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Declaraciones Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

La búsqueda de un nuevo sistema de derechos humanos para Asia y el Pacífico

75º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos

11 octubre 2023

Pronunciado por

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

En

Diálogo Regional Asia-Pacífico: Los mecanismos regionales de derechos humanos

Excelencias, señoras y señores:

Me complace sobremanera darles la bienvenida hoy a este Diálogo Regional de Asia y el Pacífico.

Ahora que celebramos el 75º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, debemos reconocer que este documento ha sido un extraordinario cuaderno de bitácora para el viaje que juntos hemos emprendido en pos de un mundo más equitativo, libre, justo y pacífico.

Nacida entre los escombros de la Segunda Guerra Mundial, tributaria de las tradiciones de todas las regiones del mundo, entre ellas la de Asia y el Pacífico, la DUDH es un recordatorio poderoso y constante de nuestra común humanidad.

Los derechos humanos son patrimonio de todos, en cualquier lugar.

En una coyuntura de trastornos y cambios súbitos, -en medio de una triple crisis planetaria definida por el aumento de la desigualdad, los conflictos desestabilizadores y la polarización social- este aniversario nos ofrece una oportunidad histórica para renovar nuestro compromiso con el espíritu de la DUDH.

Y para tomar medidas que hagan realidad esta visión.

El diálogo que entablamos hoy es uno de los cinco encuentros regionales que mi Oficina coordina en el marco de la Iniciativa Derechos Humanos 75. Las conclusiones de los debates que ustedes celebren aquí contribuirán conformar la Declaración “Visión de los Derechos Humanos”, que esperamos publicar en nuestro Evento de Alto Nivel de diciembre y que, eventualmente, modulará la Cumbre del Futuro de 2024.

La iniciativa del 75º aniversario nos exhorta a aportar un plus de energía y creatividad para hacer realidad la promesa formulada hace tantos años de lograr un mundo libre del miedo y la miseria.

Para lograrlo, debemos examinar con urgencia nuevas vías que nos permitan avanzar en la realización de todos los derechos humanos -civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, el derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible, y el derecho al desarrollo-.
Lo anterior me trae al tema que nos convoca hoy: un nuevo sistema regional de derechos humanos para Asia y el Pacífico.

Distinguidos delegados, queridos colegas:

La región de Asia y el Pacífico es la única que no dispone actualmente de un sistema regional de ese tipo.

Y, sin embargo, alberga a las dos terceras partes de la población mundial.

Sus dimensiones y la rica diversidad que contiene, junto con la complejidad de los desafíos a los que se enfrenta, hacen más necesario que nunca un sistema de derechos humanos para Asia y el Pacífico.

La adopción de esta medida produciría enormes dividendos y facilitaría la tarea de abordar los múltiples retos económicos, sociales y políticos que afronta la región, entre otros la repercusión sin precedentes del cambio climático y la revolución digital.

La pregunta, sin duda, debe ser: ¿si no lo hacemos ahora, cuándo lo vamos a hacer?

Han pasado 30 años desde que los Estados reconocieron claramente la contribución de las estructuras regionales de derechos humanos en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en Viena en 1993.

Si observamos su evolución en otras regiones, vemos la importante función que esos sistemas han desempeñado en los avances alcanzados en materia de derechos humanos:

  • Como fuente única de apoyo a los Estados en sus esfuerzos orientados a cumplir con sus compromisos en virtud del derecho internacional.
  • Como medio de lograr la aplicación de los derechos humanos en el plano nacional -mediante el mayor acceso para todos los interesados, el ejercicio de una función preventiva y la prestación de una capa adicional de protección y remedios, especialmente en periodos de crisis.
  • Y como una vía para responder con eficacia a las prioridades locales y regionales, complementando al mismo tiempo la estructura de derechos humanos y las instituciones nacionales.

Estimados colegas:

La idea de crear un mecanismo regional para Asia y el Pacífico no es nueva.

Los debates al respecto se han repetido desde el decenio de 1990, cuando los Estados empezaron a reunirse periódicamente en el marco de cooperación regional de Asia y el Pacífico.

La amplitud y diversidad de la región hace que una estructura unitaria quizá sea difícil de alcanzar.

Pero esta dificultad no debería desalentarnos en la búsqueda de vías alternativas, aprovechando las plataformas ya existentes.

La Comisión Intergubernamental de Derechos Humanos de la ASEAN es un buen ejemplo de lo que se puede lograr a escala subregional y espero que su mandato de protección siga reforzándose y evolucionando.

La Comisión Permanente Independiente de Derechos Humanos de la OIC también desempeña esa función complementaria para sus Estados Miembros.

Y yo aplaudiría la celebración de debates sobre un mecanismo que congregara a los Estados del Pacífico.

En paralelo a estas iniciativas subregionales, se han producido otros cambios positivos.

Entre ellos, los esfuerzos de la sociedad civil y las plataformas regionales para fundar Instituciones Nacionales de Derechos Humanos.

Hoy les exhorto a que hagan inventario de estas experiencias y de las valiosas lecciones obtenidas en otras regiones y a que definan medidas concretas que permitan avanzar en la construcción de un sistema regional.

Los compromisos y las promesas que formulen hoy podrían escribir un nuevo y audaz capítulo en la historia de los derechos humanos en la región de Asia y el Pacífico.

Un patrimonio adecuado para este año de conmemoración, reflexión y, aún más importante, de acción.

Como de costumbre, mi Oficina está dispuesta a apoyarles en este viaje.

Muchas gracias.

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