Declaraciones Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Decriminalization of LGBTQ+ people saves lives
Declaración Conjunta del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Volker Türk y la Directora Ejecutiva de ONUSIDA Winnie Byanyima
19 julio 2024
A la vez que tribunales y parlamentos de una serie de países se encuentran actualmente analizando sus marcos legales en torno a los derechos de las personas LGBTQ+, nos gustaría recalcar que las leyes punitivas dirigidas contra personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero y queer violan los derechos humanos y socavan la salud pública.
Estas leyes cuestan vidas.
Las leyes que penalizan a las personas LGBTQ+ deben pasar a la historia, y eso es lo que están haciendo precisamente un número de países en aumento.
El gran, y sumamente positivo, cambio global es hacia la retirada de la penalización. Más de dos tercios de todos los países no penalizan actualmente a las personas LGBTQ+.
Solamente en los últimos 10 años, Angola, Antigua y Barbuda, Barbados, Belice, Bhután, Botswana, las Islas Cook, Dominica, Gabón, India, Mauricio, Mozambique, Namibia, Nauru, Palau, Saint Kitts y Nevis, Seychelles, Singapur, y Trinidad y Tobago han derogado todas las leyes que penalizaban en el pasado a las personas LGBTQ+.
Existe una multitud de razones por las que estas leyes deben ser eliminadas.
Estas leyes están basadas en los prejuicios.
Tal como destacó recientemente el Tribunal Superior de Namibia, «la aplicación de las convicciones morales privadas de una parte de la comunidad (incluso si esta parte representa la mayoría de la comunidad), las cuales se basan en gran medida en nada más que en prejuicios, no pueden ser consideradas como que cumplen con la finalidad legítima de un gobierno.»
Estas leyes vulneran los derechos humanos.
El Tribunal Supremo del Caribe Oriental lo manifestó de forma muy clara: «La penalización de la expresión sexual del mismo sexo consentida entre adultos es en su misma esencia intrusiva y por lo tanto vulnera el derecho a la libertad y a la intimidad.»
Muchas de estas leyes son en realidad legados del colonialismo, impuestos por las propias potenciales coloniales.
Acerca de la ahora retirada ley punitiva contra las personas LGBTQ+ en Mauricio, el Tribunal Supremo de Mauricio señaló recientemente que «no suponía una expresión de la voluntad democrática nacional sino que fue un patrón impuesto a Mauricio y a otras colonias.»
Estas leyes dañan la salud pública.
La penalización de las personas LGBTQ+ genera un miedo justificado entre las personas que necesitan acceder a servicios de atención sanitaria, así como entre los trabajadores en primera línea quienes prestan estos servicios.
En los países que sí penalizan, se produce una cada vez menor disposición y aceptación de servicios de prevención del VIH, así como una aceptación menor de servicios de cuidado y tratamiento ante el VIH. Un estudio realizado en el África subsahariana mostró que la prevalencia del VIH entre hombres gais y hombres que tienen sexo con otros hombres era cinco veces superior en países que penalizaban las relaciones con personas del mismo sexo que en otros contextos donde no existía esta penalización.
Los países que penalizan cuentan con índices considerablemente inferiores tanto del conocimiento del estado del VIH como de la supresión viral del VIH entre todas las personas que viven con el VIH.
Estas leyes punitivas no tienen ninguna justificación basada en «la ley y el orden».
Cuando se despenalizó la homosexualidad en Singapur, hubo un reconocimiento claro por parte del Gobierno de que no existía base alguna para dictar que el comportamiento sexual privado y consentido entre adultos fuera un delito.
Estas leyes conducen a que se produzca acoso.
Tal como dictó el Tribunal Supremo de la India, la legislación punitiva se ha «convertido en un arma llena de odio para el acoso de la comunidad LGBT al someterla a discriminación y a un trato desigual.»
Existen pruebas contundentes de que estas leyes discriminatorias aumentan la exposición de las personas a brutales delitos de odio, abuso policial, acoso, chantaje, tortura, así como a la denegación de acceso a asistencia sanitaria, educación y vivienda.
Estas leyes también suelen conllevar impunidad y socavan el estado de derecho, perjudicando a las personas LGBTQ+, sus familias, comunidades, y al conjunto de la sociedad.
El estigma mata. La solidaridad salva vidas.
Los avances que se han ido consiguiendo en todo el mundo, tanto en legislación como en cuestión de actitudes, han de continuar hacia adelante, al igual que el reconocimiento cada vez mayor de que no se debe criminalizar a las personas por lo que son ni por a quién aman.
Es necesario desafiar con valentía a las políticas, proyectos y propaganda que se oponen a los derechos LGBTQ+.
Juntos y juntas, hacemos un llamamiento a todos los países a eliminar todas las legislaciones punitivas que atentan contra las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero y queer.
La despenalización de las personas LGBTQ+ es vital para la protección de los derechos humanos de todas las personas y la salud de todas las personas.
Para más información y solicitudes de medios de comunicación, póngase en contacto con:
Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas:
Ravina Shamdasani - + 41 22 917 9169 / ravina.shamdasani@un.org
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