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Declaraciones Múltiples mecanismos

Discurso de Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

15 junio 2022

En

Acto de Alto Nivel con motivo del 50º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos

Distinguido Presidente,
Excelencias,
Colegas y amigos:

Me honra acompañarles hoy en la inauguración del 50º periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos.

Mientras hablamos aquí, el mundo sigue atravesando una crisis cada vez más grave -conflictos que se recrudecen, desigualdades que se ahondan y un cambio climático que amenaza nuestra existencia-.

Ahora más que nunca, la labor de este Consejo es decisiva. Y tambén urgente.

Es un privilegio apoyarla y poder participar en ella.

En apenas 16 años, el Consejo se ha transformado en un foro que aborda casi todas las cuestiones de derechos humanos mediante un diálogo abierto, sincero y transparente. Sus actividades se han multiplicado de modo exponencial -el Consejo ha celebrado 49 periodos de sesiones ordinarias, 34 periodos extraordinarios y siete debates urgentes-. Y ha aprobado 1.372 resoluciones.

La importancia del Consejo en la estructura de las Naciones Unidas es evidente.

En cada periodo de sesiones, el Consejo escucha una gran diversidad de opiniones, una tendencia que debe continuar. Por ejemplo, la creciente participación de los pequeños Estados insulares en desarrollo y de los países menos adelantados -incluso en los cargos de Presidente y Vicepresidente- es muestra fehaciente del multilateralismo que el Consejo preconiza. 

Excelencias:

La pandemia de COVID-19 nos ha planteado retos que ninguno de nosotros había conocido antes. El Consejo ha hecho frente a esta prueba, ha mantenido los derechos humanos en la agenda internacional y ha preservado su capacidad de respuesta a los problemas más urgentes.

Durante algo más de dos años, los miembros del Consejo han conservado su agilidad y capacidad de respuesta mediante el uso de métodos virtuales e híbridos, que funcionaron durante la pandemia. Hoy, sus debates se enriquecen con los aportes de expertos ubicados en todos los países del mundo, lo que nos permite sostener intercambios más sólidos y documentados sobre los problemas decisivos de nuestra época.

También quiero mencionar específicamente a los procedimientos especiales, una herramienta que considero esencial en el dispositivo de derechos humanos de las Naciones Unidas. En los últimos diez años, el Consejo ha establecido diez nuevos mandatos de procedimientos especiales y me complace ver que, al mismo tiempo, ha aumentado el número de Estados Miembros que les han extendido invitaciones.

Asimismo noto con satisfacción que se ha alcanzado la paridad de género entre los titulares de mandato: actualmente, la mitad están dirigidos por mujeres.

Al celebrar este 50 periodo de sesiones del Consejo, el Examen Períodico Universal (EPU) también merece una mención especial: Todos los 193 Estados Miembros han participado voluntariamente en sus tres ciclos, lo que lo convierte en el mejor punto de inserción posible para el análisis de la situación de derechos humanos en el mundo entero. Todos los países, -ya sean grandes o pequeños, de economías sólidas o débiles- reciben el mismo grado de atención y escrutinio. El EPU es un mecanismo poderoso e insustituible, y espero que su importancia vaya en aumento.

Excelencias:

Con demasiada frecuencia, los comentaristas debaten acerca de si el Consejo debería centrar su atención en regiones específicas del mundo o en asuntos civiles y politicos, más que en los derechos económicos, sociales y culturales, o viceversa. Yo aplaudo y comparto la posición de un número creciente de personas que opinamos que este debate es estéril.

Los derechos humanos, por su propia naturaleza, son universales. Ninguna vulneración de derechos humanos debería descartarse y todas las situaciones examinadas por los mecanismos de derechos humanos o por este Consejo deberían atraer la atención de la comunidad internacional.

Hoy debemos esforzarnos por mantener su pertinencia en un mundo en constante mutación. Sigamos tratando todos los asuntos con la misma importancia -ya sean cuestiones de igualdad de género, la repercusión de las nuevas tecnologías sobre los derechos humanos, la lucha contra la corrupción, el derecho a la alimentación o la atención sanitaria, o los problemas que afectan a los niños migrantes- nuestra responsabilidad consiste en dedicarles tiempo para examinarlos de manera urgente y eficaz.

Mi Oficina, y en especial la Secretaría del Consejo, seguirán brindando apoyo específico al Consejo y sus órganos subsidiarios. Pero hay límites al volumen de trabajo que podemos absorber. Los compromisos contraídos por casi todos los Estados al situar a los derechos humanos en la vanguardia de las actividades de las Naciones Unidas también han de ser respaldados con los recursos y la financiación concomitantes.

Hoy, al celebrar los éxitos alcanzados por el Consejo, pedimos nuevamente el apoyo de todos ustedes.
El Consejo de Derechos Humanos ha desempeñado una función esencial en la respuesta y prevención de las violaciones de derechos humanos en el mundo entero.

Mantengamos vivo su poderoso legado.

Muchas gracias.

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