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Declaraciones Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Se necesita un enfoque inclusivo y basado en los derechos humanos para combatir la lepra, afirma Türk

21 junio 2023

En

Conferencia Internacional de Bergen sobre la enfermedad de Hansen

Mensaje en vídeo por Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

21-22 de junio de 2023

Gracias por la invitación para dirigirme a ustedes hoy aquí.

A la vez que celebramos 150 años desde el que Dr. Gerhard Amauer Hansen descubriera la causa de la lepra, también conmemoramos las innovaciones médicas que han ido apareciendo desde entonces para tratar esta enfermedad.

No obstante, cuando se eliminó la lepra como un problema global de salud pública en 2000, esto no significó que la lepra había desaparecido.

Más de 250.000 personas sufren de lepra todos los años. 15.000 de las cuales son niños. Las cifras reales son probablemente mucho mayores.

Entre 3 y 4 millones de personas que han conseguido curarse siguen padeciendo diferentes grados de discapacidades.

Además, la carga de la lepra es más pesada en países donde existe una desigualdad, pobreza y marginalización mayores.

La lepra es un problema de salud, aunque es también una cuestión de derechos humanos.

Durante siglos, las personas que han sufrido lepra han sido víctimas de aislamiento y discriminación sistemáticos.

Se han visto obligadas a vivir en instituciones decrépitas, soportando el rechazo y el estigma.

Han sido excluidas de la economía formal y se les ha denegado educación y servicios esenciales, lo que las ha arrojado a la pobreza.

Para mejorar las vidas de las personas afectadas por la lepra, hemos de atender a sus síntomas físicos, pero también necesitamos de medidas sociales y de actuación con el fin de abordar el estigma y la discriminación.

Necesitamos de estrategias integrales que incluyan el acceso a atención sanitaria de calidad, educación y protección social.

Dadas las discapacidades físicas que causa la lepra, las personas que la padecen deben ser consideradas plenamente como personas con discapacidades.

Esto animará a los Estados a proteger, promocionar, y hacer realidad sus derechos así como los de los miembros de sus familias, y que incluya el asegurar que pueden participar en el diseño de políticas.

Tenemos también que apoyar su inclusión y participación en la vida comunitaria, rompiendo el estigma social asociado a la lepra y adoptando medidas para hacer frente a prácticas tradicionales que resultan dañinas.

Necesitamos de marcos legales y políticos que sean más contundentes para proteger sus derechos, promover la igualdad y combatir la discriminación.

Hemos de proteger a las personas afectadas quienes sufren múltiples identidades de marginación. Hemos de reducir el estigma y la discriminación que impiden a las personas acceder a atención sanitaria para tratar la lepra.

Es crucial un diagnóstico temprano, con el objeto de prevenir las discapacidades, y para evitar las enormes consecuencias para los derechos humanos que se derivan de esta enfermedad.

Juntos y juntas, podremos conseguir grandes cambios para acabar con la lepra, la cual causa un sufrimiento inmenso, prevenible e injustificable para miles de personas.

Quiero reconocer la excelente labor que desarrolla la Relatora Especial sobre la eliminación de la discriminación contra las personas afectadas por la lepra y sus familiares, Alice Cruz, quien ha contribuido a arrojar una luz tan necesaria sobre la descomunal carga para los derechos humanos que conlleva esta enfermedad, así como sobre la labor de todos los órganos relevantes de derechos humanos de las Naciones Unidas.

Mi Oficina celebra los esfuerzos de todos los actores que luchan para acabar con la lepra y sus devastadores consecuencias sociales. Seguiremos colaborando con nuestros socios para promocionar las mejores condiciones de salud posibles para todos los seres humanos.

Diseñemos un enfoque inclusivo y basado en los derechos humanos para combatir la lepra, un enfoque que de valor y respete la dignidad de las personas que la sufren.