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Mensaje del Día de la Mujer
De Mary Robinson, Alta Comisionada de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos

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08 marzo 1998




Los derechos humanos son también derechos de la mujer y las Naciones Unidas deben ser los guardianes incondicionales de los derechos humanos de las mujeres.

Este año estamos conmemorando el 50° aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos -el gran documento constitucional sobre la dignidad inherente y el valor de cada individuo. Las palabras de la Declaración unidas con las de la Declaración de Viena, en 1993, y la de Pekín, en 1995, están en fuerte contraste con la realidad diaria de la vida para un gran número de personas. Las mujeres alrededor del mundo han encontrado que las Declaraciones y Convenciones no son suficientes para garantizar sus derechos humanos. Ya es tiempo de que pasemos de las buenas palabras a la acción firme por parte de los organismos internacionales, nacionales y gobiernos locales y la sociedad civil para asegurar que losderechos de las mujeres en todas partes son completamente respetados.

La mejor esperanza para el cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres está en los esfuerzos de las mismas mujeres. En recientes visitas a Uganda, Ruanda, Africa del Sur, Camboya, Japon e Iran, me he encontrado con mujeres comprometidas a demostrar que los principios de los derechos humanos nos pertenecen a todos y todas y son compatibles con las diversas culturas y tradiciones. La solidaridad que las mujeres tienen por sus hermanas en otros países es una fuerza poderosa, y este año yo haría particularmente un llamado para enfocarse en las mujeres de Afganistán.

De los 1.3 billones de personas que viven en la pobreza 70 por ciento son mujeres; la mayoría de los refugiados del mundo son mujeres; el analfabetismo femenino es invariablemente más alto que el masculino; mujeres y niñas se están convirtiendo en mercaderías de prostitución en las fronteras y en la industria de porgnografía. Millones de niñas están aún sujetas a la mutilación genital, mujeres en todos los países son vívtimas regulares de violencia doméstica y cada día las mujeres son blancos de conflictos armados.

Al referirnos a estas realidades debemos evitar ver a las mujeres como víctimas de violaciones o conflictos. Las mujeres son tambien verdaderas pacificadoras y constructoras de paz -en las mesas de negociación y en comunidades devastadas por las guerras en todos lados.

Luchar por los derechos humanos de las mujeres es sostener una pelea positiva, la cual reconoce la calidad de la contribución de la mujer en todos los aspectos comunitarios: en la política, industria,comercio, educación, academia, agricultura y en la casa.

El papel de las Naciones Unidas como salvaguarda de los derechos de la mujer debe ir más allá que un puro apoyo retórico. Medidas prácticas y creativas para el cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres -derechos civiles y políticos, derechos económicos, sociales y culturales y el derecho al desarrollo- son una prioridad para mi Oficina y deben serlo para cada parte de las Naciones Unidas.
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