porque el reo ya había pasado algún tiempo en prisión preventiva.

A principios de 2005, la violencia que dio al traste con las elecciones se saldó con unos 800 muertos. Estos sucesos hicieron reaccionar a la comunidad internacional y motivaron el inicio de una investigación a cargo de las Naciones Unidas denominada misión de determinación de los hechos. El cometido de la misión era investigar la escala de las violaciones de derechos humanos ocurridas en Togo. Una de las principales
recomendaciones derivadas de la investigación fue que se creara una Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en el país. Esa entidad se estableció en junio de 2006.    

Olatokunbo Ige, que entonces dirigía la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Togo, explicó que la tarea de la oficina era “ayudar al gobierno para hacer frente a algunos problemas difíciles que ellos mismos, quizá como en 2005, no estaban dispuestos a afrontar, algunos problemas relativos a la impunidad, por ejemplo, algunos problemas causados por imprudencias en la administración de justicia”.

Un decenio más tarde, se ha iniciado el camino hacia la democratización y el respeto de los derechos humanos.

El seguimiento de los derechos humanos durante los periodos electorales fue uno de los puntos de partida.

Las tensiones se agudizaron de nuevo en 2009, con motivo de un supuesto intento de golpe de Estado que provocó la detención masiva de civiles y militares, entre los que figuraba Atchole Kao. En Togo acontecieron numerosas violaciones de derechos humanos, pero el país ha iniciado ya el largo camino hacia el tratamiento de la impunidad, entre otras violaciones.        

En el sistema judicial de Togo prosiguen las reformas. Con el fin de fortalecer la administración de justicia en el país, la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas impartió al aparato judicial varios programas de capacitación, que abarcaron la elaboración de un código deontológico para los magistrados. La Oficina fue decisiva en este proceso, un esfuerzo que suscitó los elogios del Presidente del Tribunal Supremo, Patrice Gamatho.

Al respecto, Gamatho afirmó: “El sistema judicial refleja la situación del país. Es una ventana que permite a los gobiernos ver lo que pasa dentro a fin de atraer inversores a nuestro país, porque a ellos también les interesa el funcionamiento de la justicia. Desde hace algún tiempo, con el apoyo de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, estamos implantando criterios éticos en el sistema judicial de Togo”.    

La Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas también apoyó un proceso de justicia transicional de tres años de duración, durante el cual se creó la comisión de la verdad y la reconciliación, que debe aplicar las recomendaciones formuladas por la oficina, orientadas principalmente a indemnizar a las víctimas.

Casi diez años después de su creación, la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Togo ha cerrado sus puertas. Algunos tuvieron la impresión de que el cierre creaba un gran vacío. Pero, al mismo tiempo, su repercusión se ha dejado sentir en muchos ámbitos.

En fechas recientes, los togoleses votaron en una elección presidencial que las autoridades del bloque regional de África del oeste, la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), calificaron de pacífica y limpia. 

La Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas está lista ya para ceder sus competencias, entre otros, a grupos de la sociedad civil togolesa, organismos gubernamentales y entidades de la judicatura que han recibido la capacitación adecuada para continuar con la promoción y protección de los derechos humanos en este Estado de África Occidental. 

11 de septiembre de 2015

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